Central de As Pontes: La transformación del carbón

La compañía Endesa inicia los trabajos de modernización de su central térmica gallega para reducir un 80% sus emisiones de partículas para el año 2020

As Pontes inicia su trayecto para convertirse en una central de carbón de alta eficiencia ambiental. El comienzo de su modernización se rubricó hace unos días en el acto de inauguración que llevó a cabo el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, y el presidente de la compañía Endesa, Borja Prado. «Una apuesta con el medio ambiente, ya que la construcción de dos nuevas plantas donde se eliminarán los gases producidos por la quema de carbón permitirá reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera de acuerdo con la directiva europea», decía Núñez Feijóo durante el evento.

El proyecto de modernización emprendido por la empresa propietaria, Endesa, costará 200 millones de euros y conseguirá que en 2020 estas instalaciones de La Coruña pueden seguir produciendo electricidad a bajo coste mientras reducen un 71% las emisiones de dióxido de azufre; un 62,5% las de óxidos de nitrógeno, y un 80% de la emisión de partículas. La eléctrica quiere adaptar de esta manera la Unidad de Producción Térmica (UPT) de As Pontes a la Directiva de Emisiones Industriales, pero también alcanzar los valores de referencia europeos sobre las Mejores Técnicas Disponibles de los diferentes sectores industriales (los llamados BREF). «Viéndolo a medio plazo, esta mejoras no sólo permitirán a la central seguir funcionando, sino que apoyarán la penetración de renovables. La preferencia en la producción energética en el futuro va a ser renovable, pero de momento necesitan respaldo, porque no producen todo el día. De ahí estas inversiones y hacia dónde se dirige la generación eléctrica de nuestra compañía», explica José Ribelles, director de Producción Térmica de Carbón de la compañía Endesa.

As Pontes cuenta con cuatro grupos generadores, de aproximadamente 366 MW cada uno. Esto la convierte en la mayor de su tipo en España. Sólo en 2017 generaron 8.366 GWh gracias al carbón importado. Este viene principalmente de Indonesia (entre el 75-85% dependiendo del año), pero también de Rusia o de Estados Unidos. Durante la combustión de las hullas se producen los dos gases contaminantes que se van a eliminar de la producción eléctrica con las nuevas instalaciones: el dióxido de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx). «Al igual que el carbono cuando se oxida se transforma en CO2, el azufre que contiene el carbón (un 0,12% en el caso del mineral que viene de Indonesia), se oxida originando dióxido de azufre. Por otro lado, el propio aire que respiramos los humanos contiene nitrógeno, en una proporción del 73%, mientras que sólo el 23% es oxígeno. En los quemadores de la central sucede lo mismo. Cuando el nitrógeno se oxida produce óxidos de nitrógeno (NOx)», matiza Ribelles.

Para acabar con los azufres se van a instalar dos unidades de desulfuración que compartirán los cuatro generadores. El principal elemento del sistema es el absorbedor o lavadora, una torre cilíndrica de atomización vertical de 30 metros de altura. Hasta aquí se hacen llegar el dióxido de azufre en forma gaseosa. El gas sube hacia la parte superior para encontrarse con el carbonato cálcico o caliza que se rocía desde ahí. «La caliza es un absorbente alcalino que captura el SO2 y lo transforma en yeso (CaSO4) en estado líquido. Este yeso se extrae, se seca y se vende para su posterior uso en otras industrias, por ejemplo, para la elaboración de paneles prefabricados para la construcción, o para usos agrícolas. Siguiendo el modelo de economía circular, este nuevo producto sintético evita las extracciones de yeso natural de cantera. Para acabar con los NOx se contará con una tecnología llamada SNCR en cada uno de los grupos. «Lo que se hace es disociar los óxidos de nitrógeno en las dos moléculas que lo componen, para lo cual se inyecta amoníaco o urea directamente en la desulfuradora. El amoníaco revierte la reacción», matiza el director de Producción Térmica.

Con esta reforma de la UPT de As Pontes, la eléctrica quiere hacer su aportación al proceso de descarbonización que protagoniza el sector energético europeo. Las inversiones servirán, insisten, para mejorar el comportamiento ambiental de la central, en ningún caso para aumentar la producción eléctrica. Las dos tecnologías que se vana implantar ya han sido probadas con éxito en Almería, en la central de Carboneras. Aquí ya se obtienen unas 50.000 toneladas de yeso cada año.

En cuanto al CO2 que se emite durante el proceso «As Pontes es la primera central que sólo gracias a la eficiencia ha conseguido reducir un 20% las emisiones. Esto se logra simplemente utilizando menos carbón para producir la misma cantidad de electricidad. La segunda vía en la que se está trabajando es en la captura de dióxido de carbono. En la central de Carboneras ya se está utilizando para cultivar e investigar con microalgas», explica Ribelles. En Almería funciona desde 2006 una planta piloto de 1.500 m2. En los biorreactores se cría la microalga, que devora el CO2, y de la que posteriormente se obtienen subproductos como la Spirulina, considerada un súperalimento por sus propiedades. Hay que tener en cuenta que el mercado de biomasa de microalgas genera en la actualidad cerca de 10.000 toneladas al año de materia seca y una facturación aproximada de 1.500 millones de euros a nivel mundial. «En la central de Alcudia en Mallorca se va a comenzar también el cultivo de microalgas que servirán posteriormente de pienso para una piscifactoría cercana», matiza Ribelles.

Mientras, la compañía se dota de más capacidad eólica (en Galicia sumaba 447 MW en 2017). «Este año se ha incrementado esa potencia con tres nuevos parques, que suman 57,5 MW. La tendencia al alza en el aprovechamiento del viento se consolidará antes de 2020, con cuatro proyectos de 92 MW», explican desde Endesa.