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Cara a cara: ¿logrará el Madrid el pleno de 30 puntos?

La Razón
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La remontada es imparable, se palpa; por Alfredo Duro

Sé que cuesta aceptarlo, Carme. Que resulta duro comprobar que una y otra vez tu gran enemigo se levanta. Qué difícil te resulta aceptar la realidad. La que de nuevo sitúa al Real Madrid en el ojo de tu huracán más temido. Ése que llevabas tiempo imaginando sin acabar de creértelo. El que pone de nuevo a Cristiano en la cima de la gloria del gol. Qué daño irreparable te ha hecho ese repóquer de goles y razones por las que se escribe la remontada blanca. Sí, Carme, ya lo tienes delante. Y te empieza a provocar pesadillas y a despertar los más crueles fantasmas. Esos que vestidos de un blanco inmaculado te persiguen sin piedad. El mejor Madrid ha vuelto y va a ser implacable en la persecución del liderato y el título de Liga porque la vuelta de Modric y James reparan todas las dudas y devuelven lo más importante: el fútbol y la alegría.

¡Diga 33, señora Barceló!

El madridismo vuelve a estar orgulloso. Nueve al Granada y manita del mejor jugador del mundo para que la escalada hacia el título se convierta en un destino imparable. ¿Y planteas dudas sobre la posibilidad de ganar los nueve partidos que faltan para ganar la Liga? ¡Diga 33, señora Barceló! Ésas serán las Ligas que lucirán a final de temporada cuando te invite al Tour del Bernabéu. Pronto se te han olvidado esos meses de dominio merengue en que los partidos se contaban por victorias hasta llegar a veintidós. Despierta Carme, porque esto ha dejado de ser un sueño. ¡Ha vuelto el Madrid de los récords!

A la captura del liderato

¿Sabes lo que es tener hambre de fútbol y títulos? El Madrid, sí. Está en su ADN. Ese hambre le ha convertido en el mejor equipo de fútbol de la historia y le mantiene vivo para todo tipo de causas. La próxima es cazar y capturar el liderato de tu Barça, que empieza a notar la presión. Si el reto es ganar diez partidos y sumar treinta puntos date por... cazada. La bestia blanca dormía mientras curaba sus heridas y lesiones. Ahora está más despierta que nunca. Ahora va a por ti.

Sólo son fuegos artificiales, por Carme Barceló

Dices que ha vuelto el Real Madrid, apreciado Duro. ¿Cuál? ¿Me lo explicas? Porque desde hace unos meses no sé muy bien quién es, ni cuál es su «dress code» futbolístico ni esa famosa alma a la que se agarra el madridismo cuando ya no le queda casi nada. Si ha vuelto, lo sabremos en unas semanas. Porque esos nueve goles al Granada son un resultado ante un equipo que juega otra Liga. Te recuerdo una realidad incuestionable: desde el famoso mundialito, aquel que sirve para tocarse el escudo y sacar pecho, el equipo de Ancelotti hace aguas en juego y resultados. Luces, pocas. Sombras, muchas. Que los fuegos artificiales no os cieguen, compañero.

Feos gestos de «CR7»

Me gusta Cristiano como jugador, pero no como deportista. Marcar cinco goles en un partido está al alcance de muy pocos. Su calidad es incuestionable. Y su egocentrismo, también. Su política gestual me desagrada y es la fotografía de su auténtica personalidad. La celebración del quinto tanto, excesiva, sobreactuada y dedicada a sí mismo. Un respeto al rival, por favor. Que sabe perfectamente contra qué equipo está jugando, cuyo presupuesto global es casi lo que gasta él en gomina. Ser el mejor del mundo es mucho más que destrozar estadísticas. Por cierto, un dato: Messi le marcó cinco goles al Leverkusen en Champions con 24 años. Ahí lo dejo.

Un Guadiana de sentimientos

También me dices, querido Alfredo, que el madridismo vuelve a creer... y hace unas semanas le pitaba desde el minuto 14. ¿O es otro? Porque esta pléyade de sentimientos en formato Guadiana, entrando y saliendo, es irregular para un campeonato que se basa en todo lo contrario. La regularidad es el fundamento de la Liga y el Madrid adolece de ella. ¡Pero si el sábado Ancelotti le pegó un palo a Cristiano! Reconoció públicamente que había bajado en estos meses y dejó abierta la puerta a las rotaciones que, me da a mí, le va a salir el tiro por la culata. Tiene la suerte, eso sí, de no tener que luchar por el «triplete». Así podrá ir un poquito más relajado. Como lo tiene todo calculado...