EL OBJETIVO DE LA NORMATIVA LINGÜÍSTICA

La lengua y la educación vehículos idóneos para el nacionalismo

Como es lógico, el conseller de Educación, Vicent Marzà, sigue defendiendo la nueva normativa lingüística. ¡Cómo no!. La ha redactado él. Pero por más que quiera disimular, hay varios aspectos atentatorios contra derechos y libertades.

Voy a centrar la atención en tan solo dos: la limitación drástica de la libertad de los padres a elegir la educación de sus hijos y el perjuicio al castellano. Estos dos puntos obedecen a la propia ideología del conseller como buen militante de Compromís, partido que bebe las esencias del comunismo, especialmente Iniciativa, cuyo objetivo se centra en el control de todo desde el aparato del Estado, especialmente del sistema educativo para conducir a las personas desde la niñez hacia su corral.

Desde esa perspectiva, nacionalista y totalitaria, hay que contemplar el acoso al castellano. Ahí es donde entra de lleno el otro gran miembro de Compromís, el Bloc Nacionalista valencià. Como admite la propia vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, el primer estadio ya está conseguido, la unidad de la lengua. Nada a favor del castellano, todo a favor del valenciano, del catalán para más señas.

Lo de los Países Catalanes se queda para más adelante. Hoy no conviene, chirriaría demasiado cuando el problema de nuestros vecinos se encuentra en plena ebullición. Allí de este modo empezó todo. También lo ha dejado expuesto claramente la vicepresidenta en determinados foros afines. Pero, con esto de la tecnología, queda rastro de todo. Así es la vida.