Prevención
Embarazo y esclerosis múltiple, un binomio compatible
Los neurólogos luchan por erradicar el temor de estas pacientes a quedarse embarazadas ante el miedo a que su hijo herede la enfermedad, a que empeore la patología o a no poder ocuparse de él en un futuro. Y por conseguir una detección temprana del Parkinson a través de los síntomas no motores
Los neurólogos luchan por erradicar el temor de estas pacientes a quedarse embarazadas ante el miedo a que su hijo herede la enfermedad, a que empeore la patología o a no poder ocuparse de él en un futuro
Los neúrologos están luchando por erradicar el temor de la mujer con esclerosis múltiple a quedarse embarazada, porque el incremento de los casos afecta especialmente a mujeres: hace 20 años había dos mujeres con por cada hombre con esta enfermedad, y ahora hay tres. La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune del sistema nervioso central cuya prevalencia se ha duplicado en los últimos 15 años, pasando de 50 casos por 100.000 habitantes, a 100-125 casos en la actualidad, debido en parte a un mejor diagnóstico.
«No es una enfermedad hereditaria, no hay consejo genético y el riesgo para su enfermedad es igual si se quedan o no embarazadas», –explica Xavier Montalban, neurólogo del Hospital Universitario Vall d’ Hebrón de Barcelona–. «Es más, se encuentran mejor las que han tenido hijos que las que no». Sin embargo, actualmente un tercio de las mujeres con esclerosis múltiples deciden no tener hijos. «Es necesario que erradiquemos ese miedo en estas pacientes», asegura el neurólogo Óscar Fernández, del Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga, en declaraciones hechas en la reunión científica Sinaptica, organizada por TEVA Neuroscience en Madrid.
La media de la aparición de la esclerosis múltiple se sitúa alrededor de los 30 años y, actualmente, muchas mujeres en estas edades temen quedarse embarazadas, por miedo a que su hijo herede la esclerosis múltiple, a que su enfermedad empeore o a no poder ocuparse de él en un futuro. Es necesario erradicar este miedo. Los expertos coinciden en que tampoco condiciona directamente de manera importante la fertilidad, ni la gestación, ni tiene consecuencias durante la descendencia. Además durante la gestación y la lactancia materna se reduce el riesgo de brotes. Sobre estos aspectos, los retos actuales pasan por aclarar hasta cuándo se debe mantener el tratamiento, antes o durante la gestación, y cuándo reiniciarlo tras el parto. Por ello, el tratamiento temprano para mejorar el pronóstico de la enfermedad a largo plazo y compartir el objetivo de tratamiento con el paciente, para conseguir mayor adherencia son otros aspectos en los que han hecho hincapié. A lo que se suma la prevención.
En el caso de la enfermedad de Parkinson, según José Matías Arbelo, del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, «el abordaje de esta patología requiere necesariamente de un equipo interdisciplinar, interviniendo el neurólogo y la enfermera especializada, y otros profesionales como nutricionistas, psicólogos, médicos rehabilitadores, logopedas...». El Parkinson tradicionalmente se ha asociado a síntomas motores -–como temblor, rigidez, enlentecimiento motor o desequilibrio–, pero los síntomas no motores del párkinson pueden ser igualmente significativos. En relación a ello, este experto también destaca la importancia de la detección de la sintomatología previa no motora, que comprende síntomas como trastornos del olfato, del sueño, del estado anímico, o el dolor, este último un 30 por ciento más frecuente en personas con esta patología que sin ella.
Manejo multidisciplinar
Debido a la variabilidad de síntomas que padecen estos pacientes, juegan un papel clave multitud de profesionales: enfermeras, neuropsicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, urólogos, oftalmólogos... De ahí la importancia del trabajo multidisciplinar. Sobre ello, los expertos han subrayado especialmente el papel de enfermería. En este sentido, para garantizar la seguridad de los cuidados a los pacientes con EM, desde Teva han puesto en marcha un proyecto para realizar el primer plan nacional de cuidados de enfermería estandarizado al paciente con EM, en el que participarán todas las enfermeras especializadas en esta patología en España, y para el que se ha solicitado el aval de la Sedene.
Este plan de cuidados se basará en el consenso de expertos y servirá de guía a la hora de abordar las necesidades de esos pacientes. «Este plan ayudará también a definir el rol de la enfermería tanto de cara al paciente como de cara al resto del equipo multidisciplinar, unificando criterios y homogenizando lenguajes», apunta Ramón del Gallego, profesor titular de Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid. Además, y según las palabras del profesor del Gallego, será «la base para posteriores estudios clínicos que aportaran evidencia científica».
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