«El rehén»: Olvídense de Bourne

Director: Brad Anderson. Guión: Tony Gilroy. Intérpretes: Jon Hamm, Rosamund Pike, Mark Pellegrino, Dean Norris. EE. UU., 2018. Duración: 108 minutos. Thriller.

No tropieza en el radio de acción de Jason Bourne, aunque «El rehén» comparta guionista con la saga. La secuencia de arranque –en la que el protagonista (Jon Hamm), un diplomático americano que ve morir a su mujer en sus brazos después del ataque de un grupo terrorista palestino que secuestra a su hijo adoptivo, libanés que será reclutado para la causa– parece abrir con eficacia la herida del trauma que luego, inexplicablemente, Tony Gilroy y Brad Anderson, funcional ilustrador, no saben o no quieren aprovechar. Sorprende, pues, que, una década más tarde, cuando Mason Skiles (Hamm retoma aquí al Don Draper más en declive) reaparece, solo, alcoholizado y dispuesto a medias a ejercer de negociador en el secuestro de un excompañero de fatigas a las puertas de la guerra del Líbano, el eje dramático que podría haber dado auténtica sustancia a la película –el reencuentro entre un padre machacado por la fatalidad de la geopolítica y un hijo ahora en el bando de los malos– no sea más que un aliño. Lo que sigue no puede ser más convencional: Anderson hace su trabajo con la misma profesionalidad con que su protagonista vence su escepticismo, aunque tiende a perderse en escenas de despacho e idas y venidas que dilatan en exceso un rescate que acaba pareciendo un «macguffin». Una película digna pero olvidable.