Policía

En el pasillo de los camerinos de los Goya no había cámaras

El hotel donde se celebró la ceremonia del sábado no dispone de videovigilancia en la zona donde desaparecieron 30.000 euros en piezas de joyería. La Policía se centra en testimonios y peristas para su investigación.

En el pasillo de los camerinos de los Goya no había cámaras
En el pasillo de los camerinos de los Goya no había cámaraslarazon

El hotel donde se celebró la ceremonia del sábado no dispone de videovigilancia en la zona donde desaparecieron 30.000 euros en piezas de joyería. La Policía se centra en testimonios y peristas para su investigación.

La investigación del robo de joyas del hotel donde se celebraron los Premios Goya el pasado sábado podría ser más complicada de lo que cabía esperar. Los agentes de Policía Judicial de la comisaría de San Blas, encargados de las pesquisas, no dispondrían de imágenes que poder analizar al no contar el hotel con cámaras de videovogilancia, al menos, en ese lugar, según confirmaron ayer a este periódico fuentes policiales. Se trata de los pasillos del área de camerinos del Auditorio del hotel Marriott. Esta zona «backstage» no cuenta con cámaras y, por tanto, será imposible la identificación del autor por esta vía.

Sí hay instaladas fuera del edificio –algunas enfocan, además de las salidas principales, puertas de personal– y en otras zonas del establecimiento hostelero aunque se desconoce, sin embargo, si funcionaban o simplemente se habían instalado como medida disuasoria. En cualquier caso, parece que por ahora tendrán que centrarse en la toma de declaración a aquellos testigos que puedan aportar datos relevantes a la investigación, a partir del filtro que tienen que realizar al listado de trabajadores proporcionado por la Academia de Cine, organizadora del evento. Es decir, que no llamarían a todos los que pasaron por la zona –que pudieron ser cientos– sino a los que consideren que puedan aportar detalles de relevancia investigativa.

Aunque no se descarta ninguna línea, los encargados del caso creen que se encuentran ante autores «no profesionales», es decir, que no creen que haya detrás ninguna banda organizada y las pesquisas apuntan a que se trata de algún trabajador, acompañante o externo a la organización con acceso a esa zona anexa al escenario de la entrega de premios. Bien de la organización del evento –había decenas de estilistas y profesionales de vestuario trabajando esa noche allí– o incluso del propio hotel Marriott. La Policía cree que es pronto para descartar a nadie.

Después de localizar a estas personas, tendrían que tomarles declaración en sede policial. «Más que para saber si sospechan de alguien, que eso nadie lo va a decir, es útil para saber quién le dio la llave a quién, por si caen en contradicciones, algún relato no coincide con la hora o chirría en algo», explica un investigador. Esta labor puede llevar varios días o incluso semanas.

Los expertos coinciden en que en alguien «no profesional» en este tipo de hurtos suele «caer» antes en un interrogatorio. «O se derrumban o se ponen nerviosos. Se nota cuando alguien no quiere hablar o, por el contrario, se muestran colaboradores con la investigación».

El o los autores del robo podrían haber dado ya salida a las piezas en el mercado negro. Por eso, otro de los puntos clave de la investigación será centrar a los receptadores, peristas que trabajan en sitios muy concretos de la capital y que a menudo han estado ya investigados en relación a otros robos. Por ejemplo, en Aikon II, una operación de la Brigada de Judicial de Madrid contra georgianos dedicados al robo de joyas en pisos, se detuvo a varios ciudadanos españoles de etnia gitana que hacían de peristas y les compraban los objetos robados.

De haber «colocado» ya en el mercado negro todas las piezas estaríamos hablando de unos pendientes, unos gemelos y una sortija de la marca Suárez cuyo valor asciende a los 29.240 euros.

Según la denuncia presentada por el jefe de producción de la gala en la comisaría del distrito, los hechos habrían ocurrido entre las 22:00 horas del sábado, cuando comenzó la ceremonia, y las 10:00 horas del lunes, cuando algún responsable acudió a recoger las cosas de la gala al hotel. Las piezas se encontraban, según la denuncia, en sus correspondientes cajas en uno de estos cuartos de la zona de camerinos destinados al personal de vestuario.

A pesar de que el lunes el portavoz del hotel aseguró a este diario desconocer el suceso (la Policía ya había estado allí investigando), ayer emitieron un comunicado en el que aseguran que fue a las 13:00 horas cuando «la productora de la Gala de los Premios Goya comunica al hotel la desaparición de las joyas», pero se desvinculan de cualquier tipo de responsabilidad.

Tránsito elevado de gente

A pesar de haber albergado el pasado sábado un evento de estas características, aseguran que fue el lunes cuando «el hotel recibe la primera noticia de la existencia de las denominadas joyas en uno de los camerinos del auditorio. En ningún momento se comunicó al hotel ni a la seguridad del mismo la presencia de las joyas en las instalaciones». Sobre el posible autor de los hechos que se investigan, desde el hotel admiten que desde la celebración de entrega de premios hasta el desmontaje del escenario y de cada una de las salas a lo largo de todo el domingo e incluso el mismo lunes «el tránsito de gente fue elevado» en la zona del robo.