Ministerio del Interior

Manuel Navarrete: «Hay que aumentar más la seguridad en el periodo navideño»

El director del Centro Antiterrorista de Europol asegura que la amenaza yihadista evoluciona rápidamente y que la clave está en que la actuación policial se adelante a estas «mutaciones».

La Razón
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El director del Centro Antiterrorista de Europol asegura que la amenaza yihadista evoluciona rápidamente y que la clave está en que la actuación policial se adelante a estas «mutaciones».

De una manera tristemente profética, Europol alertaba en su último informe de que el terrorismo está dispuesto a extender sus tentáculos con armas no convencionales y actores solitarios que atentan sin el apoyo de células estructuradas. Ante los últimos acontecimientos ocurridos en Berlín, la agencia prefiere no hacer valoraciones por ahora, aunque muestra todo su apoyo a los cuerpos de seguridad alemanes.

–El último informe de Europol alerta de posibles ataques bomba y secuestros, uso de armas químicas y/o bacteriológicas, individuos que no actúan en células convencionales...

–La amenaza terrorista no tiene siempre una misma cara. Evoluciona, se adapta, parasita otras posibilidades... Creo que, precisamente, la capacidad de la actuación policial contra el terrorismo está en anticiparse lo más posible a esta mutación. Para eso está la información, la necesidad de conocer y compartir. Conforme la amenaza va evolucionando, tenemos que anticiparnos para prevenirla. Hemos visto ataques en París y Bruselas muy sofisticados, bien preparados y a la vez ataques improvisados reivindicados por Al Qaeda y el Estado Islámico, ejecutados por actores solitarios con menor capacidad, pero igualmente letales. Esa amenaza está en paralelo y los servicios de seguridad organizan métodos para prevenirla. El secreto está en la información y una actuación centralizada. Creo que se ha avanzado mucho desde París y Bruselas. En Europol creamos un equipo conjunto con franceses y belgas hace un año que se llama Fraternité para identificar quién planificó los atentados, qué pasó esos días y sobre todo por qué ocurrió. Estamos extrayendo muchas lecciones.

–Sobre actores solitarios igualmente letales, ¿supuso el ataque de Niza un punto de inflexión al utilizar un arma no convencional y ocasionar una masacre de esas proporciones?

–La diferencia fundamental está en el tipo de arma que se utilice, el entrenamiento que se tenga en usar ese tipo de armas y sobre todo la falta de humanidad. Las víctimas no importan para el terrorista. Las víctimas son un medio para aterrorizar a toda la población. Cualquier medio les es válido. Lo que sucedió en Niza es algo relativamente especial. Ha habido otros casos de armas no convencionales: cuchillos, machetes o vehículos con los que se ha intentado asesinar a miembros de las Fuerzas Armadas, pero nunca se había dado en esa dimensión. Matar a 80 personas con un camión es un resultado tremendo, pero los policías de los Estados europeos están tomando medidas para disminuir los riesgos ante estas concentraciones.

–¿Los gobiernos europeos deben poner en marcha aún más dispositivos adicionales en Navidad?

–Los servicios de contraterrorismo de la UE, tanto de inteligencia como policiales, llevan a cabo una valoración constante de la amenaza y de sus riesgos. Europol desempeña un papel importante porque somos la plataforma en la que se ponen en común estas situaciones y se hace una evaluación desde el punto de vista europeo. Naturalmente, cuando hay una mayor aglomeración de personas o un evento de importancia, puede ser utilizado por los terroristas para generar terror y víctimas. En el periodo navideño, se produce una mayor aglomeración de personas; los países llevan tiempo tomando medidas para aumentar la seguridad y, desde luego, hay que hacerlo.

–El último informe de Europol alertaba de que la amenaza se cierne no sólo sobre Francia y Bélgica, sino también sobre Alemania, Países Bajos y Reino Unido. Se señala menos a España. ¿Estamos fuera de peligro?

–Esa valoración se hace en función de la actuación terrorista, también por los complots descubiertos por las Fuerzas de Seguridad, en muchos casos con el apoyo de Europol, y también por el nivel del número de los denominados retornados. Pero no se puede establecer una clara prelación de Bélgica por encima de Alemania o de Reino Unido por encima de Francia. Estos son los países que por esas circunstancias pueden presentar una mayor probabilidad. España sigue siendo un objetivo del Estado Islámico, lo dicen en muchas ocasiones y está también presente ese nivel de amenaza. Por eso, hay que tomar medidas para mitigar que se pueda cometer un atentado terrorista. Desgraciadamente, España es objetivo al igual que otros países europeos.

–Hace casi un año que usted pasó a dirigir el centro antiterrorista de Europol. ¿Cuál es su balance? ¿Cree que colaboran lo suficiente los gobiernos europeos?

–Es verdad que la mayoría de las colaboraciones habían sido bilaterales. Hasta hace cierto tiempo, los terroristas no conseguían llevar a cabo ataques terroristas en Europa, no con la envergadura de París y Bruselas. Había una gran colaboración a nivel policial y de Inteligencia, pero quizás lo que faltaba era tener una mayor colaboración multinacional, y de ahí la propuesta de poner en marcha dentro de Europol el ECTC. Nosotros intentamos mejorar la conexión entre todos los servicios policiales y esto incluye los servicios antiterroristas de terceros países, como EE UU, Australia, Suiza, los Balcanes... Tenemos actualmente 45 autoridades competentes conectadas mediante el sistema de información de Europol. Eso ha enriquecido mucho el intercambio de información. También hemos avanzado en los ficheros del crimen organizado, cibercrimen, inteligencia financiera y terrorismo con un enfoque integrado de análisis operativo. El ECTC intenta encontrar las conexiones para llevar a cabo una actuación coordinada. Esto se ha producido en más de 60 ocasiones en 2015 y 2016. Por tanto, la posibilidad de que alguna información se pierda es menor y estamos mucho más en contacto con los Estados miembros. Europol está utilizando sus expertos casi en cada operación que se realiza en los Estados. Está haciendo valoraciones de las amenazas más periódicas, más ajustadas a las valoraciones nacionales. Colaboramos con países del Mediterráneo. Priorizamos la atención de los oficiales invitados, oficiales de los países europeos que son entrenados en Europol. Sobre el terreno, estamos trabajando en Grecia, ahora iremos a Italia para detectar cualquier vinculación de los terroristas que pueden infiltrarse en los grupos de refugiados. También estamos trabajando en la prevención online (el equipo IRU).

–La CE y Europol han creado un foro de la industria para la retirada de contenidos de radicalización, pero es voluntario y empresas como Telegram no participan...

–Sabemos que los terroristas están abusando de las redes sociales. Hemos obtenido una gran respuesta. Le puedo decir que de los 18.000 contenidos que en algo más de un año hemos puesto de manifiesto a los proveedores, en el 93% de los casos ya no está y es totalmente voluntario retirarlo o no. Desde el ETC e IRU también estamos promoviendo acciones para que los proveedores tomen medidas por sí solos antes incluso de que el juez se lo pida. No todas la empresas tienen la misma dimensión, pero creo que la acción política es muy alta, siempre se puede mejorar, pero vamos en la buena dirección.

–Pero teniendo en cuenta que cada vez más jóvenes se radicalizan a través de internet y no en mezquitas con imanes radicales, ¿no se puede luchar para que sea obligatorio?

–Eso es una discusión para el poder legislativo. Yo creo en la convicción por encima de la coacción. Hay que tener elementos para asegurar que la Ley se cumple, pero yo creo que la convicción es la mejor arma. A través del centro europeo estamos creando una conciencia de lucha contra el terrorismo que va en la prevención y en la reacción. Estamos en el camino adecuado y creo que no sólo la industria, sino también las personas que utilizan las redes sociales de buena fe están a favor de colaborar.

–Ante el avance de las fuerzas del régimen de Asad y la caída de Alepo, se teme el retorno masivo de los denominados «combatientes extranjeros». ¿Qué pueden hacer las Fuerzas de Seguridad para detectarlos?

–El fenómeno de los retornados tiene más de tres años tanto en países europeos como en el resto del mundo, y es un riesgo que se viene evaluando por los Estados miembros. Varios de los terroristas que participaron en los ataques de París y Bruselas eran combatientes extranjeros. Habían salido de Europa para viajar a Siria e Irak y volvieron a suelo europeo para perpetrar ataques. Esto ha llevado a una intensificación de la Inteligencia, a un mayor contacto de los servicios policiales, a una actuación mucho más global y coordinada para identificar y coordinar el punto donde estas personas pueden volver. Se ha hecho un refuerzo del control de fronteras para prevenir su entrada y cada Estado está tomando medidas para neutralizar posibles ataques.

–Los Servicios de Inteligencia británicos son de sobra conocidos por su eficacia. ¿Teme que el Brexit pueda socavar la colaboración con los socios europeos?

–Reino Unido es un actor muy importante en la seguridad europea. Los servicios de seguridad y policías de Reino Unido son muy activos colaborando bilateralmente con los países europeos y también con Europol. Es pronto para sacar conclusiones. Desde luego, la seguridad es un tema tanto para Reino Unido como para los países europeos que se sitúa muy alto en la agenda política y espero que se encuentre un acuerdo para garantizar los estándares de seguridad para ambas partes.