El Brexit no tiene vuelta atrás

Más de cuatro millones de británicos han solicitado a la Cámara de los Comunes que se repita el referéndum sobre el Brexit en la iniciativa popular más suscrita de la historia de Reino Unido. La incertidumbre generada tras la victoria de la salida de la UE crece día tras día y, aunque el primer ministro, David Cameron, ha descartado una segunda consulta, es un termómetro perfecto para medir el grado de arrepentimiento de los votantes. Desde luego, el asunto lo merece. Los efectos negativos se suceden en un país que se ha partido por la mitad debido a la temeridad de un dirigente que no quiso medir las consecuencias y que carecía de «plan B». Dejó en manos de una ciudadanía mal informada una cuestión crucial para toda Europa y ya no hay vuelta atrás. Cameron no será quien negocie la desconexión, pero hasta septiembre no conoceremos a su sustituto al frente del Gobierno. Un retraso de la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa que vuelve a ser un despropósito. La libra sigue en caída libre ante tantas dudas, pero no es la única. Todos los mercados europeos, también el español, lo pagan a diario. El núcleo duro europeo trata de meter prisa a los británicos, aunque sólo ellos pueden activar el proceso. No estaría de más que, al menos ahora, demostraran estar a la altura y aceleraran su salida.