Santander

Las dolencias del páncreas

Los tumores en esta glándula acaban con la vida del 95% de los pacientes. Junto a la letalidad del cáncer, las pancreatitis agudas también comprometen la vida de los pacientes, ya que un 20 por ciento de los casos fallece. La inespecificidad de los síntomas resulta un obstáculo en la detección precoz

Las dolencias del páncreas
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Ocupa el octavo lugar en incidencia en España y hay quienes dicen que en 2020 será el segundo. Considerado como uno de los tumores más mortíferos (ocupa el cuarto puesto del ránking, según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica –SEOM–) el adenocarcinoma de páncreas ha ido aumentando su incidencia desde los años 50. «Esto, probablemente, se deba al cambio de hábitos de vida con una mayor tasa de obesidad, de diabetes y el abuso del tabaco entre otros», explica Rebeca Alcalde, oncóloga médica de la Clínica La Luz de Madrid.

Los expertos alertan de que la supervivencia es de tan sólo un cinco por ciento a los cinco años. «Nos esncontramos ante una neoplasia que globalmente tiende a diseminarse a nivel sistémico, y que en pocas ocasiones es resecable», apunta Fernando Rivera Herrero, vocal de la junta directiva de SEOM, vicepresidente del Grupo de Tratamiento de los Tumores Digestivos y oncólogo en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla en Santander. En este sentido, Asunción Guerri, responsable de Medicina Interna del Hospital Vithas Nuestra Señora de América de Madrid añade que «se diagnostican en fase precoz menos del 20 por ciento sin que presenten metástasis, que es la extensión a distancia del tumor».

Ésta constituye una cifra muy pequeña que se debe en parte a que la detección de síntomas es en muchos casos compleja, pues son signos silentes que pasan desapercibidos o son confundidos con otros problemas de salud. Julio Iglesias García, experto de FEAD (Fundación Española del Aparato Digestivo) y especialista del Aparato Digestivo explica que «en muchas ocasiones de difícil diagnóstico, que puede manifestarse como un dolor de estómago y/o de espalda, o como un cuadro de ictericia (pacientes que adquieren un tinte amarillo de piel y mucosas). La realidad es que se trata de una enfermedad con un abordaje muy difícil».

Sin señales

Por su parte, Alcalde añade que «resulta una enfermedad que no suele dar síntomas a su inicio, sino que son síntomas derivados del propio crecimiento del tumor que se encuentra con las estructuras anatómicas de alrededor. Uno de los primeros signos suele ser la ictericia (coloración amarillenta de la piel por elevación de bilirrubina) secundaria a la compresión de la vía biliar por el tumor. Se pueden sufrir signos muy inespecíficos como digestiones pesadas e hinchazón abdominal, al igual que dolor en la zona del estómago típicamente irradiado hacia la espalda como un cinturón». En otras situaciones más avanzadas, la experta destaca que «se puede presentar pérdida de peso progresiva y vómitos por compresión o infiltración del estómago por el tumor».

El perfil del paciente susceptible de sufrir esta enfermedades el que tiene entre 65 y 75 años. «Parece que influyen los hábitos de vida siendo más frecuentes en personas con sobrepeso u obesidad, fumadoras, sin una dieta equilibrada. Además, algunas enfermedades crónicas como la diabetes o las pancreatitis crónicas pueden aumentar el riesgo de desarrollar tumores de páncreas». Por otro lado, «existe un grupo pequeño de pacientes con cáncer de páncreas (en torno al 10 por ciento) en los que en sus familias existe un riesgo mayor de cáncer de páncreas de manera hereditaria», añade la oncóloga médica de la Clínica La Luz.

Lamentablemente, al no existir en la actualidad ninguna prueba de cribado o prevención que haya demostrado un diagnóstico más temprano de este tipo de tumores, los expertos recomiendan que se comunique al médico si existe algún tipo de síntoma para decidir la realización de un estudio. «A diferencia de otros tumores o patologías, no existe una posibilidad de cribado. Ni siquiera en las familias con rasgos genéticos, porque entre prueba y prueba, va y se cuela el cáncer, que puede ser altamente maligno incluso con un centímetro de grande. Lo único que funciona y mejora el pronóstico, incluso con los nuevos fármacos, es la detección precoz y el tratamiento inmediato tras el mismo», subraya Rivera Herrero. El oncólogo de la SEOM demanda que «no haya lista de espera, que no se demore más de dos meses el proceso de diagnóstico. Este tiempo resulta tan vital que marca la diferencia entre un paciente con opciones de sobrevivir o no. Hay que insistir más en ello».

Avances significativos

No obstante, pese al aura negativa que deja todo lo explicado anteriormente, «tenemos mucha esperanza en la llegada de nuevas moléculas que en los próximos años van a salir, en unos dos o cinco, y que van a cambiar la situación. Hay muchos esfuerzos en ello porque el páncreas es el paradigma de tumor resistente y constituye una línea prioritaria. pero no es fácil, no hay otro tumor en el que se haya fracasado tanto como en éste», subraya Rivero Herrero.

En estos últimos años «se han investigado y desarrollado nuevos fármacos que han demostrado aumentar la supervivencia en adenocarcinoma de páncreas, además que se conocen nuevas vías a nivel molecular implicadas en el desarrollo de tumores y sobre las que desarrollar nuevos fármacos», apunta Alcalde. Mientras, en la actualidad, sólo se dispone de fármacos que son útiles para disminuir el porcentaje de caídas tras la cirugía e incrementar la supervivencia media y la calidad de vida en los pacientes con enfermedad avanzada y con metástasis.

La llegada de la combinación de nab-paclitaxel y gemcitabina ha supuesto un avance importante. «Hemos dado un paso clave en los tratamientos con la llegada de abraxane. Yo tengo pacientes en la consulta con una calidad de vida aceptable, bastante buena, en ellos hemos conseguido cronificar la enfermedad», sostiene Rivero Herrero.

Una vez llegados a este punto cabe considerar si estos fármacos aportan una calidad de vida «buena» sin grandes dosis de toxicidad extra al organismo, a lo que el portavoz de la SEOM explica que «hoy día resultan terapias con efectos seundarios manejables, asumibles, siempre y cuando se lleven a cabo por expertos muy especializados». En este sentido, el especialista subraya la necesidad de crear buenas unidades con médicos muy preparados y especializados en este tipo de tumor, «no podemos entender todos de todo, hay que especializarse para ser mucho más precisos».

Inflamación

A la patología tumoral de este órgano se suma la inflamatoria, o lo que es lo mismo, la pancreatitis, cuya mortalidad oscila entre el cinco y el 12 por ciento, y puede ser aguda o crónica. Cada año en España se diagnostican más de 2.000 nuevos casos de pancreatitis crónica y causas más frecuentes de las agudas «son las litiasis biliares y en segundo lugar el alcohol», como apunta Guerri. El motivo de este proceso se debe a que «el colédoco, que es un conducto que comunica a la vesícula biliar y al páncreas con el intestino delgado, cuando una piedra sale de la vesícula puede obstruirlo e inflamar el páncreas», especifica la responsable de Medicina Interna del Hospital Vithas Nuestra Señora de América. Otras causas de pancreatitis son la hipertrigiceridemia, tóxicos, causas infecciosas, traumáticas o vasculares. Además, el 40 por ciento de los enfermos presenta insuficiencia pancreática exocrina y, por tanto, malnutrición, y el 35 por ciento son personas con diabetes.

La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) establece que hay un infradiagnóstico, ya que calcula que de los más de 23.000 pacientes, hay un importante bloque que desconoce la patología, como apunta en el útlimo informe presentado. Si no se diagnostica a tiempo, pueden aparecer complicaciones, entre las que se encuentran los pseudoquistes, colecciones líquidas que pueden infectarse, sangrar, romperse y producir dolor abdominal.

En aquellos casos en los que se cronifica la enfermdad, la causa más frecuente «es el alcoholismo. Otras causas son hereditarias, obstrucctivas y el hiperparatiroidismo. El síntoma principal es el dolor y tras evolucionar la enfermedad y el páncreas ir perdiendo sus funciones exocrinas, comienza la mala digestión de grasas, el déficit de B12 y la diabetes mellitus», añade Guerri. «La pancreatitis crónica probablemente es más frecuente de lo que se creía inicialmente. Desde la SEPD (Sociedad Española de Patología Digestiva) se están realizando estudios encaminados a tener más y mejores datos al respecto», comenta Iglesias.

Además de estas dolencias, los especialistas apuntan a la existencia de «los tumores quísticos, en su mayoría tienen un comportamiento benigno y suelen ser hallazgos casuales, pero que sí precisan un control y seguimiento», explica Iglesias García. Si hoy parece que hay más casos de este tipo «se debe a que cada vez se diagnostican más, sobre todo porque en la actualidad tenemos mejores pruebas diagnósticas, como la resonancia magnética y la ecoendoscopia», explica el portavoz de FEAD.

Desde este organismo, además se promueve el conocimiento de todas las patologías que implican al páncreas porque: «Nuestro ánimo es el de concienciar a la población, a las personas, de que el páncreas existe, que es un órgano vital desconocido para la mayoría, y que podemos cuidarlo evitando el tabaco y el alcohol, llevando una vida sana y practicando ejercicio de forma habitual», apunta Iglesias García.