Sáenz de Santamaría regresa a Palencia para vivir un año más las fiestas de San Antolín

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, participó en los actos centrales de las Ferias y Fiestas patronales en honor de San Antolín de Palencia en lo que calificó una forma «diferente» de disfrutar, ya, que confesó, como vallisoletana que es su presencia en otras ocasiones fue para estar «de fiesta». «Me resulta muy particular, soy de Valladolid y he venido de fiesta pero venir institucionalmente, Es una diferencia importante», aseguró con una sonrisa cómplice a los profesionales de los medios de comunicación.

La número dos del Gobierno demostró esa cercanía hacia Palencia saludando, conversando y fotografiándose con vecinos, peñistas y admiradores que se acercaron a ella durante el recorrido procesional tanto en trayecto de ida a la catedral como a la vuelta una vez finalizada la misa. Sáenz de Santamaría también participó de las tradiciones más queridas por los palentinos en su día grande: besar las reliquias del San Antolín y beber agua de la cripta de la seo junto miles de personas.

Llegó al edificio consistorial a las 10,20 horas de la mañana, diez minutos antes de la hora prevista, para reunirse con el alcalde de la ciudad, Alfonso Polanco, y la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén. «Nada más llegar ya me han hecho trabajar», volvió a bromear Sáenz de Santamaría que explicó que repasaron un listado de peticiones, las obras presupuestadas para 2016 y proyectos para la ciudad y la provincia entre lo que se encuentran el desdoblamiento de la autovía A-62 a la altura de la localidad palentina de Dueñas, y el acceso a la A-67 desde la capital.

Tras el encuentro, la vicepresidenta accedió al salón de Plenos para firmar en el libro de honores y distinciones. Fue Alfonso Polanco el encargado de poner voz a la palabras escritas por Sáenz de Santamaría: «Mi reconocimiento al Ayuntamiento de Palencia por su trayectoria de buena gestión y entrega al servicio de los palentinos, de Castilla y León y de España, y mi cariño a la ciudad de Palencia, tierra serena y sincera de gente noble y esforzada». En la plaza Mayor, la música y la algarabía de las peñas dieron avisaron de que se acercaba el momento del inicio de la procesión. A la llegada de la comitiva, sonó el himno de Palencia y, mientras arrancaba el desfile, Sáenz de Santamaría abandonó su puesto para saludar y fotografiarse con palentinos y peñistas. El administrador diocesano, Antonio Gómez, recibió a las autoridades a las puertas de la seo para dar paso a la celebración de la misa en honor al patrón de la ciudad.