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El abogado de Porto avisa: «Lo relevante está por llegar»

Ramiro Cerón atiende a los medios de comunicación tras declarar en el juicio
Ramiro Cerón atiende a los medios de comunicación tras declarar en el juiciolarazon

Eran más de las cinco de la madrugada cuando dos forenses pasaron una lámpara azul sobre el cadáver de Asunta. El artilugio se conoce como luz de Wood. Ellas creyeron que podía tratarse de vestigios de una agresión sexual y así lo refleja la secretaria judicial en el acta: «Se aprecian manchas posiblemente de semen en la región cervical y del hombro izquierdo». En la autopsia se descartó la agresión sexual, pero cuando la camiseta de la menor fue analizada por el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil dio positivo en fluidos genéticos masculinos. Se extrajo el ADN y al meterlo en la base saltó una coincidencia. Se correspondía con un hombre acusado de violación. Los agentes determinaron que no estaba vinculado al crimen. El juez estableció que se trataba de una contaminación en laboratorio, pero el abogado de Rosario Porto no lo cree: «¡Son demasiadas coincidencias! ¿De qué era la mancha anterior? Yo no lo sé».

Durante la jornada de ayer, el dueño de los fluidos corporales y varios miembros de su familia fueron interrogados. La letrada de Basterra lo fusiló a preguntas; tanto, que el magistrado presidente la llamó al orden: «No me haga recordarle que está interrogando a un testigo. A este ciudadano ya se le retiró la imputación». La letrada se moderó, pero siguió lanzando dardos. El testigo cayó en varias contradicciones respecto a las versiones que había dado anteriormente: «El 21 de septiembre estaba en casa. Me levanté y con mi hermana me fui a un centro comercial a por mi traje de bodas. Después de eso volvimos a casa y comimos. Por la noche fuimos a cenar a un restaurante». Cuando se profundiza en los detalles es cuando su versión choca con las anteriores. Quizá el mal recuerdo, quizá los nervios de estar en un juicio. «Se ha visto que el hombre del semen no ha dicho lo mismo que en sus anteriores versiones. Entonces realizó otro relato de los hechos. Además ni los empleados del centro comercial ni el dueño del bar recuerdan haberlo visto el día del crimen. ¡Ojo! No digo que sea culpable, pero nadie, más allá de su familia, avala su versión», explicó José Luis Gutiérrez Aranguren al terminar la sesión. «Por cierto, que después de los testimonios de los últimos días ha quedado claro que Porto amaba a su hija y que eso de que la estorbaba es una tontería. Ya aviso, hasta ahora sólo ha habido fuegos de artificio. Lo relevante está por llegar», anunció.