Sociedad

Zahara de la Sierra y El Gastor, grandes Corpus de Cádiz

El del municipio zahareño es el único de la comunidad andaluza declarado de Interés Turístico Nacional

La provincia de Cádiz recibe a cientos de visitantes con motivo de la celebración
La provincia de Cádiz recibe a cientos de visitantes con motivo de la celebraciónLa Razón

De este a oeste y de norte a sur, Cádiz celebra este fin de semana, especialmente hoy, la festividad del Corspus Christi. Celebración religiosa que, en algunos municipios, adquiere la categoría de fiesta del año, algo que se refleja tanto en su historia como en la forma de vivirlo y, muy en especial, en la extraordinaria implicación de sus habitantes para escenificarlo.

Zahara de la Sierra y El Gastor son de los municipios gaditanos (en la Sierra de Cádiz) en los que la celebración del Corpus Christi es algo más; de ahí que figuren entre esos destinos andaluces en los que disfrutar de una experiencia diferente en estas fechas. Localizados en orillas opuestas del pantano al que ambas dan nombre, la preparación y celebración del Corspus Christi, está también asociada a la reivindicación de tradiciones que las convierten en únicas.

Con uno de los perfiles paisajísticos más espectaculares de la provincia, dominado por la antigua Torre del Homenaje, el Corpus Christi de Zahara está declarado de Interés Turístico Nacional y Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía. Como señala su alcalde, Santiago Galván, «es el día grande de Zahara, la fiesta que nos eriza la piel» y que hace que cientos de visitantes peregrinen a esta bella población serrana para sumergirse en un escenario que data de siglos atrás, del XV. «El Corpus Christi es algo que sentimos desde muy pequeños, que se transmite de generación en generación y que llevamos muy adentro». «Es una festividad en la que, de ahí su extraordinaria singularidad, Zahara se convierte en un auténtico vergel», señaló el regidor. Vergel que hace que, literalmente, el camino que recorre la custodia (calles y fachadas) esté forrado de vegetación (juncia). Tarea, extraordinariamente laboriosa, en la que se implican días antes zahareños y zahareñas. A este espectacular decorado se suman mantones y paños coloridos, así como los altares en los que la custodia realiza sus paradas. «Probablemente», señala Santi Luna, técnico de Cultura de la localidad, «el Corpus Christi de Zahara, como así lo atestiguan sus catalogaciones, es uno de los más singulares de España». «De hecho, si hay algo que lo diferencia es que, además de vestir y decorar el suelo, también se hace lo propio con las fachadas. Así habla una historia de 500 años y una declaración, de Interés Turístico Nacional, única a nivel de Andalucía». Asociada a la celebración del Corpus Christi se encuentra el concurso de ‘Cachiporras’, que este año celebra su XXVI edición. Se trata de una especie de látigo realizado con vegetales que produce un chasquido muy particular cuando se golpea su punta contra el suelo.

Declarado también de Interés Turístico Nacional de Andalucía, El Gastor, su Corpus Christi, es igualmente referencia para los amantes de esas festividades, en este caso religiosas, que brillan por su larga historia, singularidad y belleza. Aquí, en una localidad conocida como el ‘Balcón de la provincia’ (domina un amplio horizonte de una de las comarcas gaditanas más diversas y ricas, la Sierra de Cádiz), la puesta en escena del Corpus Christi está marcada por la gran alfombra vegetal que cubre el recorrido y por la vestimenta con la que las gastoreñas acompañan a la Custodia en su recorrido desde la iglesia de San José. Traje de espigadora que tiene su origen en el siglo XVII. Días antes de la celebración, gastoreños y gastoreñas celebran una jornada de ‘hermandad y trabajo’, que tiene como objetivo el corte de la juncia con la que se engalanarán las calles. Esas que cientos de visitantes recorrerán el domingo para disfrutar de una experiencia única. Como sucede en Zahara, el Corpus Christi de El Gastor está asociado a una tradición singular, en este caso a un instrumento musical de procedencia íbera e influenciada por la «chirimía árabe», la «Gaita gastoreña». Su cuerpo es el cuerno de una vaca o toro, rematado en el extremo por un cuerpo de madera, que se encuentra oradado a modo de flauta. La pita, una fina caña, remata un instrumento musical que emite unos sonidos con raíces 500 años atrás y que en estas fechas celebra su certamen.