Caso Gürtel

Rajoy tendrá que volver al Congreso por «Gürtel»

El PNV, su socio presupuestario, se une a PSOE y Podemos y fuerza su comparecencia con carácter urgente en el Pleno

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.larazon

El PNV, su socio presupuestario, se une a PSOE y Podemos y fuerza su comparecencia con carácter urgente en el Pleno.

La izquierda se sale con la suya y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tendrá que volver a comparecer en el Pleno del Congreso de los Diputados para hablar del «caso Gürtel» y la presunta financiación irregular de su partido con carácter urgente. El PNV, socio presupuestario del Ejecutivo, es el que finalmente ha inclinado la balanza del lado de la izquierda, después del pacto firmado entre PSOE y Podemos para forzar esta citación. El portavoz de los nacionalistas vascos, Aitor Esteban, confirmó su voto a favor de esa comparecencia en la reunión de la Diputación Permanente, órgano de gobierno de la Cámara Baja cuando no hay sesiones parlamentarias, que se celebrará el jueves. La justificación es que un caso de tales dimensiones exige de la mayor información y claridad posibles.

La mayoría absoluta de la Diputación Permanente se obtiene con 33 votos y PP, Ciudadanos (Cs) y UPN suman 32. PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT y Bildu también suman 32. Por lo que el voto del PNV es decisivo para resolver esta cuestión. En el Gobierno confiaban en que el PNV no se dejara llevar por esta estrategia de la izquierda después de que el presidente ya compareció el 26 de julio en la Audiencia Nacional para declarar, como testigo, en el juicio de la primera trama del «caso Gürtel». Entienden en las filas populares que esta comparecencia «no tiene sentido» porque Rajoy ya ha dicho todo lo que tenía que decir. «Su declaración no va a variar de lo que dijo en la Audiencia, y allí no dijo nada distinto de lo que viene diciendo en público cada vez que se le ha preguntado», alegan.

No obstante, en el PP dicen estar «tranquilos» porque no temen que este desmarque afecte a la negociación de los Presupuestos, que tiene que concretarse con el arranque del nuevo curso político. Y también confían en que Ciudadanos (Cs) «no se deje arrastrar» y mantenga su posición en contra de esta nueva comparecencia de Rajoy en Pleno. La formación naranja ha sostenido hasta ahora que era partidaria de que no se añadiese una nueva citación a la que ya tiene pendiente Rajoy en la comisión de investigación sobre la financiación del PP que está abierta en el Congreso. El presidente ya compareció ante el Pleno del Congreso para hablar del «caso Bárcenas» en agosto de 2013, por lo que en ningún caso es previsible que aporte nada nuevo a lo que ya ha dicho en sede política o judicial.

El PP se defiende ante la presión política con la advertencia de que «aquí sólo hay maniobras por parte de una oposición que no tiene más argumento que el de agarrarse a casos de corrupción del pasado y ya judicializados». Cierto es que la corrupción sigue siendo el flanco más débil del Gobierno, y cada vez que marca la agenda continúa penalizando en las encuestas al partido de Rajoy. Pero la dirección popular contraataca echando en cara a la izquierda que no tenga más alternativa que la de seguir removiendo los casos de corrupción que les afectan. El PP da por hecho que la economía seguirá sumando a su favor y que por esa vía la oposición no encontrará argumentos para desgastarles ante la opinión pública. «Remueven la corrupción porque no tienen otra cosa», afirman en Génova.

Con todo, pese a que esta nueva comparecencia no es del gusto del presidente del Gobierno, en las filas populares afirman que no la temen. Y en eso coinciden con los de Ciudadanos, puesto que desde este partido ya advertían cuando PSOE y Podemos sellaron su acuerdo para pedir que Rajoy fuera al Pleno que «forzar demasiado la máquina» sólo podía servir para fortalecer a Rajoy, como ya ocurrió con la moción de censura fracasada que presentó Podemos. Habrá que ver cuál es su posición definitiva en la Diputación Permanente.

En cuanto a la estabilidad de la legislatura, en el Gobierno diferencian la batalla política de la alianza que les permitió sacar adelante los Presupuestos de 2017 y con la que confían aprobar los de 2018. «No hay ganas de elecciones. Ciudadanos no puede arrimarse económicamente a la izquierda. Y otros, como el PNV, no tienen nada que ganar de desmarcarse de la negociación y la disposición a buscar acuerdos que han demostrado hasta ahora en ese terreno. El interés nos sigue uniendo», afirman.