Mundial de Balonmano
Un profesor para resurgir
Jordi Ribera parece un hombre tranquilo y es un hombre tranquilo. «Tímido, de pocas palabras, introvertido incluso», lo define Joan Cañellas. Pero pocas cosas se le escapan del mundo del balonmano. «Es muy metódico, hace muchos vídeos, conoce muy bien a los rivales... Bueno, es diferente a otros seleccionadores viscerales, más de meter garra. Él es más teórico, lo explica todo muy bien. Le gusta mucho la metodología del balonmano, cómo hay que jugar», describe Dani Sarmiento, uno de los centrales del equipo nacional, seguramente el que más conoce al nuevo seleccionador, pues le dio la oportunidad de debutar en la élite en el Gáldar y después también lo dirigió en León. «Sé lo que quiere en la pista y para mí es muy fácil jugar con él», continúa el canario. Con Ribera, España busca resurgir. No es que hubiera caído muy abajo, pero quedarse fuera de los Juegos de Río fue un golpe duro y el detonante para la salida de Manolo Cadenas. Los internacionales que van a disputar el Mundial de Francia, que empieza hoy (ellos debutan mañana ante Islandia), se dividían entre los que todavía estaban dolidos y los que optaban por pasar página. Valero Rivera es de estos últimos. «Fue un palo duro, pero la vida sigue. Nos tuvimos que hacer a la idea rápidamente y ahora tenemos otra oportunidad», dice el extremo. «Esto no para», interviene Cañellas. Las decepciones olímpicas (no estar en Río 2016, la derrota en cuartos en Londres 2012) contrastan con los resultados en Europeos y Mundiales. Desde 2011, España siempre ha estado en semifinales o, lo que es lo mismo, luchando por las medallas. La más preciada que consiguieron fue el oro en el Campeonato del Mundo de España en 2013. «Es un dato. Dice que se están haciendo las cosas bien», opina Valero.
El presidente de la Federación, Paco Blázquez, habla del sueño de la final del Mundial de Francia. Los jugadores son más precavidos y van al «partido a partido». Jordi Ribera acepta el reto. «Paco nos ha marcado el objetivo y vamos a intentar lograrlo», asegura el seleccionador, que toma al equipo nacional después de haber desarrollado en los últimos años el balonmano en Brasil, desde la base hasta la absoluta. Quiere hacer un trabajo parecido en España, donde se piden resultados inmediatos por la trayectoria histórica. Sólo lleva cinco partidos con los Hispanos. «Que en tan poco tiempo juguemos bien, que el balón circule... Es buena señal», afirma Valero. «Le encanta una defensa fuerte, por anticipación, que robe balones y se pueda correr el contraataque. Se pasa las horas estudiando, viendo vídeos e intentando encontrar los puntos débiles de los rivales. También los nuestros, para intentar mejorarlos», desvela Víctor Tomás, uno de los capitanes. Si Manolo Cadenas era pasional, Ribera es más analítico, pero también da libertad a los jugadores. «Es más metódico, quiere controlarlo todo, pero en el juego tenemos libertad. Al final, los que decidimos somos nosotros. Esa mezcla entre estar dirigidos y tener libertad es perfecta», piensa Valero. «Dentro de lo que él pide es un juego libre. Dentro del juego que él quiere, la técnica y la calidad del jugador son las que determinan los pequeños detalles», concluye Sarmiento.
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