Alemania

El nuevo poder en Volkswagen

La compañía reorganiza la cúpula y en la sede especulan con la hipótesis de que la familia Piëch, fundadora de Porsche, filtró la información.

El nuevo poder en Volkswagen
El nuevo poder en Volkswagenlarazon

La compañía reorganiza la cúpula y en la sede especulan con la hipótesis de que la familia Piëch, fundadora de Porsche, filtró la información.

Para Volkswagen siempre habrá un antes y un después del «Dieselgate», como se bautizó al escándalo de los automóviles trucados para burlar los test antipolución. La compañía alemana, que atraviesa sus semanas más negras, no ha tardado en reestructurar la cúpula. Fue el director general de Porsche, Matthias Müller, quien tomó el timón del grupo, que en pocos días ha visto caer en picado tanto sus acciones como su prestigio.

La noticia de que Volkswagen (VW) había instalado deliberadamente un software en alrededor de 11 millones de automóviles para disfrazar los resultados en los test norteamericanos que miden las emisiones contaminantes provocó una estupefacción mayúscula a escala mundial. Los vehículos podrían contaminar hasta cuarenta veces más. Desde que se destapó la trampa el 18 de septiembre, el gigante automovilístico no ha dejado de ser objeto de críticas y aún hoy, dos semanas más tarde, no se calculan los costes que podría asumir.

El presidente ejecutivo del grupo en el momento de saberse la noticia, Martin Winterkorn, anunció su dimisión cinco días después. El testigo lo cogía entonces el alemán Matthias Müller, a la cabeza de Porsche desde 2010. A pesar del respaldo de las familias herederas del imperio VW, el reto asumido por Müller no es sencillo: los expertos aseguran que la crisis no ha hecho más que comenzar.

Este nombramiento no es el único cambio en el ejecutivo de la compañía, ya que el escándalo ha modificado la lista de hombres fuertes en su organigrama. Algunos, como el ex presidente de Seat, Jürgen Stackman, han sido promocionados. Stackman sustituye como responsable de ventas a Christian Klinger, que abandonó el grupo por «diferentes visiones en la estrategia empresarial». El italiano Luca de Meo será ahora quien dirigirá la filial española.

Las altas esferas de la empresa se completan con Rupert Stadler, que continuará como presidente de Audi, Hans Dieter Pötsch, director financiero del grupo, Andreas Renschler y Herbert Diess, jefe de la marca VW. Todos ellos formaban parte de la lista de candidatos a sustituir a Winterkorn, aunque el nombramiento de Müller no sorprendió a nadie. La persona que ocupará la silla de Müller en Porsche será el alemán Oliver Blume.

Otro de los cargos que podría tambalearse es el del responsable de la filial en EE UU, Michael Horn, autor de la famosa frase «la hemos cagado». Además, la empresa ha congelado temporalmente sus contrataciones, según informan filiales de VW en Alemania. Sin embargo, el poder en VW no está únicamente en manos del equipo ejecutivo. Tras ellos está la sombra de Ferdinand Piëch, nieto del fundador de Porsche y uno de los hombres más influyentes en la corporación. Aunque oficialmente está fuera del equipo gerente y del Consejo de vigilancia, Piëch es un gran accionista. El poder accionarial de su familia se vio reforzado recientemente al comprar a Suzuki un 1,5% de las acciones, y su participación llega al 52,2%.

El pasado abril, Ferdinand Piëch protagonizó una lucha de poder junto a Winterkorn, al que quería lejos del cargo, a favor de quien, curiosamente, acaba de estrenar la silla del presidente, Matthias Müller. Sin embargo, la renuncia del entonces máximo dirigente del grupo no se produjo, pese a las presiones de Piëch al resto de miembros del Consejo de vigilancia, del que él mismo formaba parte. Winterkorn ganó la batalla respaldado por la Junta gracias a sus logros: convertir VW en la mayor compañía del mundo, por delante de Toyota, y vender en 2014 más de diez millones de coches.

Cinco meses más tarde, después de la dimisión de Winterkorn, el nieto del creador del «escarabajo» vuelve a la esfera pública tras una larga ausencia. La presencia de Piëch en el Salón Internacional del Automóvil en Fráncfort al poco de saltar el escándalo no resulta casual para muchos. En Wolfsburgo, sede de VW, hay teorías que insinúan que Piëch pudo filtrar información sobre el software tramposo, insinuaciones que han sido desmentidas por su biógrafo. En cualquier caso, el asiento del presidente lo ocupa ahora su apadrinado, Müller, aunque no llega en el mejor momento.