Baloncesto
Campazzo, al rescate
Real Madrid e Iberostar Tenerife protagonizarán la primera semifinal de Copa. La defensa de los isleños deparó la primera sorpresa del torneo al tumbar al Valencia, campeón de Liga, de la Supercopa y finalista en la pasada edición copera. El Madrid sufrió mucho para seguir aspirando al que puede ser su quinto título consecutivo. Unicaja gobernó el partido hasta bien avanzado el último cuarto, pero ahí aparecieron Thompkins, Rudy y, sobre todos, Facundo Campazzo. «A veces somos demasiado predecibles en los minutos finales y hoy no ha sido así», fue la explicación del base argentino. La traducción: hay mucha vida en este Madrid más allá de Doncic y a algunos les gusta recordarlo.
La puntería del Unicaja (notable 13/25 en triples final y eso que arrancaron con un salvaje 7/10) permitió a los malagueños llegar por delante al tramo decisivo. Con menos de cinco minutos los de Joan Plaza mandaban (70-77), pero ahí aparecieron los detalles. Y lo hicieron con el quinteto con el que el Madrid lleva dos meses empezando los partidos y que ha provocado que nadie echase de menos a los lesionados. Sólo había un asterisco: Rudy por Causeur. Y el alero, en su mejor temporada en años, fue el encargado de fraguar la remontada. Un par de rebotes ofensivos y cinco puntos seguidos demostraron que sigue siendo muy aprovechable y que en pista hay pocos más listos que él. Thompkins, que ya había sido el mejor en el tercer cuarto, fue uno de los beneficiados del recital de Campazzo en los minutos finales. El base argentino es capaz de jugar igual en el arranque que en los momentos críticos. No se corta un pelo. Penetraciones de vértigo, asistencias al compañero mejor situado y puntos, muchos puntos ayer. Terminó con 18, 3 rebotes y 7 asistencias para ser el jugador determinante.
«No salimos del partido a pesar de ir por detrás durante muchos minutos», afirmó Laso a Movistar + al final. Unicaja mandó y lo hizo con claridad durante bastantes minutos. El buen arranque del partido del Madrid, con un quinteto extraño en el que no estaba Tavares y sí Doncic de ala-pívot, se evaporó en el arranque del segundo cuarto. El parcial de 3-20 que encajaron los blancos no hizo sangre por ese buen comienzo y porque antes del descanso respondieron con un 10-0 a favor (46-45).
El partido fue una montaña rusa. Cuando bajaron los porcentajes del Madrid, la semifinal para los de Laso volvió a complicarse y lo hizo porque Unicaja estuvo muy acertado desde el perímetro hasta que empezó a divisarse el final. Sus triples, menos uno, llegaron de jugadores procedentes del banquillo, aunque cuando más falta hacían nadie ofreció respuesta. Lo intentó Nedovic, el más talentoso de los malagueños, pero la buena defensa de Taylor evitó que se consumara la segunda sorpresa del torneo. El campeón sigue vivo. Uno de los aspirantes, el Valencia, ya está en casa. El meritorio Tenerife de Katsikaris es el último obstáculo para la que sería la decimonovena final de la «era Laso».
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