Un Osasuna-Madrid con Patxi Puñal

Si alguien sabe cómo se vive un Osasuna-Madrid en El Sadar es Patxi Puñal, ex capitán y leyenda rojilla con más de 500 partidos y 17 campañas en Primera. Tuve la suerte de estar en contacto con él e intercambiar opiniones durante el choque. «El Chiringuito» tuvo un testigo excepcional a pocos metros de donde ocurría todo.

- «¡Qué ambientazo!»

«Edu, sabes cómo aprieta El Sadar en estos partidos... ¡y más ahora que necesitamos los puntos! No os lo vamos a poner nada fácil!», me escribía Patxi cuando los protagonistas saltaban al campo. Yo le decía que todo madridista sabe que para ganar en Pamplona hay que ponerse el mono de trabajo, pero que este Madrid tiene madera de campeón y esta Liga no se nos va a escapar. Y los guerreros de Zizou me dieron la razón.

- «Tano es muy fuerte»

La parte negativa y más dolorosa fue la grave lesión de Tano. A España entera se le encogió el corazón. Puñal me contó que en la grada ya se sabía que era grave: «Se ha hecho un tremendo silencio. Cuando los jugadores se llevaron las manos a la cabeza, lo supimos. Pero conozco a Tano: es muy fuerte y volverá con muchas ganas».

- «Si perdonas, pagas»

El Real Madrid no hizo una buena primera parte, pero se ha ganado el derecho a despistarse de vez en cuando. Me quedo con que supo reaccionar, manejar y sentenciar un partido más importante de lo que parecía. Puñal estaba entusiasmado en los mensajes que intercambiamos al descanso: «Me ha encantado la primera parte. Osasuna ha plantado cara... ¡les hemos tenido contra las cuerdas!», me escribía, aunque al final se rindió al poderío ofensivo del Madrid: «Si les perdonas, Edu... lo pagas. Les hace falta muy poco para marcar, su pegada es tremenda. Hemos pagado el desgaste físico de la primera parte y tienen un porterazo que hizo tres paradas salvadoras cuando todos cantábamos el gol».

- «La cabeza muy alta»

Para despedirnos, le deseé suerte al «crack» Patxi Puñal, que pocos minutos después del pitido final ya se había repuesto de la derrota y, como hacía en el campo, miraba adelante con optimismo: «Hemos sabido competir bien», me decía. «La gente se va contenta de El Sadar, con la cabeza muy alta. Estoy orgulloso de lo que ha hecho mi equipo. ¡Manteniendo esta línea nos salvamos seguro!». ¡Suerte y a por ello, capitán!