Hollande y Putin pactan en solitario una alianza global contra el yihadismo

Vladímir Putin ordenó hoy intensificar los bombardeos contra el EI en Siria tras conocerse que el siniestro del avión con turistas rusos en Egipto se debió a un atentado terrorista. Seguidamente, mantuvo una conversación telefónica con François Hollande, con el que acordó coordinar las acciones militares de ambos países contra el EI. Ambos mandatarios se reunirán el 26 de noviembre en Moscú.

Moscú celebró ayer el cambio de la postura de Francia sobre Siria a raíz de los atentados, en forma de coordinación militar, si bien el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró que es pronto para hablar de una «amplia coalición» internacional contra el Estado Islámico, lamentando especialmente la postura de Washington, que «renuncia a cualquier cooperación». Previamente, el presidente Putin, que recibirá el jueves de la próxima semana a Hollande en la capital rusa (también será recibido por Obama en la Casa Blanca), dio la orden de «establecer contacto directo con los franceses y trabajar con ellos como aliados», mediante un plan de acciones conjuntas, en referencia no sólo a la operación aérea, sino también a la coordinación marítima.

Cuando hace poco más de un mes preguntaron a Hollande en una entrevista si Putin era aliado de Francia en Siria, la respuesta del presidente francés fue categórica: «No, de momento no es nuestro aliado, es el aliado de Bachar al Asad». Pero los atentados de París han obligado a Hollande a dirigirse al presidente ruso para pedir su colaboración en la lucha contra Daesh. La implicación de Rusia, que hasta ahora ha privilegiado el apoyo a Bachar al Asad, significa que Francia cambia de estrategia y la marcha de Asad deja de ser una prioridad.

En los próximos días se encontrará frente a las costas sirias un grupo naval francés encabezado por el portaviones «Charles de Gaulle», que zarpará mañana jueves, y los buques rusos, encabezados por el crucero «Moskva», buque insignia de la flota en el Mediterráneo, que ofrece cobertura a la base aérea de Latakia y a los puntos de suministro de material militar. Coincidiendo con el inicio de la cooperación con Francia, Moscú anunció ayer la intensificación de su campaña militar. Esa nueva marcha se traducirá, según anunció el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, en añadir 37 aviones al despliegue para duplicar el número de ataques aéreos «en todo el territorio del país». De ésos, 25 son bombarderos estratégicos de grandes dimensiones, que Rusia utilizó ayer por primera vez en Siria. «Desde esta mañana, bombarderos de largo alcance Tu-22M3 golpean objetivos del Estado Islámico», declaró el titular de Defensa, remarcando que «todos los ataques se realizan contra objetivos previamente investigados», en alusión a las informaciones que denuncian bajas entre la población civil consecuencia de las bombas rusas, que tachó de «ataques informativos».

Desde esos bombarderos estratégicos se lanzaron ayer 34 misiles de crucero de gran alcance, con los que se destruyeron 14 instalaciones de los terroristas, según reza un comunicado del Ministerio ruso de Defensa. Un ataque del que se avisó previamente a Washington, en virtud de los acuerdos de octubre, extremo corroborado por la parte estadounidense. Entre las posiciones atacadas se encuentra la ciudad de Raqa, bastión del Estado Islámico al este de Siria, también golpeada desde el domingo por las bombas francesas. En todo caso, y pese a la intensificación de la campaña, el Kremlin volvió a descartar ayer un despliegue de tropas terrestres. «El objetivo de la operación es exclusivamente apoyar desde el aire la ofensiva de las fuerzas sirias», comentó el portavoz.

Recordamos que, según informes de la Inteligencia occidental, Rusia tiene ya desplegados en Siria entre 2.000 y 4.000 militares, contingente que, sin embargo, no participa por ahora en operaciones terrestres. El Estado Mayor ruso presumió ayer de que su operación, que arrancó hace 48 días, ha permitido «liberar vastos territorios», entre ellos, se refirió a 40 poblados de la provincia de Alepo, la base aérea de Kuwairis. Actualmente, añadió, la ofensiva avanza en dirección a Palmira, bajo control del Estado Islámico. Después del acuerdo alcanzado entre Rusia y Francia, el primer ministro francés, Manuel Valls, se declaró convencido de que a partir de ahora Moscú bombardeará exclusivamente al Estado Islámico en Siria, tras haber admitido que la tragedia del avión ruso en el Sinaí fue provocada por un atentado. Valls recordó que Moscú había admitido previamente el atentado contra su avión y que eso constituirá «un auténtico cambio» porque «hasta ahora los bombardeos rusos iban sobre todo contra la oposición» al régimen del presidente sirio.

En cuanto a los movimientos diplomáticos del presidente francés, François Hollande, para crear una única coalición contra el EI unificando las que actualmente lideran Estados Unidos y Rusia, Valls aseguró que «debe haber espacio para todo el mundo». «También para los grandes estados de la región, porque sin ellos nada es posible», señaló el jefe del Gobierno, que indicó que no hay que olvidar «el apoyo necesario a los kurdos, que luchan con una bravura extraordinaria».