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Ancelotti, siguiente encrucijada
En diciembre se hablaba de su renovación y ahora su futuro depende de lo que haga hasta final de curso.
«Cuanto más se alarga una historia profesional, más descubres que tú y tu equipo no jugáis sólo contra el rival, sino también contra el destino. Que, a veces, reserva encrucijadas verdaderamente increíbles», escribe Carlo Ancelotti en «Mi árbol de Navidad», donde repasa su carrera de entrenador poco después de fichar por el Madrid. Es decir, que le falta un capítulo, la «Décima», y un epílogo en el que contar cómo Simeone le está masacrando en su segundo año. Le amargó el comienzo de temporada y le ha amargado en la mitad, dejándole en evidencia y sin poder de reacción durante sus confrontaciones. Ahora Ancelotti necesita demostrar que es capaz de levantar al equipo de su caída más dolorosa. Lo hizo en sus primeros días, cuando el Madrid no encontraba el estilo y sucumbió en el Camp Nou, con Ramos de mediocentro: después sumó 31 partidos sin perder. Lo hizo cuando perdió contra el Sevilla, además del liderato, en marzo de 2014. Pero se llevó la «Champions». Y en septiembre, cuando contra el Atlético sufrió su segunda derrota seguida y después sumó 22 victorias.
Cuando el Madrid navegaba entre triunfos, advertía de tiempos malos y de que había que estar unidos para hacerles frente. Es un entrenador con demasiado pasado en el fútbol como para no conocer que todo cambia en instantes. En diciembre se hablaba de su renovación, ahora su futuro está en entredicho. Nada puede sorprender a un hombre que un día llegó a Riazor con el Milan, con un 4-1 a favor en cuartos de la «Champions», y fue eliminado tras perder por 4-0. Un técnico que vivió una noche terrible en Estambul al perder una final que ganaba 3-0 contra el Liverpool. Pero es verdad que no esperaba que este mal momento del Madrid fuese tan terrible. La imagen y los goles que marcó el Atlético el sábado han dejado huella y ahora Ancelotti tiene que esforzarse para borrarla o para aprovecharla de manera positiva. A favor tiene un calendario que le puede rehacer moralmente antes del encuentro decisivo en el Camp Nou (22 de marzo), donde se supone que, si todo va bien, habrá recuperado a casi todos sus futbolistas, sobre todo a Modric y la pareja de centrales que durante la racha buena habían mantenido al equipo y cuya ausencia tanto daño ha hecho. En la primera vuelta, después de perder contra el Atlético, el Deportivo se llevó 8 goles en contra en su casa. Este sábado, el conjunto de Víctor Fernández puede ser otra vez la víctima, quien pague los platos que se han roto en el vestuario blanco. Después llegará el Schalke en «Champions», un alivio para el Madrid, que cambia de competición, y el siguiente fin de semana, el Elche, ex colista de la clasificación. Villarreal en casa y San Mamés son los compromisos más complicados. El último, antes del Camp Nou, es el Levante. Seis encuentros para rearmarse.
El lunes hubo charla del presidente; ayer el Real Madrid se entrenó con toda la tranquilidad del mundo. A puerta cerrada, sin interrupciones. Cuanto más lejos esté el sábado, con más normalidad se trabajará en Valdebebas. El futuro empieza hoy y todo depende de la unión del grupo y de la fe que se tenga en el entrenador. Ancelotti ha ido construyendo una relación con los futbolistas para que, en estos momentos, la solidez dé fuerza frente a las dudas que acechan. Porque el sistema no va a cambiar y sólo la incorporación de Lucas Silva o los lesionados van a variar el once. Más que fútbol, se trata de confianza. «El jugador conoce y percibe la delicadeza de algunos momentos; y su aplicación, quizá mayor de lo habitual, dependerá sólo y exclusivamente de la relación que el técnico haya sabido construir a lo largo del tiempo y no de lo que haga la víspera del encuentro en particular», dice Ancelotti en su libro. Ha llegado la encrucijada.
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