Crítica de libros
Una mágica historia sobre las historias y otros libros que deberías leer esta semana
Descubre nuestras críticas de libros de esta semana
Martin Puchner muestra cómo la literatura ha conformado nuestra identidad y transformado las sociedades, de Alejandro Magno a Karl Marx y los autores del gulag. Edurne Portela señala en «Formas de estar lejos» los vicios de una sociedad asustada. Michelle Dean analiza los puntos de encuentro entre las autoras más importantes del siglo XX... Descubre nuestras críticas de libros de esta semana.
«El poder de las historias»
Martin Puchner
crítica
416 páginas,
23,90 euros
Una mágica historia sobre las historias, por Toni Montesinos
Martin Puchner muestra cómo la literatura ha conformado nuestra identidad y transformado las sociedades, de Alejandro Magno a Karl Marx y los autores del gulag
El mundo que conocemos hoy en día es plenamente literario; la literatura, acompañada de la tecnología que la haría posible en forma de libro, nos ha convertido en lo que somos en la actualidad, viene a decir Martin Puchner en «El poder de las historias» (traducción de Silvia Furió). Cuenta con un título y subtítulo –que reza «O cómo han cautivado al ser humano de la Ilíada a Harry Potter»– comerciales ahora en español, pero en inglés ambas cosas eran más certeras y honestas con respecto al contenido: «El mundo escrito. El poder de las historias para dar forma a la población, la historia y la civilización», podríamos decir. Porque esa es la tesis principal: no cómo ciertas narraciones y publicaciones nos han cautivado como si se tratara de un mero entretenimiento, sino cómo nos han formado desde diversos puntos de vista y marcado nuestra personalidad y memoria actuales. Imaginemos por un instante un mundo sin literatura, comienza sugiriéndonos Puchner; algo realmente difícil, pues «nuestro sentido de la historia, del auge y caída de imperios y naciones, sería totalmente distinto y muchas de las ideas filosóficas y políticas nunca habrían visto la luz, porque la literatura que las originó no se habría escrito. Casi todos los credos religiosos desaparecerían junto con las escrituras que les dieron voz».
De modo que el hecho de que hace cuatro mil años apareciera lo que denominamos literatura ha venido conformando las existencias de los que han vivido, de los que vivimos y de los que vivirán en el planeta. Para demostrarlo, el autor se adentra en textos fundacionales: de religiones, de naciones, de géneros literarios, entendiendo que la historia literaria se desarrolló en cuatro fases. La primera, nos dice, sería aquella formada por grupos de escribas que podían tener el control de los sistemas de escritura arcaica, y que recopilaban diversas narraciones, como «La epopeya de Gilgamesh», la Biblia hebrea y la «Ilíada» y la «Odisea» homéricas; una segunda fase la protagonizarían «maestros carismáticos como Buda, Sócrates y Jesús, que denunciaron la preponderancia de los sacerdotes y escribas»; la tercera correspondería al advenimiento de los autores individuales, algunos de los cuales tuvieron la facultad visionaria de innovar en el mundo de las letras de manera trascendente, como en el caso de la japonesa Murasaki Shikibu, con su «Novela de Genji» (alrededor del año 1000) y Cervantes; y por último, la cuarta estaría marcada por el uso globalizado del papel y la imprenta, que originaría un mundo caracterizado por la producción en masa y la alfabetización universales.
Viajes por el mundo
A partir de estas claras premisas, Puchner demuestra por qué pisamos un «mundo escrito», y lo hace además no desde su mesa de la Universidad de Harvard, donde da clases, sino en forma andariega, con una curiosidad insaciable y sin ponerse límites geográficos en aras de urdir bien su investigación. Así las cosas, viaja a Beirut y Pekín, visita ruinas literarias en Troya y Chiapas, busca las huellas de Goethe en Sicilia, con el innovador concepto que acuñó, «literatura universal», y consigue entrevistarse con Orhan Pamuk en Estambul y Derek Walcott en la caribeña Santa Lucía para reflexionar sobre la literatura poscolonial. Todo para explicar, en efecto, el poder de la escritura y cómo esta ha transformado la Tierra. Por eso, da inicio a su libro desde una perspectiva que no puede ser más panorámica: con los astronautas del Apolo 8 que, en 1968, además de poder estudiar la superficie lunar a distancia y fotografiar nuestro planeta, se convirtieron en poetas improvisados al requerírseles que describieran oralmente a la base de Houston lo que estaban contemplando, para lo cual se apoyaron en la lectura de un extracto del «Génesis» bíblico.
Porque, primero, vinieron las historias orales, y luego llegó ese instante de intersección del que surgió la literatura, a medida que iban evolucionando «las tecnologías creativas: el alfabeto, el papel, el libro y la imprenta». «El poder de las historias», de este modo, constituye un recorrido formidable, lleno de rigor y erudición por determinados momentos clave relacionados con la influencia de un texto concreto. Todo empieza con el libro de cabecera de Alejandro Magno, que tenía bajo su almohada un ejemplar de la «Ilíada», «porque era el relato a través del cual contemplaba su propia campaña y su vida, un texto que cautivó la mente de un príncipe que no se detendría en la conquista del mundo», y a ello le siguen una serie de capítulos a cada cuál más apasionante.
Sobre el autor
Martin Puchner (Núremberg, Alemania, 1969) es profesor de Literatura inglesa y comparada en la Universidad de Harvard. Estudió en la de Konstanz, la de Bolonia y la de California, Santa Bárbara, y este es su primer libro traducido al español. Además, es autor de «Norton Anthology of World Literature».
Ideal para...
conocer el impacto de diversos textos literarios en el devenir de las sociedades a lo largo de la historia y para redescubrir detalles asombrosos de asuntos conocidos, como la labor de Gutenberg o la vida de Cervantes.
Un defecto
El último capítulo, que en principio está dedicado a «Harry Potter», casi es más un cebo publicitario por parte de la editorial que otra cosa: aparece en el subtítulo, pero no estaba en el de la edición original.
Una virtud
El libro está muy bien ilustrado, y la presencia del autor como viajero y lector, como entrevistador, hace que su trabajo se pueda dirigir a toda clase de lectores, tanto los que conocen la historia literaria como los que no.
Puntuación: 10
«Formas de estar lejos»
Edurne Portela
Galaxia Gutenberg
238 páginas,
18,90 euros
Novela
La sombra de la violencia colectiva, por Jesús Ferrer
Edurne Portela señala en «Formas de estar lejos» los vicios de una sociedad asustada
En 2016 se publicaba un interesante ensayo, «El eco de los disparos. Cultura y memoria de la violencia», donde se analizaba la incidencia del terrorismo etarra en diversas expresiones literarias, plásticas o cinematográficas. Su autora, Edurne Portela (Santurce, Vizcaya, 1974), iniciaba, a su regreso a España, una intensa dedicación narrativa que, de momento, ha dado como fruto dos estimables novelas: «Mejor la ausencia», una historia de conflictos familiares en el seno de la convulsa sociedad vasca de los años 80 y 90; y ahora «Formas de estar lejos», crónica ficcionada de un amargo desencuentro sentimental motivado por el abuso de poder en la relación de pareja, la cotidiana soledad compartida, y una desatada violencia final. Alicia, en claro juego autorreferencial, es una joven vasca, profesora de literatura en una universidad estadounidense, que acabará casándose con Matthew, quien ejerce un rutinario trabajo en una entidad financiera. Tras la primera fascinación del enamoramiento no tardará en aparecer el marido celoso y manipulador, que aísla a la protagonista de su cercano entorno social y familiar. Se precipitarán la infidelidad matrimonial, los diversos maltratos y el tormentoso divorcio.
El código del miedo
Se trata de una amplia reflexión sobre la violencia colectivamente aceptada como un rasgo identitario, como un aglutinante grupal y asociativo. Se denuncian así el racismo y las violaciones en el seno de las poderosas fraternidades universitarias americanas o los condicionamientos sociales que aún proyecta la alargada sombra de ETA. El auténtico protagonista de esta historia es el miedo como catalizador de las emociones, y la capacidad de los personajes para controlarlo: «Racionalizar el miedo. Se supone que esa es la receta, poner en perspectiva los peligros reales, analizar de dónde viene la amenaza, y sopesar si se puede hacer frente a ella» (págs. 228 y 229). Otras cuestiones laterales, incentivan el interés de estas páginas: el escaso espíritu maternal de Alicia, la cotidiana crueldad convivencial o los atronadores silencios del distanciamiento amoroso. Sin obviar la asumida culpabilidad de quien, inconscientemente, ha aceptado los códigos de la agresividad: «Me hiere la certeza punzante de que también soy ésa, la que se fue encerrando en sí misma, cultivando errores y mentiras, rencores y daños». Y la pervivencia de ese estigma: «Y aunque haya intentado romper con ella, aunque esté a punto de comenzar una nueva vida, esa otra siempre estará agazapada dentro de mí» (pág. 237).
Muy acertada la vibrante agilidad de los diálogos, el dramatismo de desgarradoras situaciones –Alicia llorando refugiada en un armario–, o la eficaz gestualidad de reprobatorias miradas y amenazantes caricias. El libro que consuela a la protagonista es «La consagración de la primavera», de Alejo Carpentier, acaso queriéndose reflejar en Vera, la intrépida heroína que supera muy trágicos acontecimientos históricos del pasado siglo XX. Combinando retrato intimista con crítica social, Edurne Portela ha logrado una excelente novela.
Sobre la autora
Edurne Portela (Santurce, 1974) es ensayista y narradora y ha centrado su trabajo en el testimonio crítico-social, que no obvia el intimismo psicológico de los protagonistas de sus relatos
ideal para...
reflexionar sobre la violencia cotidiana, todavía asumida con cierta normalidad por gran parte de la sociedad
Un defecto
Alguna dispersión narrativa hacia la mitad de la novela
Una virtud
La composición caracterológica de los personajes, sin maniqueísmos ni excesos
Puntuación
9
«La flor amarilla del prestidigitador»
Gustavo Tatis Guerra
Navona
416 páginas,
20 euros
Biografía
Otra puerta al universo de Macondo, por T. Montesinos
En abril de 2014 moría, en Ciudad de México, Gabriel García Márquez, algo más que un literato después de que, en 1967, publicara «Cien años de soledad», un libro que cambió su destino personal por completo, pues «dejó para siempre de ser solo un escritor para convertirse en un mito, una leyenda, una figura pública que ya no se pertenecía a sí mismo», dijo el estudioso José Miguel Oviedo. Mucho más tarde, en 2004, aparecerían las memorias «Vivir para contarla», cuando contaba con 75 años, lo cual contradijo sus propias palabras: las que remitían a sus obras cuando se le preguntaba sobre su vida.
De esta habíamos tenido algunas aproximaciones, como la biografía «García Márquez. El viaje a la semilla» (1997), de Dasso Saldívar, que aclaraba los primeros y brumosos veinte años del escritor, además de concretar las fechas de redacción de las versiones de «La hojarasca», es decir, la puerta que abre el universo de Macondo.
La luz de un colega
Y de Saldívar son las primeras palabras que nos encontramos al abrir este estupendo «La flor amarilla del prestidigitador», de Gustavo Tatis Guerra, al que el prologuista se refiere en relación con cómo su colega le aportó luces a la hora de redactar «El viaje a la semilla». En este se comenzaba destacando «aquel viaje que hizo García Márquez con su madre a Aracataca a principios de marzo de 1952, para vender la casa de los abuelos donde había nacido»; también García Márquez elegía ese momento capital, para su autobiografía, cuando miró asombrado desde un tren la palabra «Macondo» en el cartel de una finca bananera, para ponerse a contarnos su existencia. Y, naturalmente, Tatis Guerra también evoca esos instantes en una serie de textos –fechados desde 1992– en que él mismo visita Aracataca, habla con la familia del autor de «El amor en los tiempos del cólera» y entrevista al propio García Márquez, en unas páginas memorables para quien desee conocer desde dentro la concepción y estilo de determinadas narraciones, pero también anécdotas de infancia y juventud. Así surge el abuelo y el padre, que le inspiran personajes de la historia de los Buendía, algunos asuntos de violencia local, la recepción natural del Premio Nobel, como si nada hubiera pasado, las iniciáticas lecturas de «Las mil y una noches» o la fascinación por su abuelo coronel, que le motivó a escribir «El coronel no tiene quien le escriba» y por cuya muerte, en el capítulo doce de «Cien años de soledad», lloró junto a su mujer, su inseparable Mercedes.
Sobre el autor
Gustavo Tatis Guerra
( Colombia, 1961) es pintor, poeta y redactor cultural del diario «El Universal» de Cartagena
Ideal para...
descubrir los territorios en los que creció y se hizo escritor
García Márquez
Un defecto
Falta una nota bibliográfica para conocer la fuente de cada texto
Una virtud
El estilo del autor hay que remarcarlo, de hecho, ha sido premiado
Puntuación
10
«Carreteras de otoño»
Lou Berney
Harper Collins
320 páginas,
18,90 euros
«BEST-SELLER» INTERNACIONAL
El asesinato de JFK es lo de menos, por Lluìs Fernández
Ser bendecido por Don Winslow y comparado con Elmore Leonard convierte a Lou Berney en un autor a seguir, y su «Carreteras de otoño»m en un acontecimiento. La responsabilidad es enorme. Lo cierto es que sus éxitos anteriores le hacen merecedor de esa confianza. Lou Berney escribe con una solvencia y desparpajo encomiables. Muy por encima de cualesquiera de los autores contemporáneos que se limitan a repetir las fórmulas del thriller más trillado. Algo hay del estilo conciso del Winslow de «El invierno de Frankie Machine» y de su fatalismo. Ambos tienen el don de seducir al lector con una economía de medios y aparente ligereza. El tipo de concisión que recomendaban los mandamientos de Elmore Leonard a la hora de componer los personajes con trazos vigorosos, fijándolos desde su aparición y dejándolos fluir por el relato.
También ha heredado de ellos la creación de tipos duros y persistentes capaces de ponerse en la piel del otro y convencer a su vez al lector de que cuanto piensan o cuanto sucede es tan lógico como inexorable. Todos ellos atrapados en el mundo del crimen y aquejados de una lógica fatalista: nadie escapa a la «organización criminal» ni a sus múltiples tentáculos. En este punto, tanto la estructura de «road movie» como los personajes, en especial el perseguidor implacable, están en deuda con Cormac McCarthy y el personaje del pistolero psicópata Anton Chigurh en «No es país para viejos».
La trama está montada alrededor del magnicidio de JFK en Dallas. Un leitmotiv que va diluyéndose a medida que avanza la acción hasta desaparecer. En realidad, la trama se estructura en tres hilos: la huida, la persecución y una historia de amor. El asesinato de Kennedy no es más que un pretexto ingenioso y la historia de amor llega a resultar cargante por humana. Lo que era una estrategia se convierte en el núcleo central de la acción, convirtiendo el peregrinaje en un viaje de iniciación con el consiguiente cambio del protagonista. Aquí Elmore Leonard le hubiera reconvenido seriamente por no haber podado estos capítulos que restan intensidad al relato, y Don Winslow por no haber seguido el fatalismo espartano de su Frankie Machine. Pero todo vuelve a su lugar en Las Vegas y retoma la intensidad perdida con dos personajes que brotan de la novela con la fuerza de la inventiva de Lou Berney: el mafioso Ed y su ayudante Leo, tan estrafalarios que basculan entre «El mago de Oz» y «El crepúsculo de los dioses».
Toques de gran creador
Desde el inicio, sorprende la prosa sucinta de Lou Berney, su capacidad para crear personajes con dos toques de gran creador y el influjo cinematográfico. El primer capítulo está narrado como un largo «travelling» que introducen el ambiente de Nueva Orleans, la catadura moral del protagonista y la alegre sordidez en la que se solaza. Invitando al lector a que le acompañe en una aventura singular, con redención y moraleja final, a sabiendas de que el romántico Frank Guidry es un cínico que conoce el desenlace pero se resistirá hasta el final.
Sobre el autor
Atención a Lou Berney (Oklahoma, Estados Unidos, 1964), un autor sensacional que pronto estará entre los mejores autores del momento. Lawrence Kasdan llevará este libro al cine
Ideal para...
lectores que odien la rutina de la novela negra actual y busque nuevas emociones y sorpresas. Además de para conocer a este fantástico escritor
Un defecto
El epílogo es una parte del libro
de la que se podría prescindir por completo
Una virtud
La capacidad narrativa de un autor que hay que seguir
Puntuación
9
«Circe»
Madeline Miller
ADN
441 páginas,
20 euros
NOVELA
Circe se escapa de «la odisea», por Sagrario Fdez.-Prieto
«Cuando nací no había palabra para lo que yo era». Madeline Miller inicia con esta seductora frase su historia de Circe, la famosa hechicera que conocimos a través de Homero cuando Odiseo arribó a su isla en el camino de vuelta a Ítaca y que ahora encuentra su propia voz para narrar su vida, pues poco se sabe de ella en «La Odisea» más allá de su facilidad para convertir a los hombres en cerdos. Circe es una ninfa, hija del poderoso titán Helios y de la náyade Perse, y habría sido una más en el complejo mundo de las divinidades olímpicas formado por dioses, semidioses y monstruos, si un fugaz y compasivo encuentro con Prometeo, el titán condenado al dolor durante toda la eternidad por ayudar a los hombres llevándoles el fuego, no hubiera cambiado su destino, ya que Zeus castigó esa compasión con el destierro en una isla solitaria. Antes de este momento Circe había sido una niña despreciada, ignorada por su familia, que ridiculizaba continuamente su «espantosa» voz parecida para ellos a un graznido y que es simplemente una voz humana. Circe se volcará en el conocimiento de las hierbas, las curaciones y los encantamientos. Se hará a sí misma, y será entonces, al convertirse en una poderosa hechicera, cuando los dioses y su familia empezarán a respetarla.
Dioses mitológicos
Miller ha escrito una obra magistral que nos sumerge de entrada en el complejo mundo de los dioses mitológicos con la habilidad de un gran contador de historias que sabe cómo captar la atención y no dejar de entretener ni un segundo. Sigue la evolución de Circe haciendo crecer en el lector el deseo de que llegue al fin el encuentro con Odiseo y cuando este se produce, cuando el contacto con lo humano va teniendo cada vez más peso, crecen también la emoción y la intriga. Odiseo será solo el principio de una vida de plenitud en la que tendrán un lugar esencial Telégono, el hijo de Odiseo y Circe, y Telémaco, el hijo de Odiseo y sobre todo Penélope, una mujer reducida a esposa paciente y leal que se convierte aquí en un personaje fuerte y atractivo.
El trabajo de Miller es magistral. Aporta una enorme y fascinante información sobre mitología y acercándose a los dioses lo hace a su vez a los lectores con frases llenas de sabiduría: «El gran Helios te pisoteó la primera porque ya estabas postrada a sus pies». Entretiene envolviendo al lector en una burbuja de la que cuesta salir y no supera a Homero, por supuesto, pero inyecta nueva vida a las imágenes que nos dejó el viejo aedo y si «La Odisea» es la historia de un regreso, esta «Circe» es la historia de apasionantes encuentros.
Sobre la autora
Nació en Boston, se licenció en Filología Clásica y enseña latín y griego. Esta es su segunda novela; la primera fue «La canción de Aquiles»
ideal para...
amantes de la mitología y de la cultura clásica
un defecto
Ninguno. Es un libro surgido de un exhaustivo y brillante trabajo
una virtud
La capacidad narradora de la autora crea una novela fascinante y entretenida.
puntuación
10
«El animal más triste»
Juan Vico
SEIX BARRAL
200 páginas,
17 euros
NOVELA
Entre Bergman y la ilusión perdida, por J. Ferrer
Juan Vico (Badalona, 1975) se ha revelado en los últimos años como un original poeta y narrador que frecuenta por igual y con acierto la intriga policíaca, el relato fantástico y el drama sentimental. En su última novela, «El animal más triste», unas parejas de amigos en la incipiente madurez se reencuentran en una casa del Pirineo para recordar viejos tiempos y ver un vídeo casero con el que evocarán jugosas anécdotas, ilusiones perdidas y algún que otro amargo desencuentro. Dos polos narrativos gravitan sobre esta historia: por un lado, la voz narrativa de Jonás, cinéfilo empedernido, que contempla las vicisitudes de sus amigos a la luz de emblemáticas escenas del séptimo arte invocando a Bergman, Tarkovski, Hitchcock, Buñuel y Agnès Varda, entre otros muchos directores; y, por otra parte, el relato que escribe Paula, la más joven de los concurrentes, sobre los amores ocultos entre un maestro republicano y una viuda campesina en el duro ambiente rural de los años anteriores a la Guerra Civil española. Entre estas dos tramas fluye toda una reflexión sobre el amor y el sexo, la seducción y el rechazo, el paso del tiempo y la frustración de las expectativas vitales.
Estos personajes interactúan, a la manera de «Las amistades peligrosas», de Choderlos de Laclos, en busca de una anhelada felicidad, constantemente obstaculizada por la rutina cotidiana y la sombra del desamor. No faltan aquí referentes literarios que dan a la acción una adecuada pátina culturalista acorde con la mirada estetizante de los protagonistas. Una interesante ficción esta que, con lograda ironía y distanciado humor, aúna la crónica generacional con la intriga psicológica, y los impulsos eróticos con el eclipse de la pasión. El propio título de la novela alude a la tristeza postcoital en sutil metáfora de la limitación del deseo y el desencanto de la realidad.
«Agudas. Mujeres que hicieron de la opinión un arte»
Michelle Dean
TURNER
368 páginas,
24,90 euros
ENSAYO
Unas grandes y poco modestas mujeres del siglo XX, por Ángeles López
Michelle Dean analiza los puntos de encuentro entre las autoras más importantes del siglo XX
Esta es la otra historia; la de la «otra mitad», la cara B de nuestro siglo XX contada a través de mujeres que pusieron su propia pica en Flandes: escritoras, periodistas, filósofas, críticas de cine, antropólogas... Todas destacan por sus aportaciones al pensamiento y a las transformaciones culturales de la pasada centuria: las memorias «bibliográficas» de la poeta estadounidense Dorothy Parker; de su contemporánea de raza negra, Zora Nearle Hurston; de la británica Rebecca West; de la emigrada de la Alemania nazi Hannah Arendt; de la novelista Mary McCarthy; de la escritora y crítica Susan Sontag; de la periodista Pauline Kael; y del icono de la cultura letrada de la costa oeste Joan Didion. Y esos textos se suman a ensayos críticos sobre las obras de Norah Ephron, Lillian Hellman, Renata Adler y Janet Malcom, donde se profundiza en sus relaciones con la genealogía de literatas que las antecedieron. Filosas, penetrantes, con incisivo genio, las «agudas» en las que se centra la periodista y crítica canadiense Michelle Dean en este volumen parecen responder a una pregunta: ¿pueden algunas mujeres herir con su filo el pensamiento patriarcal, aunque sea sin proponérselo? Lo cierto es que todas ellas desafiaron las expectativas de género antes de que ningún movimiento feminista organizado lograra avanzar en el reconocimiento de las mujeres en su conjunto.
«Aguda»s dedica muchas páginas a señalar de qué manera ni West ni Rich y mucho menos Arendt podían ser consideradas feministas, pero sí enfatiza en lo incómodas que todas las incluidas en este libro fueron en su tiempo. La ganadora del National Book Critics Circle’s de 2016 pretende visibilizar el trabajo de las artistas citadas para «desmitologizar», en el sentido en que lo diría Roland Barthes, y se centra en el criterio del valor de sus producciones, para deducir que las mujeres estaban a la par que sus compañeros masculinos y, en ocasiones, les superaban. «Todas ellas eran espíritus rebeldes y no solía gustarles que se las metiera en el mismo saco (...). Me imagino la filípica que me soltaría Hannah Arendt por situar su obra en el contexto de su condición de mujer», dice Dean.
Enfado del género
El planteamiento fundamental de este volumen es que, sin ser feministas –ignoro qué diría Susan Sontag, por ejemplo, si pudiera leer que ella no lo era–, y la mayoría de las veces poniendo sus inteligencias al servicio de las ideologías masculinas, todas usaron el enfado del género para abrir el canon. No son pocas las cosas que las unen, amén de su afilada lengua y su importancia en la cultura occidental. Por ejemplo, la autora señala como un elemento común la falta de modestia que muestran todas. Se consideraban personas influyentes, pioneras y cardinales, y no tenían complejo en demostrarlo. Es reveladora la frase con la que Mary McCarthy recibió a Sontag a finales de los 60: «He oído que eres la nueva yo». Y es que, para todas ellas, «yo», era algo que merecía la pena ser.
Sobre la autora
Periodista y crítica canadiense, se nos presenta como otra aguda escritora que blande su pluma con más filo y posibilidad de corte que una espada toledana
Ideal para...
rescatar a algunas de estas mujeres –otras no lo necesitan– del olvido en el que se las ha querido enterrar
Un defecto
Faltan, no algunas, muchas... ¿Dónde está Virginia Woolf, por ejemplo?
Una virtud
Logra cambiar la percepción no solo de la cultura inmediata, sino de forma retrospectiva. Así, comprendemos las referencias e interferencias de los artistas de hoy
Puntuación
9
«Cuentos salvajes»
Ednodio Quintero
Atalanta
540 páginas,
27 euros
RELATOS
Por favor, lean a Quintero, por David Hdez. de la Fuente
Lo mágico y lo onírico son algunos de los elementos más sugerentes de cierta escritura latinoamericana en la modernidad que, siguiendo a Octavio Paz, se ha caracterizado por hacernos atisbar que «la otra realidad no es prodigiosa: es». Siguiendo la senda de un laberinto cretense traspasado al otro lado del océano ha habido incursiones arquetípicas de la literatura latinoamericana especialmente en un género tan caro allá como el cuento.
Pero ningún otro autor me ha impresionado en este sentido jamás tan hondamente como Ednodio Quintero (Trujillo, Venezuela, 1947), maestro de la prosa breve y precisa que disecciona el mundo de las visiones, los símbolos, el absurdo, las ilusiones y el subconsciente como ningún otro escritor. La frialdad del significante combina con el ardor del significado, las metáforas palpitan y se despliega un universo sensorial bajo la mar en calma de esa selva de emociones.
Alabado en los foros
Uno no esperaba que, a sus años y con lecturas ya reposadas, le sorprendiera de tal manera un libro en conjunto. Quizá sea porque se trata de un libro que guarda muchos libros y muchos años en sí, porque Quintero es un narrador conocido ya por numerosas novelas y cuentos desde hace unos cuarenta años. Y ha sido alabado en diversos foros y por escritores y críticos a los que aprecio. Pero leer este libro con los cuentos completos del escritor venezolano, que une muchos años y muchos cuentos, es todo un vuelco al corazón porque se despliegan ante uno un arte poético y una narrativa únicos, unas miniaturas y un fresco de conjunto que, de verdad, marcan.
Sueños, visitaciones, meandros, sorpresas inolvidables. Desamores, violencias, metamorfosis, clásicos y modernos. Un grito en la noche tropical, un viaje que no acaba, un «continuum» urbano y rural desolador, una zoología variopinta de formas de vida y literatura. Es Orfeo, como en el cuento homónimo, tras el umbral, rodeado de «una parranda de demonios». Se puede resumir como la búsqueda del cuento perfecto en la catábasis al inconsciente: y a fe que lo logra.
No se pierdan este libro por favor: estos cuentos son ya un clásico de la literatura que debe permanecer o, como diría Roberto Calasso (Florencia, Italia, 1941), literatura absoluta. Hagan caso de esta llamada, que es tan desesperada y tan directa a causa de la brevedad de mi espacio y de la dificultad evidente de condensar lo múltiple en lo uno. Sincera como un sueño o una intuición. Lean estos cuentos.
sobre el autor
Ednodio Quintero (Venezuela, 1947) es escritor y profesor universitario y uno de los narradores más interesantes de la literatura en español
ideal para...
conocer el fascinante mundo de un cuentista imprescindible
un defecto
Ninguno reseñable
una virtud
Todas. Los cuentos de Quintero son imperdibles, literatura en estado puro
Puntuación
10
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