Elecciones

El fracaso del "win-win": 800.000 votos menos

No rentabiliza el «efecto Moncloa» y naufraga su estrategia de repetir elecciones, auspiciada por sondeos que le daban 130 escaños, que solo ha servido para engordar a Vox.

Declaraciones de Pedro Sánchez en las puertas de la sede del PSOE
Declaraciones de Pedro Sánchez en las puertas de la sede del PSOElarazon

No rentabiliza el «efecto Moncloa» y naufraga su estrategia de repetir elecciones, auspiciada por sondeos que le daban 130 escaños, que solo ha servido para engordar a Vox.

Pedro Sánchez propició la repetición de las elecciones para reforzar su posición, que el 28 de abril le obligaba a depender de Unidas Podemos y los independentistas. La estrategia se ha demostrado un fracaso, pues –tras los comicios del 10-N– el PSOE no solo necesitaría apoyarse de nuevo en ambos actores políticos, sino que ha experimentado un ligero retroceso en porcentaje de voto y en tres diputados menos. Los españoles le dan un aviso a los socialistas en las urnas, que viene acentuado por tratarse del partido del Gobierno, que tradicionalmente rentabiliza electoralmente el «efecto Moncloa». Este castigo está también motivado por la falta de acuerdo de la izquierda, que retrocede, ya que el fulgurante ascenso de la ultraderecha demuestra que han sido los verdaderos beneficiados de esta segunda vuelta en las urnas. Los socialistas han vuelto a ganar las elecciones, por tercera vez este año, con 120 escaños y el 28% de los votos, pero la victoria tiene un sabor agridulce, ya que se dejan 800.000 votos en siete meses. Desde el Comité Electoral del partido se esperaba hasta el último minuto superar el 30% del voto y acariciar los 130 escaños. A esta caída se suma que los socialistas dilapidan su amplia mayoría absoluta en el Senado.

De esta forma, la «mayoría cautelosa» a la que apelaban en Moncloa para ganar las elecciones no se ha movilizado como se esperaba en favor del PSOE. Los dos hitos que los socialistas concibieron como nexo de su campaña: la exhumación de Franco por la izquierda y la gestión de la sentencia del «procés» por el centro han sido, en realidad, un acicate para el auge de Vox. Sin embargo, los socialistas logran en Cataluña quedarse a un escaño de ERC, lo que podría leerse también como un respaldo a la política de «moderación, firmeza y proporcionalidad» tras los disturbios violentos en las calles de hace unas semanas, días en los que no se cedió a las presiones de PP y Ciudadanos para aplicar «medidas excepcionales» como el artículo 155 de la Constitución o la Ley de Seguridad Nacional.

Por bloques, la izquierda se impone sobre el de la derecha, pero –con la calculadora en la mano– el escenario no parece propicio para los pactos. Sánchez podría acariciar los 170 escaños junto a Podemos, Más País, PNV y los regionalistas del PCR, BNG y Teruel Existe. Sin embargo, los seis diputados que restan hasta la mayoría absoluta debería recorrerlos o bien con ERC, que se impone como quinta fuerza con 13, o con Ciudadanos (10) que siendo sextos se comprometieron a permitir que «España se ponga en marcha». En Ferraz no quieren explorar la vía soberanista y, desde que se forzó la convocatoria electoral, se hizo con la idea de que sería el PP el que desbloquease la situación. Sin embargo, con un Vox en una situación de suma fortaleza, no está claro que los populares vayan a dejar expedito el camino de la oposición a Abascal. Pedro Sánchez compareció al filo de las doce de la noche para celebrar la victoria y asegurar que buscará desbloquear la situación con todos los partidos para esta vez «sí o sí» tener Gobierno.