Austria

El escrutinio final en Austria confirma el giro a la derecha

El presidente encargará hoy formar Gobierno a Kurz, que ya ha hablado con el líder ultra.

Afectuoso saludo de Juncker a Sebastian Kurz, ayer en Bruselas
Afectuoso saludo de Juncker a Sebastian Kurz, ayer en Bruselaslarazon

El presidente encargará hoy formar Gobierno a Kurz, que ya ha hablado con el líder ultra.

Aunque pocos esperaban sorpresas tras el domingo, el resultado definitivo de las elecciones de Austria vino a revalidar anoche la victoria de Sebastian Kurz, el líder del conservador Partido Popular (ÖVP), y si cabe a ampliar su capacidad de cara a formar un futuro Gobierno. Con el 100% de los votos escrutados, el ÖVP convalida claramente su victoria con el 31,5% de los votos, 7,5 puntos más que en 2013. Finalmente la lucha por el segundo lugar, la ganaron los socialdemócratas del canciller federal, Christian Kern, quien logró mantenerse estable con el 26,9% de los sufragios y tercero fue el ultranacionalista Partido Liberal (FPÖ), del populista Heinz-Christian Strache, con un 26%, un aumento de 5,5 puntos más que hace cuatro años.

Los analistas estiman que la coalición más probable será la de ÖVP-FPÖ, si bien la inclusión de los ultraderechistas no está exenta de polémica en Austria debido a que el país asumirá en el segundo semestre de 2018 la presidencia de la UE. Una circunstancia que, sin embargo, no impidió que el miércoles por la noche se produjera un primer encuentro de cara a posibles alianzas entre el líder del FPÖ y Kurz, tal y como ayer confirmó el mismo Strache. «Fue una primera conversación en la que pudimos hablar de forma privada porque hasta ahora nunca tuvimos esa oportunidad y tengo que decir que la charla fue muy abierta, comprensiva y amistosa», aseguró el líder ultranacionalista. Desde el domingo, Strache ya ha expresado en varias ocasiones su confianza de formar parte del próximo Gobierno en una alianza con el ÖVP.

Hasta que se forme la próxima coalición, el presidente, Alexander Van der Bellen, encargará hoy a Kurz la formación del próximo Gobierno. El líder conservador ganó las elecciones con un duro discurso contra la inmigración, en un intento de restarle votos al FPÖ. Austria, un país próspero de poco más de 8 millones y medio de habitantes, es uno de los países de la UE que más ha acogido migrantes en proporción a su población (un 1,5% en dos años), lo que atizó el debate sobre el coste de las prestaciones y sobre la capacidad de integración de los recién llegados, a lo que se sumó la supuesta «islamización» de Europa y la amenaza terrorista. Una circunstancia que dejó de ser un tema exclusivo de la ultraderecha para entrar en el programa de democristianos y, en menor medida, de socialdemócratas.