Distribución

El reto de conquistar a un consumidor cada vez más “preparado”

La Razón
La RazónLa Razón

¿Sabemos realmente lo que quiere el consumidor? Conocer cómo piensan y qué quieren los clientes es el gran desafío que tenemos todas las empresas a diario, y uno de los pilares esenciales para definir nuestra estrategia corporativa y cómo queremos dirigirnos a ellos.

La situación económica en la que nos hemos visto inmersos en los últimos años, sumada a la relevancia de Internet y a la universalización de la información, han hecho que el comportamiento y el modo de pensar, de informarse, de decidir... del consumidor haya cambiado.

Por ello, las compañías somos conscientes de que nosotros también debemos renovarnos, tenemos la obligación de ser creativos, de innovar de forma constante para acercarnos y cautivar al cliente, tanto en el caso del que queremos captar como al que es necesario fidelizar.

Vivimos en una era en la que consumimos mucha información, que nos llega de infinidad de canales. Por ello, el nuevo consumidor es una persona “conectada”, que interactúa con marcas, personas... y vive nuevas experiencias a través de esta multicanalidad que le rodea.

El consumidor es más selectivo, exigente e inteligente, se adapta con gran facilidad a mantener una relación más interactiva y direccional con las empresas, en la que ha adquirido un papel mucho más activo y decisorio.

Asimismo, la responsabilidad con la sociedad y con el medio ambiente están más presentes en la mentalidad colectiva de los clientes, por lo que piden a las marcas que compartan esta conciencia y aporten un valor añadido en los mercados en los que operan.

Y por último, pero no por ello menos importante, los clientes buscan contar con una relación más cercana y personalizada que les aporte una buena experiencia, que les haga conectar con la empresa de modo que se sientan percibidos como únicos y no como un número más dentro de unos objetivos comerciales.

Todo ello nos lleva a reafirmarnos en nuestro afán de situar al cliente en el centro de nuestra actividad, así como en la especialización de los productos y servicios si queremos conquistar a los clientes. Ellos son, indudablemente, el principio y fin de nuestro trabajo, y por ello, lo más importante.