F. C. Barcelona
¡Ole tú!: Otra vez nos hicieron sangre
Cuando un equipo visita el Camp Nou, sabe perfectamente que con hacer las cosas muy bien y estar concentrados durante los 90 minutos no es suficiente. Si el equipo de Valverde no tiene una noche mala, los rivales poco tienen que hacer. Antonio Conte puede dar buena fe de ello. Un muy buen Inter no fue bastante para sumar un resultado positivo el pasado miércoles en Champions. Había partido hasta que apareció Él. Si Su Santidad está enchufado ya sabes que te vas a casa con la cara partida sí, sí o sí. Y ayer ni siquiera hizo falta para sacar a mi Sevilla Fútbol Club del partido, aunque nos puso la puntilla con un libre directo de esos que sólo puede lanzar el genio «Shiquetito».
No se puede perdonar
En el primer tiempo, me ilusioné. Pero si tienes tres ocasiones consecutivas de las que sueñan los delanteros, con el marcador 0-0, y las fallas, pues ya sabes lo que viene después: que un Barça con dos marchas menos y Messi con el freno de mano echado, es capaz de hacerte tres goles en siete minutos. Sé que alguno estará pensando que en esos primeros 45 minutos el conjunto de Lopetegui ha tenido más la pelota y que fue incluso superior, pero cuando te vas con tres en contra, el mero hecho de pensar en la justicia del marcador me parece anecdótico. Miras a De Jong, después a Luis Suárez y ya tienes la explicación.
La dura realidad
Nos hicieron sangre otra vez. El resultado se me antoja excesivamente abultado para los méritos de uno y otro equipo sobre el terreno de juego, pero esto va de goles. Y si la cosa no era suficiente, apareció el de siempre para redondear la goleada. Una vez más, se puso de manifiesto el escalón que hay entre el Sevilla y los realmente grandes. Para ganarle a los Real Sociedad, Espanyol o Granada, nos llega, pero cuando hay que ponerle los dos rombos al partido... esto es lo que pasa.
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