Los Ángeles

The Doors desde dentro

Es una de las bandas de rock más legendaria de todos los tiempos. Ahora, en «When You'r Strange», Tom DiCillo descubre la cara menos conocida del controvertido Morrison y su grupo

Una de las imágenes inéditas que incluye el documental de DiCillo (debajo). El primero a la izquierda es Morrison
Una de las imágenes inéditas que incluye el documental de DiCillo (debajo). El primero a la izquierda es Morrisonlarazon

Tom DiCillo («Living in Oblivion», «Johnny suede», «Delirious») sigue moviéndose en las aguas del cine independiente este interesante filme que incluye imágenes inéditas de los míticos The Doors. Y desde Sundance hasta el de Cannes, el público y la crítica han llegado a la misma conclusión: que se trata de uno de los mejores o más inéditos documentales de la temporada.

–A usted debía encantarle esta banda para decidir rodar una película que, por encima de todo, se trata de un homenaje...

–Lo que más me entusiasmó del proyecto es que una vez empecé a ver el material me transportó al pasado y lo viví al detalle. Algo increíble. No quise romper esa magia, sino que se viese luego en la pantalla. No la hice para provocar discusiones o polémica alguna, sino simplemente para mostrar quiénes fueron..

–¿Y cómo consiguió que Johnny Depp se convirtiera en el narrador de la misma?

–Se ofreció desde el primer momento. Le encantó la idea. Johnny es probablemente la persona más ocupada de Hollywood y no fue fácil encontrar tiempo libre en su atestada agenda, pero quería que fuera él por la calidad que aporta a todos los papeles que interpreta. Se trata de un actor inteligente, íntimo, sabía que eso era precisamente lo que esta cinta necesitaba porque cree en las palabras que dice durante todo el filme y, además, añade sus propios comentarios.

–¿Consiguió la película que tenía en mente?

–Bueno, no del todo, porque hubo demasiadas opiniones alrededor de ella. Fue un proceso largo de desarrollar. Al final conseguimos consenso y aunque no es lo que yo quería plenamente, al menos se parece lo suficiente como para que me sienta orgulloso del resultado.

–Al verla parece que es una recreación de la historia, no que estamos delante de imágenes reales.

–Le confieso que no dejo de preguntarme por qué la mayoría de los espectadores tienen la misma sensación que dice. Y, sin embargo, yo no hubiera podido recrear, por ejemplo, las de la gasolinera, se trata de algo prácticamente imposible. Ese hombre que está ahí es el auténtico Jim Morrison, se trata de grabaciones antiguas guardadas por los otros componentes del grupo.

–¿Cómo descubrió las imágenes que se hicieron para el vídeo «Queen of the Highway»?

–Me llegaron sin ningún orden, digamos que recibí el bruto. Cuando me metí de lleno a estudiar el abundante material –parte de él inédito– supe que había llegado el momento de rodar un documental sobre The Doors, una idea a la que ya había dado vueltas con anterioridad. Las imágenes del vídeo me dieron la clave para rodar la cinta.

–¿Qué admira más de la banda?

–Que ninguna instantánea de los Doors ha sido utilizada hasta hoy para un anuncio...

–¿Y quienes no vivieron esa época, qué van a descubrir gracias al documental?

–A un puñado de artistas que quisieron expresarse con integridad, algo que hoy día se ha perdido completamente. Por eso la música de Doors sigue viva.

–Además, consiguieron que el rock fuera distinto, que tuviera un contenido, digamos, social...

–Sí. Siempre prefirieron crear arte, no escribir canciones para vender desodorantes. Vivimos tiempos terribles en este sentido y The Doors representaban la antítesis de lo que sucede ahora. Antes los músicos deseaban serlo realmente, no sólo tipos famosos. Esa idea se ha ido extendiendo a otros aspectos de nuestra cultura, de ahí que nos hallemos en esta situación. Nadie quiere ser un aprendíz, trabajar duro, y, luego, si se logra, triunfar. No. Pienso que estamos caminando en un mundo culturalmente ciego.

–¿Por qué se separaron?

–Por la situación en la que estaba Jim Morrison, era imposible continuar de aquella manera...

–¿Cuál fue el mayor reto al que se enfrentó con este filme?

–Pretendía contar la historia respetando las ideas de John, Ray y Robby, el resto del grupo. Lo importante era mostrar las imágenes y permitir que el público disfrutara de esta aventura como si los vieran por primera vez. Son sorprendentes, aunque no cubren para nada todos los aspectos de la existencia que tuvieron. No sé si quienes vean la película lo saben, pero el concierto de Miami fue creado utilizando imágenes de otro. Lo único que existe de Miami es un audio y varias fotos... Buscaba que los miembros de la banda aparecieran como actores dentro de la película que yo había escrito. Sin juzgarles, sin añadir ningún romanticismo, sólo presentarlos.

–Sin embargo, luego la vio la familia de Morrison y, de alguna manera, cambió su forma de pensar...

–Desde luego; su hermana Pam asistió al estreno y salió llorando de la sala. Hasta ese preciso instante no me di cuenta de que, aunque los viera como personajes, eran reales. He de confesar que conté con el apoyo del grupo, de los más allegados a Jim, desde el principio. Tal vez porque vieron que lo que trataba era de reflejar un momento histórico y no jugar con su imagen, yo no hablo de Doors para llenarlos de mierda y de misterio y de esa manera vender entradas para el cine, solo quería contar su historia.

–¿Cuál ha sido entonces, su mejor experiencia con esta película?

–Me afectó de múltiples formas y todavía lo hace. Lo que ha quedado dentro de mí fue la integridad artística de Doors.Ni siquiera hoy la han perdido. Hacían la música que querían oír. En tanto autor independiente, me recordaron que no todo está en venta.

–¿Algunos afirman que el filme es poco halagador con Morrison...

–No he tratado de juzgar a nadie ni de realizar un retrato de Jim. Se han dicho mucho sobre él. Leyendas, tonterías. Siento respeto por los cuatro. Las imágenes en la que buceé dos años me brindaron una visión íntima de ellos. Para mí lo fundamental era ser honesto. Morrison me parece inmensamente más interesante como ser humano que como dios o demonio. Vivió y respiró. Aceptar eso era la única manera de mostrar la profunda impresión que me causó.