Educación

Acoso a los profesores de Religión: «Han puesto la directa y van a por nosotros»

Varias comunidades han suprimido horas semanales de la asignatura e incluso Aragón quería sacarla del horario escolar

Varias comunidades han suprimido horas semanales de Religión
Varias comunidades han suprimido horas semanales de Religiónlarazon

Varias comunidades han suprimido horas semanales de la asignatura e incluso Aragón quería sacarla del horario escolar.

Juan Latorre Morales es profesor de Religión en Andalucía, una de las regiones donde este colectivo ha sido atacado por la Administración gobernada por el PSOE en forma de reducciones de horario y de obstáculos para poder impartir una materia que los padres de los alumnos eligen mayoritariamente en centro públicos, privados y concertados. Está harto e indignado: «Es inaudito que en este país los profesores seamos la gran lacra. Y, por tanto, hay que crucificarnos». Este docente pone de manifiesto el modus operandi de las administraciones que atacan la enseñanza de la asignatura de Religión, que coinciden, además, con gobiernos de izquierdas, ya sean sólo del PSOE o de éste con Podemos: «Como no pueden romper los acuerdos con la Santa Sede, de momento, pues han decidido, ellos que son tan democráticos, ir quitándonos horas del currículum, horas de clase». En concreto, en Andalucía, hace unos años se suprimió una hora semanal en 1º de ESO y ahora lo quieren hacer en 3º a partir del próximo curso. «Los partidos de izquierdas van a por nosotros y han puesto la directa», añade.

Ante esta situación, en la que se imponen los ataques y el silencio –«los profesores no quemamos contenedores ni cortamos autovías, ni tiramos piedras y, por lo tanto, nadie nos tiene en cuenta»–, cree que hay que plantar cara, luchar por sus derechos: «La enseñanza religiosa tiene que estar siempre en la escuela pública. Cada padre y madre debe poder elegir si su hijo o hija acude o no a esta clase. Quienes no la elijan tienen que tener una materia alternativa de igual categoría y con el mismo reconocimiento. Ambas asignaturas deben ser evaluables y tienen que contar para la nota media. Tan respetable es la opinión de quien decide que sus hijos no den Religión en la escuela como la de quienes decidimos que los nuestros sí lo hagan. Pero esta decisión compete a los padres y madres según nuestra Constitución».

Mientras tanto, siguen las trabas. Una de las últimas ya ha sido denunciada por el sindicato ANPE y tiene que ver con el acceso a las convocatorias de bolsas de trabajo en algunas comunidades autónomas, en las que se exige como requisito a los profesores de Religión estar en posesión del título de especialización didáctica o Máster en Secundaria, cuando hasta la fecha no era necesario. Ante la consulta del citado sindicato, el Ministerio de Educación aclaró que como no existe en la actualidad másteres de profesores de enseñanza secundaria en los que se recoja la especialidad de «enseñanza de religión católica», entiende «que no se puede exigir» un título de estas características para la impartición de esta materia. En cualquier caso, la situación de la asignatura es muy delicada en las autonomías donde gobiernan partidos de izquierda, ya que su propuesta política pasa por reducir al máximo esta enseñanza. De hecho, en Aragón, el Gobierno de PSOE y Podemos recomienda en las instrucciones que envía a los centros que «se minimice la impartición de enseñanzas confesionales en el aula».

Es precisamente en esta comunidad donde se ha producido la última polémica sobre la materia, pues el Ejecutivo autonómico no sólo propuso una reducción del horario en Primaria y en ESO, sino que enviaron la asignatura en 2º de Bachillerato fuera del horario escolar y sin alternativa. Una circunstancia que ha obligado a los obispos de Aragón a plantear un recurso en la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), que, hace unos días, suspendió cautelarmente la orden que se ponía en marcha el curso que viene. Una decisión que el Tribunal ha justificado por «los perjuicios relevantes, pues coloca a los padres y alumnos que quieran la religión en este curso en una situación desigual». Los encuentros que se habían mantenido entre obispos y el Gobierno aragonés no habían servido para nada con la decisión unilateral de la alianza sociopodemita, tal y como reconoce a LA RAZÓN Bernardino Lumbreras, delegado de Enseñanza del Arzobispado de Zaragoza. «Esta decisión afectaba a muchos alumnos, pues se les ponía en la tesitura de elegir la enseñanza religiosa o perder el autobús que le lleva a su casa. Es discriminatorio y, por eso, pedimos las medidas cautelares».

Por su parte, el sindicato de Profesores de Religión en Centros Estatales (Apprece) en Aragón acusa a las «izquierdas radicales» de ir contra los horarios de Religión «sin respeto alguno a la Ley». Además, ven «pedagógicamente inaceptable que haya centros en los que la asignatura se esté considerando un comodín para organizar los horarios de los profesores» y concluyen que «no podemos aceptar que en comunidades como Andalucía, Aragón, Asturias y Extremadura cualquiera se pueda convertir en intérprete del respeto o no de derechos fundamentales y del cumplimiento de los acuerdos entre estados o convenios entre el Gobierno y las confesiones religiosas, faltando al respeto al profesorado de las enseñanzas de Religión, como si no le asistieran también unos derechos laborales, sometiéndolo a un trato discriminatorio». José María Guardia, su presidente, reconoce a este periódico que en el sindicato apoyan sin fisuras el recurso presentado por los obispos y no descartan personarse, porque en Aragón «han ido un paso más allá que Andalucía, que lideraba los ataques». «Nos sentimos discriminados. Sentimos que nos están faltando al respeto, como si no tuviéramos derechos laborales. Como vemos que no cabe el diálogo, y lo hemos intentado, nos queda la vía judicial», concluye.

Baleares fue la pionera en los recursos judiciales por parte de la Iglesia, que además resultaron favorables; le siguieron Asturias, Andalucía y Aragón. Pero el acoso sigue. Tanto, que los profesores de Religión salieron recientemente a la calle para denunciar «un ERE encubierto» por la reducción de horas lectivas y los contratos por horas. En total, sólo en la comunidad insular podrían perder su trabajo hasta 56 profesores.

Más alumnos en públicos

Y mientras esta batalla ideológica continúa, lo cierto es que el número de padres que inscriben a sus hijos en Religión sigue siendo la opción mayoritaria en centros públicos, privados y concertados. De hecho, en el curso 2015-2016 subieron por primera vez en 13 años los alumnos inscritos en Religión en los centros públicos. El 53% de los alumnos, según el informe anual que publica la Conferencia Episcopal Española. Es decir, un 2,12% más que en el curso 2014-2015. Algo que no sucedía desde el curso 2002-03. Ese año, el 73,9% de alumnos de centros públicos se matricularon en esta asignatura, frente al 69,21% que la escogió en el curso anterior.

Una materia que ayuda «a enfocar»

«Aprende a enfocar. En clase, elige Religión. La vida más clara». Éste es el lema de la campaña que el Arzobispado de Valencia y el Obispado de Segorbe-Castellón llevan realizando los últimos años para promover la enseñanza de la Religión en la escuela y para poner de manifiesto sus bondades. Algunos de los beneficios de la materia son «descubrir el valor de la vida, admirar el arte, alcanzar la paz y entender la historia». En la página web eligereligioncatolica.org se pueden encontrar materiales y argumentos para alumnos, padres y profesores. Según el vicario de Evangelización del Arzobispado de Valencia, Javier Llopis, «sin el conocimiento del hecho religioso sería casi imposible entender «la historia, el valor de la vida o el arte».