Clon...

Hoy es el día. Llegó el momento del año en el que las redes sociales se llenan de mensajes haciendo balance de los trescientos sesenta y cinco días que dejamos atrás. Mensajes que nos ablandan el corazón, que, como dijo Jorge Manrique, ‹‹cómo se pasa la vida /cómo se viene la muerte››.

Rajoy dice que ‹‹ha sido el año de los sobresaltos políticos››, y es que, entre tanto alboroto, casi se nos va el dos mil dieciséis sin Gobierno y sin oposición clara y definida. Y con esta indeterminación e inseguridad política, no es de extrañar que la palabra del año sea ‹‹populismo››. Pero en la Real Academia ya hay mosqueo, que el significado original se ha modificado y eso no hay quien lo cambie: del popularismo a la tendencia política con pretensión de alterar a las clases populares. Por desgracia, este año que pasa deja muchos actos contra el popularismo y otros tantos en pro de la alteración, y si la línea de actuación sigue la misma rectitud –flexible–, ‹‹populismo›› liderará el dos mil diecisiete y el panorama político español. Incluso me atrevería a internacionalizarlo, que Trump está camino de la Casa Blanca y se ha de notar.

Lo que nos acongoja es la incertidumbre del futuro, lo que vendrá o lo que se irá, pero una cosa es cierta, y es que todos somos responsables de que eso suceda en las mejores condiciones posibles, con solidaridad y bajo una sonrisa, que últimamente escasea y eso que no es elemento perecedero.

Clon...Clon... Dos mil diecisiete se acerca, y esto no hay quien lo pare.