Finanzas

Los CFD se lanzan a por los jugadores on-line

Son derivados financieros que toman su precio de otro activo
Son derivados financieros que toman su precio de otro activolarazon

Las apuestas deportivas constituyen un caladero de posibles clientes, debido a la poca aversión al riesgo y a la desarrollada cultura tecnológica que los caracteriza.

Son productos que democratizan la inversión. Pese a no ser muy conocidos entre el gran público, los CFD permiten a una persona con apenas unos euros ejecutar operaciones que años atrás quedaban relegadas a los grandes actores. Se trata de derivados financieros que toman su precio de otro activo –una acción, por ejemplo–. Así, la diferencia entre el precio de compra y el de venta determina la ganancia o la pérdida del inversor. Es decir, si una persona abre una posición a corto, esperando que el precio baje, sobre las acciones de un banco que se cotizan en ese momento a 15 euros y al día siguiente la cotización de ese título baja a 14 euros, el inversor ganará un euro por cada activo en el que haya invertido. Y es que los CFD posibilitan obtener rendimiento si el precio de la acción baja, mientras que las acciones tradicionales sólo reportan ganancias cuando éstas se revalorizan.

La escasa cultura financiera de los españoles supuso un freno para el desembarco de los CFD en nuestro país, que no se produjo hasta 2007. Sin embargo, y teniendo en cuenta el interés que han despertado en Reino Unido –donde nacieron–, su potencial es enorme. De hecho, se calcula que cerca del 50% del volumen que se mueve en la bolsa de Londres corresponde a CFD y productos similares. No obstante, la revolución tecnológica y la posibilidad de acceder de forma masiva a la información constituyen todo un filón para esta industria.

Los CFD van dirigidos a inversores acostumbrados a operar con apalancamiento –característica más significativa del producto–, ya que éste minimiza los tiempos de la operación e incrementa considerablemente el potencial de beneficios y pérdidas. Y aquí es donde se encuentra la clave de la inversión en CFD. «Más que acertar con la tendencia del mercado, resulta crítico saber gestionar las operaciones abiertas. Sobre todo, si van generando pérdidas». Daniel Pingarrón, responsable de Estrategia de Mercados de IG, detalla que son inversores conscientes del funcionamiento y los riesgos del producto, que en gran medida basan sus decisiones en el análisis técnico y en el corto plazo, y que destinan una parte limitada de sus recursos a este tipo de inversión. «Es muy típico que el usuario de CFD tenga su capital diversificado en otros instrumentos financieros más orientados al largo plazo, como acciones, fondos, depósitos...», agrega.

Desconocidos

Debido a las características específicas de estos productos, los jugadores on-line de apuestas deportivas están empezando a convertirse en un nicho de mercado. Y Pingarrón lo achaca, principalmente, a la poca aversión al riesgo y a la desarrollada cultura tecnológica. En estos momentos, los CFD no se explican si no es con plataformas de «trading» on-line, o con la versión de la plataforma para los «smartphones». «En la actualidad, más del 40% de las operaciones de los clientes de IG España en CFD se realizan a través de aplicaciones para los teléfonos móviles». En cualquier caso, aclara que los inversores de CFD no apuestan, sino que analizan el mercado y buscan oportunidades de rentabilidad, por lo que «los perfiles son muy diferentes».

Estos instrumentos ponen en manos del inversor minorista todas las herramientas y rangos de inversión que utilizan los grandes inversores institucionales. Desde acciones –con bajas comisiones– hasta las plataformas más avanzadas, con posibilidad de hacer «trading» algorítmico y automático, con sus versiones para el teléfono móvil o cualquier otro dispositivo electrónico. Y desde el sector invitan a perder el temor a este tipo de productos financieros que antaño estaban limitados a las grandes firmas.

El miedo que suscitan estos vehículos se debe, en gran medida, al desconocimiento. Aunque incluso los actores de esta industria admiten que los CFD no son aptos para cualquier tipo de inversor, ya que se debe comprender bien el efecto de apalancamiento y seguir con atención las inversiones.

Pese a que no exista un registro de las operaciones, esta industria está ampliando su cuota de mercado dentro de los distintos productos de inversión a ritmos muy acelerados. No hay cifras oficiales, pero «los resultados empresariales que hemos presentado en los últimos ejercicios –como empresa que cotiza en bolsa, tenemos el deber de hacerlo– lo corroboran». Y como muestra, Pingarrón revela que la acción de IG, en el FTSE 250 de la bolsa de Londres, ha subido un 634% desde 2005. En cuanto al número de inversores, asegura que crece cada año, porque las rentabilidades ofrecidas por otros productos, o las oportunidades de inversión con otros instrumentos, no han sido nada atractivas últimamente, lo que ha despertado mucho interés por los CFD.

No sólo es que los inversores deben tener una mínima formación para operar, sino que el bróker tiene que estar regulado por la CNMV. Más allá de la imprescindible relación de confianza que ha de existir entre ambos, actualmente muchos de los que se anuncian no ofrecen ningún tipo de garantía legal. O, lo que es lo mismo, existen muchas empresas «piratas» en la industria. El responsable de Estrategia de Mercados de IG lamenta que este problema menoscabe la credibilidad y la seriedad del conjunto de brókers. Y advierte de que algunos de ellos ofrecen CFD a clientes españoles desde países extranjeros, sin regulación por parte de la CNMV, ni garantías, lo que les permite hacer una publicidad muy agresiva y poco rigurosa, omitiendo avisos sobre los riesgos del producto, despreocupándose de los clientes y con ciertos conflictos de interés, no gestionando correctamente las posiciones... «Cualquier inversor debe comprobar la regulación del bróker en el que opera, y evitar abrir cuenta con aquellos que no estén regulados por la CNMV. Hay que huir de eslóganes que prometen elevadas y fáciles rentabilidades», apostilla.

Perfil del inversor

El perfil del inversor en CFD en España es, principalmente, masculino, de todas las edades y capacidades económicas. Eso sí, suelen tener poca aversión al riesgo y cierta experiencia previa en los mercados. Analizan gráficos para tomar sus decisiones, operan principalmente en CFD sobre índices bursátiles (DAX, IBEX, DJIA), acciones españolas y divisas como el EUR/USD, el EUR/GBP o el USD/JPY. Asimismo, se sienten muy cómodos con las nuevas tecnologías, e incluso operan desde sus «smartphones».