Investigación Médica
El fármaco anti-párkinson que combate el cáncer
El hallazgo puede explicar la baja incidencia de muchos tipos de cáncer en pacientes con párkinson
Una investigación muestra que el fármaco para la enfermedad de Parkinson carbidopa exhibe efectos anticancerígenos significativos tanto en líneas celulares humanas como en ratones cuando se administra a niveles normales de dosificación para los pacientes, informa Europa Press.
Este descubrimiento, que se publica en ‘Biochemical Journal’, puede explicar la baja incidencia de muchos tipos de cáncer (con la excepción del melanoma) en pacientes con Parkinson y podría llevar a la reutilización de carbidopa como medicamento antitumoral.
«Carbidopa es un fármaco aprobado por la FDA --Agencia Americana del Medicamento-- para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Por lo tanto, se pueden realizar de inmediato ensayos clínicos para evaluar su eficacia en los seres humanos como un fármaco contra el cáncer», explica el autor principal del estudio, Yangzom Bhutia, de ‘Texas Tech University Health Sciences Center’, en Estados Unidos.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico degenerativo que afecta principalmente al movimiento y a las habilidades motoras de una persona, con síntomas como agitación, rigidez y dificultad para caminar. Estos efectos son el resultado de una producción inferior a la normal de dopamina, una sustancia química que envía señales conductuales del cerebro al cuerpo.
Aunque actualmente no hay cura para la patología, hay una serie de tratamientos que actúan para reducir la gravedad de los síntomas de la enfermedad de Parkinson. La dopamina en sí misma no puede utilizarse como fármaco, ya que no atraviesa la barrera hematoencefálica; pero, uno de los productos químicos que forman la dopamina --levodopa o L-DOPA-- puede atravesar el cerebro y convertirse en dopamina una vez allí.
Se ha utilizado L-DOPA para tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson durante muchos años, pero cuando se usa sola puede producir efectos secundarios como náuseas. Esto se debe a que sólo 5-10 por ciento de levodopa tomada como un fármaco cruza la barrera hematoencefálica, con el resto convirtiéndose en dopamina en otras partes del cuerpo. El fármaco carbidopa no atraviesa el cerebro, pero cuando se toma con L-DOPA impide su conversión en dopamina fuera del cerebro y reduce los efectos secundarios para los pacientes.
Muchos estudios muestran que los pacientes con enfermedad de Parkinson tienen una tasa más baja de la mayoría de los cánceres en comparación con la población general. Como la mayoría de los pacientes en estos estudios fue tratada con una combinación de L-DOPA
y carbidopa, es posible que uno o ambos de estos medicamentos pudieran exhibir propiedades anticancerígenas y contribuir a la menor incidencia de cáncer observada en estos pacientes.
Estudios anteriores mostraron que la L-DOPA no tiene propiedades anticancerígenas, pero hasta ahora no se han investigado las potenciales propiedades anticancerígenas de la carbidopa. «Curiosamente, nadie ha sospechado previamente que carbidopa es un jugador potencial en este fenómeno», dice Bhutia.
«Nunca se usa carbidopa por sí solo como un fármaco para cualquier enfermedad. Pero nuestros datos muestran que la carbidopa por sí misma posee un efecto contra el cáncer. Creemos que la reducción de la incidencia de la mayoría de los cánceres en pacientes con enfermedad de Parkinson se debe a la carbidopa», añade.
«También postulamos que el aumento de la incidencia de melanoma en los pacientes con enfermedad de Parkinson es más probable debido a L-DOPA, y no por la carbidopa, porque L-DOPA es el precursor de la síntesis de melanina, una vía metabólica que se produce exclusivamente en los melanocitos», agrega. DOSIS QUE NO GENERAN EFECTOS SECUNDARIOS
En el estudio actual, Bhutia y su equipo, así como colaboradores de Japón e India, probaron los efectos de la carbidopa en una línea celular de cáncer pancreático humano y también en modelos murinos de cáncer pancreático, lo que les llevó a descubrir que la carbidopa inhibía significativamente el crecimiento de las células cancerosas tanto en la línea celular como en los ratones.
Los investigadores creen que la carbidopa es probable que tenga amplios efectos anticancerígenos, pero optaron por centrarse en el cáncer de páncreas para este estudio debido a la baja tasa de supervivencia y las escasas opciones de tratamiento limitado para esta forma de la enfermedad.
La dosis recomendada de carbidopa para los pacientes con enfermedad de Parkinson es 200 mg/día, pero cuando se administra a una dosis incluso tan alta como 450 mg/día, no hay efectos secundarios. Aunque este análisis no se realizó en humanos, las dosis de carbidopa suministrada a los ratones que detuvieron el crecimiento tumoral fue equivalente a una dosis en seres humanos de menos de 400 mg/día, que está dentro del intervalo de dosis considerado seguro para los pacientes.
La proteína del receptor de hidrocarburo arilos (AhR) juega un papel crítico en el cáncer y la activación de esta proteína ha demostrado ser prometedora para el tratamiento de una variedad de diferentes tipos de cáncer, como los cánceres de mama, colon y pancreático. Bhutia y sus colegas mostraron que la carbidopa activa AhR y creen que esto puede explicar, al menos en parte, sus propiedades anticancerígenas.
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