Elecciones generales

Freno a la «fuga» de votantes del PP a Ciudadanos

La Ejecutiva Nacional de Ciudadanos se reunió ayer en la sede del partido en Madrid para diseñar la estrategia en las negociaciones para formar gobierno
La Ejecutiva Nacional de Ciudadanos se reunió ayer en la sede del partido en Madrid para diseñar la estrategia en las negociaciones para formar gobiernolarazon

Ciudadanos se nutrió el 20-D principalmente de ex votantes del PP del ala más liberal. El 52,8% del electorado de los de Rivera procedía de votantes que en 2011 habían votado al Partido Popular, mientras que el restante 47,2% tenía un origen plural, siendo los ex votantes de centroizquierda en 2011, los que representaban el 33,4% de los votos de Ciudadanos, concretamente el 17,1% llegaba del PSOE y el 16,3% de UPYD. De otros partidos venía el 6,1% del voto de Rivera y el voto de los nuevos electores o votantes intermitentes suponía el restante 7,7%

La fidelidad electoral del PP, la mayor de todos los partidos políticos y que roza el 90%, es un freno a la expansión de Ciudadanos. Esa circunstancia unida al acercamiento al PSOE de los de Rivera, ha ido mermando el voto popular en el seno de Ciudadanos hasta representar ahora el 44,4% del voto de los de Rivera, es decir, 8,4 puntos porcentuales menos que hace tres meses. Hecho que adquiere más importancia al comprobar que el número de votantes a Ciudadanos se mantiene en el entorno de los 3,5 millones de votantes como el 20-D, por lo que no se trata de una mera variación en términos relativos, puesto que el número de votantes populares que confiaron en Rivera el 20-D fue de 1,850 millones y ahora sería de 1,574 millones.

Sin embargo, el voto de centroizquierda transferido a Ciudadanos ha pasado de representar el 36,3% el 20-D al 41,5% en estos momentos, tan sólo 2,9 puntos porcentuales menos que el voto procedente del PP. Los antiguos votantes de UPyD suponen el 19,2%, los procedentes del PSOE el 19,1% y los que parten de IU, el 3,2%. Por lo que Ciudadanos, consciente de las pérdidas por su flanco derecho, está recibiendo a electores «huérfanos» situados inmediatamente a su izquierda, es decir, principalmente del PSOE y los restos de UPyD. Un gobierno PSOE-Podemos, revitalizaría a Ciudadanos, incorporando al electorado más moderado del PSOE.

Ciudadanos nace en 2005 en la Cataluña del tripartito, inicialmente como plataforma cívica progresista contra el nacionalismo. Al año siguiente se constituyó como partido político. No es ajena su aparición a la crisis del socialismo catalán motivada por el tripartito y la reforma del estatuto de autonomía bajo el mandato de Maragall. El pacto del Tinell, como cualquier pacto que ha suscrito el PSOE con nacionalistas y fuerzas de izquierda, acaba pasando factura, en el caso del PSC el coste electoral fue enorme, pasó de 1,031 millones de votos en 2003 a prácticamente la mitad en 2010, concretamente 0,570 millones de votos. En siete años de experimentos con alianzas con partidos de la izquierda y nacionalistas, los socialistas catalanes vieron cómo desaparecían 0,561 millones de votantes. Una parte importante de estos votos fueron recogidos por el incipiente Partido de la Ciudadanía.

El origen en el centro izquierda de Ciudadanos es innegable, está en su ADN. Muchos «acusan» a Ciudadanos de ser un partido de izquierdas. Podría homologarse como de centroizquierda y se extiende por el espacio que el PSOE debería haber sabido ocupar, reubicándose en una posición centrada. Pero la llegada inesperada al poder en 2004 privó a los socialistas de un periodo de reflexión en la oposición y en lugar de girar al centro lo hicieron a posiciones más a la izquierda que las que dejó el felipismo. Doce años después, el PSOE sigue teniendo pendiente su reconversión en una fuerza auténticamente de centro-izquierda, centrista y progresista, comprometida con la unidad de España y defensora de la Constitución de 1978. Es la única posibilidad de supervivencia que tiene y es hacia donde los vientos de la Historia lo empujan.

Ciudadanos se percató de la falta de rumbo del socialismo español y ocupó el terreno electoral que existe en la frontera del PP con el PSOE. El 20-D consiguió 3,5 millones de votos. Un PSOE más centrado no hubiese dado la oportunidad a Rivera para convertirse en un partido bisagra a la europea y hubiesen ganado las elecciones del 20-D con más de 9,0 millones de votos; los 3,5 de C’s y los 5,5 del PSOE. Debido a la confusión del PSOE, Rivera controla la tierra de nadie que separa al PP del PSOE. Mientras el PSOE echa pulsos con Podemos, Ciudadanos acrecienta su poder e influencia a costa de reducir la maniobrabilidad del PSOE. El PSOE ha perdido en el periodo 2008-2015 a más de la mitad de sus votantes, ha reproducido el fracaso del experimento catalán. El futuro del PSOE no está en aproximarse a la izquierda radical y Ciudadanos ha aprovechado que los socialistas han descuidado su flanco derecho.