LA RAZÓN

¿Hoy tampoco hay periódicos?

¿Hoy tampoco hay periódicos?
¿Hoy tampoco hay periódicos?larazon

Por Ana Rubio Jordán.

En la Comunidad de Madrid es difícil conseguir un ejemplar de un periódico en papel debido a la huelga de los transportistas encargados de repartir los diarios. Una huelga que parece que está pasando inadvertida entre los ciudadanos, fruto tal vez de la época estival, y cuyo objetivo es impedir el despido de 130 compañeros y una mejora en sus condiciones salariales.

Aunque nadie ha parecido notarlo, los estantes desiertos de periódicos han sido la escena más repetida en la capital ante la frustración de los impotentes quiosqueros. El pasado viernes de madrugada, los 240 trabajadores de la empresa de distribución de prensa nacional Dima, que pertenece al grupo Boyacá, iniciaron una huelga por falta de acuerdo para la renovación de sus contratos que vencen a finales de agosto.

Los periódicos han sido las principales víctimas de esta huelga pero no las únicas. También las revistas han visto paralizada su actividad: la revista Pronto, una de las más vendidas de la prensa del corazón, no llegó a los puntos de venta el pasado lunes, día en el que se publica.

La Asociación de Medios de Información (AMI), uno de los sectores más afectados por esta huelga, ha expresado su malestar en un comunicado, en el que manifiesta un “contundente rechazo hacia los paros realizados”. Debido, principalmente, al “grave perjuicio”que la huelga produce al sector y a la sociedad civil en general. Además que, nos recuerda, supone una vulneración del derecho de los ciudadanos del acceso a la información, y también vulnera la libertad de información que recoge nuestra Constitución.

Desde el pasado viernes, los periódicos han sufrido secuestros de ejemplares por parte de los transportistas que han impedido la normal distribución de la prensa. Los quiosqueros denuncian, además, agresiones tanto físicas como verbales por parte de los ruteros.

En otro comunicado, los repartidores justifican la huelga alegando que el despido de 130 trabajadores supone más del 50% de la plantilla. “Algo teníamos que hacer. Somos gente mayor y nadie nos va a contratar ya”, lamenta Julián Moreno, repartidor y miembro del sindicato CNT.

Estos trabajadores funcionan de forma autónoma pero sin serlo realmente: fichan y reciben rutas e instrucciones precisas de su trabajo pero deben pagar por su cuenta la gasolina, los seguros, el furgón de reparto y su cotización. Aunque afirman ganar cerca de 4.300 euros al mes, “no nos queda ni la mitad”, señala Moreno, por 15 días de servicios al mes y cuatro horas de servicio diarias.

Los quioscos en Madrid no llevaban sin prensa escrita desde 1991 cuando, precisamente los repartidores de prensa escrita, fueron excluidos del Estatuto de los Trabajadores y tuvieron que constituirse como empleados autónomos. Su única manera desde entonces de tratar de mejorar sus condiciones salariales es negociando con la patronal. En aquella ocasión, la huelga tuvo una duración de día y medio, muy diferente a la semana de paros que llevamos ya acumulados en la capital.

En aquella década de los 90 eran los grupos de comunicación quienes contaban con una empresa propia encargada de hacer llegar cada madrugada los periódicos a sus puntos de venta. Desde hace diez años, se constituyó la distribuidora conjunta Dima, que luego pasó a ser propiedad de Boyacá, monopolizando el sector de la distribución.

Los repartidores aseguran que llevan un año tratando de negociar con la empresa sin éxito. Esto no hace sino constituir otro episodio triste que añadir al ya de por sí un negocio en crisis: desde la irrupción de internet y las ediciones digitales la venta de periódicos impresos ha descendido en un 70%. De forma paulatina, los puntos de venta se han reducido en casi 4.000 establecimientos y los quiosqueros, al igual que los editores de diarios, siguen pensando en una fórmula adecuada que les permita reinventarse y no morir.