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Victoria Cadarso: «Párese un par de veces al día y su cerebro descansará»

La autora de «Domina tu voluntad» asegura que el cerebro se entrena y que el estrés es la enfermedad silenciosa de este siglo.

Victoria Cadarso: «Párese un par de veces al día y su cerebro descansará»
Victoria Cadarso: «Párese un par de veces al día y su cerebro descansará»larazon

La autora de «Domina tu voluntad» asegura que el cerebro se entrena y que el estrés es la enfermedad silenciosa de este siglo.

Es una entrenadora de cerebros, una psicóloga entusiasta que en apenas media hora desestresa al que la entrevista enseñándole unas sencillas terapias. Victoria Cadarso ha escrito «Domina tu voluntad» (Esfera) para ayudarnos a tomar conciencia de los factores que intervienen en los procesos de cambio y alcanzar metas sin sabotearnos.

–¿Se domina la voluntad?

–Sí, se puede entrenar, aunque cuando se está estresado es más difícil dominarla.

–¿Cómo se abre la olla del estrés?

–Hay que saber manejar el miedo, el enfado y la tristeza, que son las emociones de supervivencia. El miedo es el eje central de la energía. Cuando se aprende a liberar esas emociones se puede tener control de la voluntad.

–¿El cerebro se entrena?

–Sí. Hay tres cerebros en uno, y cada uno tiene sus funciones y se entrena de una manera distinta. Debemos aprender a estar presentes, no anticiparnos al futuro ni recordar el pasado. Siempre hay que hacerlo lo mejor que se pueda en cada momento. El problema es que nos juzgamos a toro pasado. Que la sociedad actual sea tan cambiante hace que el cerebro esté hiperactivado. Y para conseguir las metas hay que estar enfocado.

–¿Hay que alinear la energía para que esté disponible?

–Totalmente. Por eso a la gente que sufre un estrés continuado durante mucho tiempo le falla su sistema inmune y luego empieza a enfermar. La relación entre el estrés continuado y la enfermedad es directa. El estrés se puede manifestar hasta año y medio después de haberlo sufrido. Para superarlo hay que aprender a estar relajado. Pararse, respirar y darse cuenta de que eso es todo lo que puedes hacer en ese momento. El estrés es la respuesta inespecífica a un cambio.

–¡Maldito estrés!

–Es la enfermedad silenciosa de este siglo. Va deteriorando nuestro organismo poco a poco, por lo que luego somos propensos a coger todo tipo de enfermedades. El 80% de éstas son psicosomáticas. Sólo con pararnos a relajarnos un par de veces al día damos un descanso al cerebro. Andar entrecruzando mano derecha-pierna izquierda (el hemisferio derecho gobierna el lado izquierdo del cuerpo, y al contrario) equilibra ambos hemisferios. Cerrar los ojos también es importante, porque dejas de recibir estímulos del entorno, así como hacer respiraciones profundas, que permiten resetear el cuerpo.

–¿El miedo nos protege?

–Sí, pero el exceso de miedo nos bloquea. La energía del miedo se desactiva actuando. Si no actuamos por estar bloqueados luego nos arrepentimos y sufrimos ansiedad. El miedo está en la base de todos nuestros fracasos. Si no aprendes a manejar el miedo, éste podrá contigo.

–¿Debemos ser amables con nosotros mismos?

–Por encima de todo. Si una parte de ti critica a la otra parte, no sabemos quiénes somos. Todos nos autosaboteamos, aunque cada uno de una manera.

–¿Cuáles son los principales frenos al logro de nuestros deseos?

–Para conseguir lo que nos proponemos lo primero es saber con claridad lo que queremos y, luego, aceptar lo que está a nuestro favor y en nuestra contra. Para cambiar hay que pensar, sentir y actuar.

–¿Si quiero, puedo?

–Si te das cuenta de que tienes tres cerebros y que debes alinearlos para conseguir todo lo que te propones darás los pasos adecuados. Si pienso, siento y actúo, lo hago. Quizá algo no lo puedas lograr en un momento dado, pero todo se puede conseguir con esfuerzo y tiempo necesarios. La depresión es otra de las enfermedades del siglo XXI. Éstas oscilan entre la depresión y la ansiedad. Algunas depresiones se deben a la falta de ganas y otras, a la de fuerzas.

–¿Las emociones engordan o adelgazan?

–No comemos necesariamente cuando tenemos hambre, sino porque estamos tristes, enfadados... También pueden adelgazar, porque cuando alguien tiene miedo no come.

–Usted sabe de corazones rotos. ¿Cómo se curan?

–Cuando tenemos el corazón roto solemos echar la culpa hacia fuera, pero yo no creo en la culpa. Creo en la responsabilidad. En una relación que no funciona la responsabilidad está al 50%. Un corazón roto duele de verdad. Ha habido gente que ha ido al médico creyendo que iba a sufrir un infarto y en realidad era que había tenido una ruptura amorosa. El corazón roto, aunque duela, puede ser una oportunidad para conocernos mejor a nosotros mismos. El dolor físico de un corazón roto puedes curarlo en un mes, pero el dolor emocional dura años, e incluso toda la vida para algunas personas. Es tan corto el amor y tan largo el olvido, como diría Pablo Neruda. El dolor persiste en función de cómo lo manejes. El enamoramiento dura como máximo 32 meses. Muchos creen que cuando pasa esa química ya se ha ido el amor. Pero amor es aprender a convivir, a ser buen amigo de tu pareja. La gente confunde amor con enamoramiento.

–¿Se puede aprender a amar?

–Por supuesto. El amor reflexivo es el que dura. El amor es como una planta. Si no la riegas, se muere. La falta de entendimiento y de empatía son los problemas más comunes entre las parejas. Como todos estamos estresados, nos volvemos egoístas. Y para cuidar una pareja hay que estar relajado y receptivo. El amor es contrario al miedo.