Reforma constitucional

A favor de la reforma del aborto

La reforma de la legislación sobre el aborto impulsada por el ministro de Justicia tiene el respaldo de la mayoría de los españoles, según se desprende de la encuesta de NC Report que hoy publica LA RAZÓN. En concreto, el 51% de los consultados se manifiesta partidario de una ley de supuestos, frente al 24% que prefiere una ley de plazos. Igualmente, un número nada despreciable de ciudadanos, el 21%, considera que el aborto no debe regularse bajo ningún concepto, por primar el derecho a la vida. Si se cruzan estas respuestas con las obtenidas de la pregunta «¿está a favor de proteger los derechos de los no nacidos?», a la que contesta afirmativamente una amplia mayoría del 69,1%, parece evidente que la liberalización del aborto propiciada por el último Gobierno socialista no respondió a la demanda de una sociedad como la española que, en su mayor parte, admitía su despenalización en ciertos supuestos como un mal menor, que fue la opción elegida por el legislador, también socialista, en 1985. Igualmente, sorprenderá en las filas de los pro abortistas que sean los más jóvenes, los comprendidos entre los 18 y los 29 años, quienes den los porcentajes de respuesta positivos más altos a la defensa de los derechos de los no nacidos –68,3%– y a una regulación de supuestos –55,2%–. También recibe el abrumador rechazo del 85,5% de los consultados uno de los aspectos más señeros de la última ley socialista, el que permitía abortar a las menores sin el permiso de sus padres. La conclusión es evidente: frente a la embestida de la izquierda oficial española en favor de que se imponga el aborto como si fuera un derecho –pretensión que choca, además, con nuestro ordenamiento constitucional–, la mayoría de los ciudadanos se inclina por la opción que representa la reforma aprobada en el penúltimo Consejo de Ministros del año 2013, tal y como se prometía en el programa electoral del Partido Popular. Es una opinión mayoritaria que, además, transciende a las banderías políticas, puesto que los partidarios de la liberación del aborto, aún suponiendo que todos profesaran una ideología izquierdista, lo que no es el caso, representan un porcentaje muy inferior –el 24%– a la media de votos que reciben los partidos de ese sector del arco parlamentario. Es un hecho sobre el que debería reflexionar Alfredo Pérez Rubalcaba, como líder del principal partido de la oposición. La ruptura de muchos de los consensos constitucionales durante la última legislatura socialista, entre los que se encontraba la legislación del aborto, representó un factor nada despreciable en la tremenda derrota socialista de 2011. Aunque solamente sea por su propio interés electoral, debería aceptar la realidad de que el aborto siempre es un fracaso, con muy pocos entusiastas.