Videos

Carmena debuta en el desfile y la Princesa se hace «veterana»

La alcaldesa charló con Rajoy y Morenés mientras esperaban la llegada de los Reyes

Los Reyes, con sus hijas, presiden el desfile de la Fiesta Nacional de 2015
Los Reyes, con sus hijas, presiden el desfile de la Fiesta Nacional de 2015larazon

Los Reyes, acompañados por sus hijas la Princesa Leonor y la infanta Sofía, han presidido el desfile militar de la Fiesta Nacional, el último de esta legislatura.

Mirando al cielo y charlando de forma distendida. Así aguardaban ayer la llegada de los Reyes a la plaza de la Lealtad el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, quien debutaba en la parada militar del Día de la Hispanidad. Su estreno no estuvo pasado por agua como amenazaba el tiempo, que finalmente dio una tregua al que fue el último desfile de la legislatura. Acompañada por su marido, Eduardo Leira, y sentada en la tribuna de invitados junto al presidente de Melilla, Juan José Imbroda, la regidora madrileña fue de las más buscadas y sus movimientos eran observados con lupa, como cuando charlaba con el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, o con el asturiano, Javier Fernández.

Pero no fue la única cara nueva en un acto que contó con la presencia de los presidentes autonómicos que accedieron al cargo tras las elecciones del 24 de mayo y para quienes ésta era su primera parada militar: Emiliano García- Page (Castilla-La Mancha), Pedro Antonio Sánchez (Murcia), José Ignacio Ceniceros (La Rioja), Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Francina Armengol (Baleares), Javier Lambán (Aragón) y Fernando Clavijo (Canarias). También se estrenaba como presidenta Cifuentes, aunque ya había participado anteriormente en la parada como delegada del Gobierno. Y, aunque ya es tradición, las ausencias volvieron a ser más mediáticas y en este caso fueron la del presidente catalán en funciones, Artur Mas, la del vasco, Íñigo Urkullu, y la de la navarra Uxue Barcos. Por su parte, sólo dos ministros no estuvieron en el acto: el de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el de Economía, Luis de Guindos, ambos de viaje oficial.

Tanto al inicio como al final del acto se formaron los clásicos «corrillos» entre dirigentes, como el del presidente gallego Alberto Núñez-Feijóo y la andaluza Susana Díaz. También pudo verse al líder de los socialistas, Pedro Sánchez, conversar amigablemente y bromear con el portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando. Muy cerca de ellos estaban la diputada de UPyD Rosa Díez y el portavoz socialista, Antonio Hernando, quienes también coincidieron en la conversación. Ellos, al igual que el resto, también miraban a las nubes alejarse y comentaban el tiempo, tema recurrente ayer.

Y así, con el cielo despejándose poco a poco, llegaban Don Felipe y Doña Letizia acompañados por sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Después de los saludos protocolarios y tras escuchar el himno, Don Felipe, vestido con uniforme de gala de la Armada, pasó revista a la tropa antes de situarse en la tribuna para el homenaje a los que dieron su vida por España, desde donde entonó «La muerte no es el final». Fue él, el capitán general de las Fuerzas Armadas, el encargado de depositar una corona de laurel ante el monumento a los caídos. Durante el toque de oración, el centro de Madrid quedó envuelto en un silencio casi sepulcral, roto por las salvas de fusilería y por el estruendo de los siete aviones C-101 de la Patrulla Águila, que dibujaron en el cielo la bandera de España.

Llegaba el turno del desfile y las aeronaves volvieron a ser las protagonistas. Volaron 53 a menor altura que de costumbre, por lo que los ciudadanos, sobre todo los más pequeños, pudieron observar con más detalle a los cazas Eurofighter o a los F-18, los más llamativos. Participaron aviones y helicópteros que representan las diferentes capacidades de las Fuerzas Armadas, como la protección del espacio aéreo, la contribución a las misiones en el exterior o la lucha contra incendios. Así, volaron los «Harrier» de la Armada, los helicópteros de ataque «Tigre» del Ejército de Tierra o los «Hércules» del Ejército del Aire. Como ya ocurrió el año anterior, pudo verse a las hijas de los Reyes disfrutar al paso de los aviones mientras Doña Letizia hablaba con ellas.

Fue la sección de motos de la Guardia Real la encargada de abrir el desfile terrestre, en el que participaban 3.400 efectivos. Don Felipe estuvo en todo momento de pie saludando al paso de unidades como la Brigada Paracaidista, la UME, las tropas de montaña o la Guardia Civil. Entre medias desfiló la bandera de la OTAN, debido a que España es la nación anfitriona en el ejercicio más importante de la Alianza: el «Trident Juncture». Los más aclamados, como siempre, los Regulares de Melilla con sus 90 pasos por minuto y la Legión.

El desfile llegaba a su fin con las unidades a caballo, tras lo que los Reyes abandonaron la tribuna para despedirse de las autoridades. Antes de marcharse, Don Felipe charló unos minutos con Morenés y Rajoy, quien tuvo algún gesto de cariño con la Infanta y la Princesa, que ha dejado atrás los bostezos del año anterior y cumplió con el protocolo.

Morenés, «emocionado» con los militares en el exterior

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, mantuvo ayer una videoconferencia con los diferentes contingentes en misiones en el exterior. En la actualidad, más de 2.700 militares están desplegados en alguna de las 16 operaciones en las que participa España y el ministro quiso saludar y felicitar a todas ellas. «Hace cuatro años les dije que España se hacía fundamentalmente fuera. Hoy, he de decir gracias por haber hecho esa España reconocida fuera». Así arrancaba Morenés su saludo a los militares, ante los que se mostró «emocionado de comprobar en cuántos sitios está España ya», porque «somos un país comprometido».

El detalle

La cabra de la Legión se llama Pablo

Es de los «participantes» más aclamados y queridos en todos los desfiles. Y uno de los clásicos que nunca da plantón a sus compañeros. Aunque en esta ocasión, la cabra de la Legión también debutaba. Se llama Pablo y apenas tiene un año, lo que la convierte en la mascota más joven de todas las unidades legionarias. Pese a ello, y como aseguran desde el Ministerio de Defensa, «tiene mucha instrucción», como demuestra el hecho de que desfiló sin ir atada. Aunque en esta ocasión no portaba el gorrillo legionario, sí que lucía el manto con el emblema de su unidad.

Eso sí, en cuanto se hizo público su nombre, las redes sociales se llenaron de comentarios preguntándose si se debía al líder de Podemos, que el año pasado dijo que quería eliminar las mascotas de las Fuerzas Armadas.