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Son inmortales

Nadal y Federer han ganado todos los títulos importantes de 2017 y son quienes tienen mayores opciones de acabar el año como número uno

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Nadal y Federer han ganado todos los títulos importantes de 2017 y son quienes tienen mayores opciones de acabar el año como número uno.

Del ocaso de Federer se empezó a hablar en 2013. Terminó ese año con una única conquista, el modesto ATP 250 de Halle, y su mejor resultado en los Grand Slams fueron las semifinales de Australia. Se gastó tinta contando que su ya entonces espectacular carrera tocaba a su fin. Sobre el «fin» de Nadal se especuló sobre todo en 2015. Después de haber superado numerosas lesiones, de haber revivido mil veces, le falló la cabeza, una de sus principales armas en una pista. Saturado, admitió que tenía ansiedad. Se dudó de que pudiera volver a regresar.

Fueron años de dominio de Djokovic en los que la mayor rivalidad en la historia del tenis parecía ya terminada, pero 2017 ha demostrado que era sólo un paréntesis. Con casi 36 años el suizo y con 31 el español, están volviendo a dominar el circuito a su antojo. De los torneos de más renombre (Grand Slams y Masters 1.000) que se han disputado hasta ahora, suyos han sido todos, con la única excepción de Roma. Federer ha conquistado el Abierto de Australia, imponiéndose precisamente a Rafa en otro duelo apasionante; Indian Wells, Miami y Wimbledon, a lo que suma su ya habitual triunfo en Halle. Sólo dos partidos ha perdido en 2017, en torneos para él de relleno: el ruso Donskoy, 116 del mundo, le pudo en Dubái, y el semi-retirado Haas (39 años y 302 en el ránking) le superó en Stuttgart. «Soñé y trabajé con ganar aquí de nuevo y lo he conseguido», aseguró el helvético tras levantar su octavo Wimbledon el domingo.

Nadal ha vuelto a ser el rey de la tierra batida con su décima conquista en Montecarlo y Roland Garros y con el triunfo en el Masters 1.000 de Madrid, a lo que unió también la «décima» en el Godó. Sólo perdió en Roma contra Thiem, al que después destrozó en las semifinales de París, como hizo con todo el que se puso delante, ya que conquistó la Copa de los Mosqueteros con más superioridad que nunca: sin ceder un solo set y sin jugar siquiera un «tie break». Aparte de eso, Rafa ha vuelto a mostrarse competitivo y confiado en el resto de superficies. En Australia, por ejemplo, cayó ante Federer en la final en un quinto set en el que llegó a ir con una ruptura de servicio a favor. La única diferencia respecto a hace unos años es que el suizo ha logrado tres triunfos seguidos sobre el zurdo de Manacor, algo que nunca antes había hecho. Han sabido reinventarse; Rafa, jugando más agresivo y Roger, posiblemente también, y cuidando más su físico. Son de nuevo temibles.

Mandan como antes, favorecidos en parte por el bajón de Murray y Djokovic. El escocés ha mantenido en Londres el número uno, pero las horas parecen contadas. En el ránking de la ATP tras el Grand Slam de hierba (ver gráfico), Nadal ya le pisa los talones sólo 285 puntos por detrás. Federer ha ascendido al tercer puesto y tal y como es el sistema de puntuación de la ATP, las dos leyendas son los principales favoritos para acabar 2017 como número uno. El concepto de «defender puntos» significa que para sumar tienes que mejorar el resultado del curso anterior. Esta parte de la temporada se la perdieron en 2016 ambos (Federer entera y Nadal, casi) por eso cada torneo es una opción de ampliar la cuenta; mientras que Murray ganó casi todo en estos meses del año pasado y aspira como mucho a quedarse como está. Defiende 5.280 puntos, por los 370 de Nadal y los cero de Federer. En un lugar intermedio está Djokovic, con 3.740.

La próxima cita es el Masters 1.000 de Montreal. Si allí gana Nadal, será número uno haga lo que haga Murray. Federer seguramente descansará.