
Turismo
Este pueblo de Aragón quedó abandonado hace 60 años y ahora es un imán para turistas
Este pueblo aragonés, que fue evacuado por la construcción de un embalse, cuenta con vestigios de arquitectura medieval y es parte del camino de Santiago

A orillas del embalse de Yesa, en la provincia de Zaragoza, se esconde un curioso pueblo, sin habitantes desde hace más de 60 años, que aún recibe la visita de viajeros curiosos y peregrinos que recorren el Camino de Santiago de Compostela.Su historia se remonta al siglo XI y sigue en pie, a pesar del abandono, gracias a la a preservación de su legado arquitectónico.
Este lugar se llama Ruesta, una ciudad que creció alrededor de un castillo de origen musulmán y se convirtió en territorio estratégico para el Reino de Aragón. Durante siglos, sus tierras fueron hogar de agricultores, comerciantes y peregrinos que transitaban. Sin embargo, todo cambió, cuando la construcción del embalse obligó a los habitantes a salir del pueblo.
Historia de Ruesta
Cuando su fundación, la ubicación estratégica en la frontera del Reino de Aragón, convirtió Ruesta en un punto clave tanto para la defensa del territorio como para el comercio. Con el paso de los siglos, su importancia creció gracias al Camino de Santiago, que atravesaba la zona y se terminó de consolidar durante la Edad Media, cuando floreció gracias a una economía basada en la agricultura, la ganadería y el tránsito de comerciantes y caminantes.
Sin embargo, el destino del pueblo cambió drásticamente en la década de 1960 con la construcción del embalse de Yesa. La inundación de sus tierras de cultivo más fértiles dejó sin sustento a sus habitantes, que se vieron obligados a abandonar sus hogares en busca de mejores oportunidades. A pesar de quedar despoblado, Ruesta no cayó en el olvido. En los años 90, la Confederación General del Trabajo (CGT) emprendió un proyecto de rehabilitación para convertirlo en un refugio para peregrinos del Camino de Santiago.
¿Qué hacer en Ruesta?
Más allá de su relevancia en el Camino de Santiago, Ruesta es un lugar fascinante para los amantes de la historia y la arquitectura medieval. Su castillo, aunque en estado de ruina, mantiene algunas torres y murallas. La ermita de Santiago, por su parte, es una joya del románico aragonés, formando parte de un conjunto de templos medievales de gran valor.
El entorno natural que rodea Ruesta también es un gran atractivo. Situado entre montañas y bosques del prepirineo aragonés, este antiguo pueblo es un excelente punto de partida para rutas de senderismo, ofreciendo grandes paisajes y conexión con la naturaleza.
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