¿Es el empleo tan precario como dice la Izquierda?

Después de varios años de profunda crisis económica en España, quizás la peor que hemos vivido desde que tenemos memoria y la estadística empezó a medir, hemos empezado a observar una recuperación continuada en los últimos años que no ha alcanzado a todos los ciudadanos de igual manera. Así, el mayor lastre que padecemos son las secuelas de la elevadísima tasa de paro que tuvimos que soportar. Esta es la causa de que la recuperación tarde más de lo deseado en completarse y consolidarse; aunque poco a poco vamos alcanzando las cifras previas a la crisis que nos empezó a azotar en 2008.

Para ilustrar artículos de este tipo siempre hay que ir a los datos y, abordándolos de manera objetiva, no son refutables. Según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el año 2016 ha sido el mejor de toda la serie histórica en términos de reducción de empleo. En Madrid, por ejemplo, se ha registrado la cifra más baja de trabajadores apuntados en las oficinas de empleo desde febrero de 2009, al reducirse más de un 10% en el último año. Como consecuencia de ello, más de 46.000 personas han encontrado un empleo al bajar el paro en 8 de los 12 meses del año. En suma, en la Comunidad de Madrid se ha recuperado ya el 77% de los empleos que se perdieron de 2008 a 2014.

En la otra vertiente de esta ecuación nos aparecen los datos de número de contrataciones, es decir, las personas que cotizan al estar dadas de alta en la Seguridad Social. Y también aquí el panorama es alentador y especialmente destacable. En España la suma de afiliados en el ejercicio 2016 es la más importante en una década: 540.655 personas se dieron de alta. Con este aumento, ya hay 17,8 millones de cotizantes, la base fundamental sobre la que se nutren las pensiones; tan de actualidad en los últimos tiempos y a las que dedicaremos algún capítulo próximamente. En la Comunidad de Madrid, la cifra de afiliados se situó en 2.966.258 trabajadores, la más alta desde diciembre de 2008.

La prensa nacional se hizo eco en todas las portadas de los magníficos datos que, brevemente, he expuesto y había coincidencia en casi todos sobre la buena noticia que significaban, pero, como siempre, desde los partidos de la izquierda, sus terminales sindicales y buena parte de los medios de comunicación afines trataron de ensombrecer estas cifras históricas abundando en la idea de la precariedad, vinculada a la temporalidad de los contratos que se firmaron en los últimos 12 meses.

Es cierto que los empleos temporales y a tiempo parcial se han incrementado en su número y que el año pasado se firmaron casi 20 millones de contratos en España, pero eso no debe verse sólo desde la óptica catastrofista de la izquierda. Escuchando y leyendo a expertos y analistas en el mercado laboral que explican este fenómeno, se comprueba que no es riguroso hablar de elevada precariedad por el solo hecho de que cada vez haya más trabajadores por cuenta ajena que tengan un empleo temporal o a tiempo parcial, puesto que en las economías más importantes del mundo se incrementa el porcentaje de contratos temporales cuanto más se aproximan al pleno empleo.

Para nuestra suerte, o nuestra desgracia, el mercado laboral en España está marcado por la estacionalidad. El turismo, acaso la industria más potente con la que contamos, está condicionado por ese parámetro, y es algo contra lo que no se puede luchar, pero también hay otros muchos sectores auxiliares y otras actividades profesionales que “sufren” la estacionalidad.

En todo caso, el actual porcentaje de empleos fijos en España es superior al 73%, una cifra más elevada que el 69% que existía en nuestro país antes de la crisisy la reforma laboral (IV trimestre 2007). En Madrid, que es una comunidad menos afectada por la estacionalidad del turismo de sol y playa o las campañas agrícolas, 8 de cada 10 trabajadores tienen un contrato indefinido y contamos con la tasa de estabilidad más alta de toda España.

También sería bueno recordar a la izquierda que en los países más desarrollados del mundo, con una tasa de paro mucho menor a la nuestra, como, por ejemplo, en Estados Unidos, los empleos temporales o a tiempo parcial están a la orden de día y que la gente desea tener un trabajo ya sea a través de un negocio propio, por pequeño que este sea, o encadenando sucesivos contratos al año.

Otra cosa es la discusión sobre los salarios, en este terreno, quizás, ha llegado el momento de contemplar una revisión al alza de los mismos -no en la proporción que se ha hecho con el Salario Mínimo Interprofesional, que se ha incrementado en un 8%- para ayudar aún más, si cabe, en esta fase expansiva de la economía que estamos atravesando. Este es un asunto que debe ser fruto del acuerdo entre todos los agentes sociales y que estoy convencido que el Gobierno de España sabrá liderar.