Muere Serguéi Belov, una leyenda del baloncesto soviético y europeo

El ruso Serguéi Belov, leyenda del baloncesto soviético y europeo, murió hoy a los 69 años de edad, informó el portavoz del CSKA Moscú, citado por las agencias locales.

"Me acabo de enterar hace 15 minutos", informó a Efe su compañero en selección soviética, Iván Yedeshko.

Según las agencias locales, Belov, que nació en la región siberiana de Tomsk, murió en la ciudad de Perm (Urales) debido a un problema cardíaco.

Belov, que tras colgar las botas se dedicó a entrenar, a ejercer cargos directivos y a presidir la federación nacional (1993-98), tiene uno de los mejores historiales de la historia del baloncesto continental y mundial.

Sin duda, el punto culminante de su brillante carrera fue la medalla de oro en la final de los Juegos Olímpicos de Múnich (1972), en la que la Unión Soviética derrotó al hasta entonces invencible equipo de Estados Unidos en una controvertida final.

Aunque fue Alexandr Belov el héroe del partido al anotar la canasta del triunfo en el último suspiro, fue Serguéi Belov el máximo anotador de la final olímpica, con 20 puntos.

Además, Belov se colgó en otras tres ocasiones el bronce en unos Juegos (1968, 76 y 80), fue dos veces campeón mundial (1967 y 1974) y cuatro veces campeón de Europa (1967, 69, 71 y 79).

En las filas del CSKA, fue campeón soviético en once ocasiones, además de alzarse con la antigua Copa de Europa en 1969 y 1971, y disputar otras dos finales.

La FIBA le ha reconocido como el mejor jugador europeo del siglo XX, mientras en 1992 se convirtió en el primer europeo en acceder al Naismith Memorial Basketball Hall of Fame (Salón de la Fama) ubicado en Springfield, Estados Unidos.

Como seleccionador ruso, Belov condujo al país heredero de la URSS al subcampeonato mundial en dos ocasiones (1994 y 1998) y al bronce europeo en 1997, en un torneo disputado en España.

Belov era tan admirado entre sus compatriotas, que fue elegido el encargado de encender el pebetero con la llama olímpica en los Juegos de Moscú en 1980.

Según el diario digital Gazeta.Ru, Belov fue marginado durante varios años (1982-88) por las autoridades por orden directa del KGB, al que le pareció sospechoso que el deportista invitara a su casa a un amigo procedente de Brasil.

Como técnico de club, su mayor éxito fue conquistar en dos temporadas consecutivas (2001-02) la liga rusa con el modesto Ural-Great (Perm).