Policía

Una muerte por maltrato cada cinco días

Las tres fallecidas en 24 horas elevarían el número de víctimas a 27, una de las cifras más altas de los últimos años.

En el crimen registrado en Collado Villalba, el presunto asesino habría simulado un robo
En el crimen registrado en Collado Villalba, el presunto asesino habría simulado un robolarazon

Las tres fallecidas en 24 horas elevarían el número de víctimas a 27, una de las cifras más altas de los últimos años.

Tres mujeres asesinadas en 24 horas. De confirmarse estos casos, el número de víctimas mortales por violencia de género alcanzaría las 27. Una cifra similar a la registrada en 2014, cuando, aproximadamente por estas fechas, se contabilizaban 25. Así, cada cinco días, una española es asesinada por su pareja o ex pareja.

En Madrid fueron dos las víctimas: Susana y Valentina. Una vivía en el distrito de Ciudad Lineal; la otra, en Collado Villalba, al norte de la región. Española de 55 años la primera y rumana de 38 la segunda. No tenían mucho en común a excepción de las circunstancias en las que se fueron de este mundo: las dos el sábado y asfixiadas a manos de sus parejas. Ninguna había denunciado previamente. Sus maridos, ambos detenidos, tampoco tenían antecedentes. A mediodía se encontraba el cadáver de Valentina en su domicilio, en la calle Puerto de Canencia de Collado Villalba. Estaba atada, amordazada y tenía una bolsa de plástico en la cabeza. Su marido, de 43 años, no se encontraba en la casa. La llamada al teléfono de Emergencias 112-Comunidad de Madrid se produjo a las 12:19 horas. Hablaba en un tono muy bajo, pero los técnicos entendieron algo de un robo. Por eso se activó una patrulla de la Guardia Civil y de la Policía Local, que acudieron al lugar. Allí se encontraron con una escena muy diferente y fue la Policía Local quien llamó al Suma para que un médico certificara el óbito. A mediodía se detuvo a su marido, quien posiblemente quiso hacer creer a los agentes que se trataba de un robo. Probablemente también esté detrás de la llamada.

Poco después, a las 22:00, se produjo en Madrid la segunda muerte. Susana tenía 55 años y era amante del reiki, la meditación y los gatos. Jesús no era su marido pero llevarían más de 15 años juntos. «Hace dos años, a ella le dio algo raro y se la llevó el Samur. Cuando me encontré con él y le pregunté qué tal estaba Susana me respondió raro y muy rápido: “Bien, bien, la están mirando”, así como pasando de largo», explicaba una vecina. La asfixió con sus manos y después trató de quitarse la vida apuñalándose en tórax y abdomen. Cuando se recupere, será puesto a disposición judicial por parte del Grupo VI de Homicidios de Policía Nacional. Ahora se había jubilado pero trabajó durante años como directivo de Alsa. Ella tenía una hija de una pareja anterior que no vivía con ellos.

La tercera víctima se registró en Murcia. Cuando a las 7:20 una trabajadora llegó a su puesto en el centro de la Asociación para la Atención de Personas con Trastorno en el Desarrollo (Astrade) de Molina de Segura, no podía imaginar la imagen dantesca. Su compañera, la cuidadora Beatriz Ros, de 30 años, estaba en el suelo rodeada de sangre. Un machete se encontraba cerca de su cuerpo. En el vestíbulo, un hombre se había ahorcado. Era el conserje, de 48 años de edad y vecino de Beniel que, a pesar de ser empleado, no tenía turno de trabajo. Por motivos que todavía se desconocen, el hombre asestó varias puñaladas a su víctima. Una de ellas fue mortal. Ambos mantenían una relación secreta, por lo que se cree que la propia víctima pudo facilitarle el acceso. Beatriz era hija del ex concejal de Vivienda del PP de Molina de Segura, Cayetano Ros. En la actualidad estaba en proceso de divorcio y tenía un hijo de cinco años. Su asesino también tenía pareja y un hijo de corta edad.