Gimnasia

Ana Pérez: «Mi hermano me enseñaba en la calle»

Repiten los ejercicios «mil veces o más» para no fallar el «día D». Ana, sevillana, 18 años, pelea por las plazas españolas para ir al preolímpico, donde buscaría el billete a Río

Ana Pérez: «Mi hermano me enseñaba en la calle»
Ana Pérez: «Mi hermano me enseñaba en la calle»larazon

Lo de Ana Pérez con la gimnasia fue amor a primera vista. «Te engancha inexplicablemente», dice. La practicaba su hermano, ella iba a verlo y rápidamente pidió a sus padres que la apuntaran. Era 2004. Así sucedió, pero hasta que pudo ir a entrenar tuvo un maestro improvisado. «Mi hermano me enseñó en la calle, haciendo los aparatos con lo que podíamos», recuerda esta sevillana de 18 años que ahora está en Madrid. «Hay rachas en las que sí echo de menos Sevilla, pero ya llevo dos años en la Blume y estoy muy adaptada», afirma, aunque, tímida que es de inicio, en su primer entrenamiento en la capital llegó a llorar. En el Centro de Alto Rendimiento se prepara para un sueño que sigue vivo: llegar a los Juegos de Río. En categoría femenina, España no logró la clasificación por equipos para la gran cita del deporte, pero tiene la posibilidad de ir con una gimnasta individual. «Hay dos plazas para el preolímpico (se disputa del 16 al 19 de abril en Río) que se deciden estos meses mediante controles», cuenta Ana, que ya ha sido campeona de España absoluta y que está entre las candidatas a ir a ese preolímpico. Para ello se prepara sin descanso. «Tres horas y algo por la mañana, en las que solemos hacer tres elementos, y por la tarde más. Algunos días hacemos elementos para corregir la técnica, para limpiar», narra. Y así de lunes a sábado. «Es un deporte sacrificado y tienes que estar muy concentrada porque al mínimo despiste te puedes caer», asegura Ana. «Podemos repetir un ejercicio mil veces o más», desvela. Y todo para que el día de la competición, en los 90 segundos como máximo que dura, salga perfecto. «Es un poco injusto, pero...», opina Pérez. Su aparato preferido es la barra, que está considerado como uno de los más difíciles. «Me cuesta más hacer paralelas. Cada gimnasta es un mundo», expresa. Aparte de los descritos hay dos aparatos más: suelo y salto. Éstos son los que coinciden con el masculino, que tiene otros tres propios.

Ana admite que de tanto entrenarlo se llega a perder el miedo a las caídas, aunque el riesgo está ahí, y sabe de lo que habla porque en sus inicios se rompió varias veces los brazos. Pero tenía claro que la gimnasia le gustaba. Disfruta más al terminar que durante el ejercicio: «Depende del aparato, pero cuando estás en ello sólo piensas: “Este elemento me ha salido, ahora a por el siguiente”. Cuando acabas y ha ido bien, la satisfacción es muy grande». Ana Pérez y Néstor Abad, Natalia García, Roxana Popa y Alberto Tallón son los becados de Podium en gimnasia. «Gracias a esa ayuda vives y compites más tranquila. Nos ayuda de cara al futuro y apoya a deportes minoritarios, que me gustaría que tuvieran más difusión y atención. Es prácticamente imposible vivir de esto en España», concluye Ana.