Agencia Espacial Europea

Objetivo de la ESA: estudiar hielo y fuego del sistema solar

La Razón
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La ESA se propone lanzar en los próximos años sendas misiones –Solar Orbiter y Juice– para estudiar los entornos más extremos de nuestro sistema solar. La primera despegará en octubre de 2018 y su objetivo será observar la actividad del Sol y su influencia en el entorno interplanetario. Después, en 2022, despegará Juice (Jupiter Icy Moons Explorer), que se dedicará a estudiar el sistema de Júpiter y sus tres lunas heladas, Europa, Ganímedes y Calisto.

Solar Orbiter es, en palabras de Luis Sánchez, jefe de desarrollo de Operaciones de Ciencia del orbitador, «una misión clave para entender la relación entre el Sol y la Tierra». Entre sus principales objetivos –informa Ep– figura establecer una relación entre los fenómenos solares y las perturbaciones que éstos crean en el espacio entre la estrella y la Tierra y observar los polos del Sol para poder entender el funcionamiento de los ciclos de actividad solar. Con la observación de los polos de la estrella los científicos podrán tener modelos de la capa de convección solar que no se restrinjan sólo al ecuador. Para ello, Solar Orbiter estará tres años y medio observando la estrella y su entorno, a partir de 2021, y se aproximará en el perihelio a 42 millones de kilómetros del Sol, más cerca que la órbita de Mercurio. Esta cercanía a la estrella, y su intenso entorno de radiación, 13 veces superior a lo habitual, ha supuesto grandes desafíos tecnológicos para el diseño del satélite. En el Sistema Solar, el otro objeto de mayores dimensiones, y con un campo magnético sólo por debajo del solar, es Júpiter, que es el objetivo de la misión Juice. Su propósito es averiguar «si la vida tal y como la conocemos podría desarrollarse no sólo en las zonas más frías (del espacio), sino en las lunas heladas alrededor de planetas gigantes», explica Claire Vallat, científica de operaciones de la misión.