Moreno a Díaz: «Usted ya se ha ido y ese viaje no tiene retorno»

El PP redobla las críticas a la presidenta de la Junta en el tramo final para la celebración de las primarias del PSOE por la acumulación de responsabilidades orgánicas e institucionales

Susana Díaz encara la recta final para las primarias del PSOE. Una vez levantados los avales sobre el tapete, no se ha producido el «ko» del contrincante en el primer asalto, tal y como apuntaban los pronósticos más optimistas. Apenas 6.000 apoyos separan a los dos principales aspirantes, por lo que hasta que no se conozcan los datos el 21 de mayo todo es incertidumbre: Pedro Sánchez llega más vivo de lo que se esperaba.

Antes, el próximo lunes a mediodía, la presidenta andaluza se enfrenta a la encerrona con los tres candidatos en la sede madrileña de Ferraz. La atención mediática es máxima y el resultado puede acabar siendo decisivo para atraer el tercio de votantes que aún está en el aire. Hoy tiene acto de partido en Mataró y la agenda de actos continuará el fin de semana. No extraña por tanto que Susana Díaz, a pesar de la hiperactividad de la que hace gala –«cuando quiera comparamos las agendas», le dijo al presidente del PP-A– acuse el ritmo frenético. Ayer salió de la sesión de control parlamentaria menos airosa de lo habitual. Leyó buena parte de las respuestas e incluso no conocía el nombre del portavoz adjunto que sustituyó al líder de Ciudadanos. «¿Rodríguez era?», le preguntó al vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, sentado a la izquierda de su escaño.

Susana Díaz está dispuesta a compatibilizar la presidencia de la Junta y la Secretaría General del PSOE, si finalmente gana las primarias. Lo dijo por primera vez en su discurso navideño y desde entonces no ha parado de repetirlo. Pero lo cierto es que esta situación le está generando un desgaste debido al reproche machacón por parte del resto de los partidos. No hay sesión parlamentaria en la que la duplicidad de tareas de Díaz no capitalice la atención. Y la de ayer, por tanto, no fue una excepción.

El coordinador general de IU-CA, Antonio Maíllo, aprovechó una pregunta sobre los asentamientos chabolistas de los inmigrantes que trabajan en la agricultura para afearle que «ya no existe como presidenta». «Está físicamente, pero no políticamente». «No está en lo que tiene que estar porque esto le aburre. La política andaluza le parece una cosa menor», deslizó el dirigente izquierdista. «Su dejadez la incapacita porque Andalucía lo que necesita es valentía y ganas y en su caso está aquí a desgana», abundó Maíllo, quien le instó a «remangarse» y «en lugar de irse por ahí», viajar a los asentamientos chabolistas de Almería o Granada para que la gente que trabaja en el campo «pueda vivir con dignidad».

La presidenta de la Junta censuró la que consideró «demagogia ramplona» del líder de IULV-CA, pero la siguiente andanada en la misma línea llegó del presidente del PP andaluz. «Andalucía –dijo– no es un plan ‘b’ o un cuartel de invierno». «El problema es que no dedica tiempo a Andalucía. Y quien mucho se ausenta pronto deja de hacer falta». «Usted ya se ha ido y ese viaje no tiene retorno. Pase lo que pase ya ha optado».

En este mensaje es en el que está insistiendo el PP e insistirá hasta que se celebren las primarias porque la escasa diferencia en la recogida de avales entre Susana Díaz y Pedro Sánchez deja el partido muy abierto. En el caso de que Díaz perdiera el cónclave, Díaz se complicaría la continuidad en la región al arrostrar el baldón de ser candidata a palos. Aunque no es un diagnóstico en cualquier caso definitivo. Manuel Chaves salió con fórceps del Ministerio para presentarse como candidato en la Junta en 1990 y estuvo como presidente 19 años.

En el PP también hay marejada interna con los congresos provinciales que están a la vuelta de la esquina. Varios, de hecho, entre ellos el de Sevilla, coinciden el 21 de mayo con las primarias socialistas. Fue el resorte que aprovechó la presidenta de la Junta para combatir las críticas del líder de la oposición, al que acusó de «regentar las casa de los líos» y acudir a Génova para solventar los problemas orgánicos. «Mire detrás de su escaño», le dijo en referencia al hasta ahora presidente del PP de Sevilla, Juan Bueno.