Cómo evitar que la depresión monopolice tu vida

La salud mental es una cosa difícil. Es difícil de entender exactamente para quien lo está sufriendo –que sabe que algo está pasando realmente dentro de su propia cabeza- y aún más difícil desde el exterior, donde la gente que nos rodea quiere ayudar pero realmente tampoco sabe cómo. Muchas veces la depresión parece como si solo fuera una tristeza profunda, pero en realidad es mucho más que eso.

1. Considerar la medicación: a veces nos centramos demasiado en el cuidado del cuerpo (¿verdad que si tenemos un buen resfriado siempre nos medicamos?), y dejamos demasiado de lado el cuidado del alma. Si sentimos que algo no va bien, y estamos incómodos con nosotros mismos, lo ideal sería acudir al médico y pensar en tomar un antidepresivo, solo para ver si ayuda. El cerebro de cada persona reacciona de manera diferente con diferentes medicamentos, solo tienes que tratar con ellos para averiguar cuál funciona.

2. Ser consciente de las emociones: hay pocas cosas más difíciles de controlar que las emociones, por eso es tan importante quedarse a solas consigo mismo, pararse a pensar, a sentir y ser conscientes de lo que estamos sintiendo. El hecho de averiguar dónde nos encontramos y en qué estado estamos, nos hará poder seguir avanzando y determinar hacia dónde queremos llegar.

3. Conocer y comprender sus límites: no somos súper-héroes. Todos tenemos un umbral de miedos, dolor, sufrimiento... hay que entender dónde está ese umbral. Trata de hacer una lista de cosas que te causan más ansiedad, así, en el momento en que algo que le provoca mucha ansiedad, llegue, podrás estar mentalmente más preparado. Estaremos ampliando nuestra zona de confort.

4. Pide ayuda: es interesante tejer una red de recursos con nuestra familia y amigos, en realidad con todas aquellas personas más cercanas, a las que acudir en caso de necesitar ayudar. Una red de recursos es la mejor manera de prevenir que caer aún más profundo. Si por tercer día consecutivo no puedes levantarte de la cama (tristeza, dejadez...) nuestra red de recursos nos ayudará a no caer aún más hondo.

5. Apreciar los momentos felices: durante un proceso depresivo realmente los tiempos felices no son demasiado visibles, así que cuando llegan, debemos aprovecharlos al máximo, apreciarlos y sonreír. Un truco que funciona muy bien es, en momentos de tristeza total, recordar alguno de esos momentos felices que han pasado por nuestra vida y aferrarnos a ellos.