El problema del Mundial

El Mundial de Ponferrada se asoma al final de la Vuelta y, aunque los ciclistas españoles prefieren no hablar del asunto, el reto les preocupa. Por el momento, sólo Alberto Contador ha renunciado a participar en Ponferrada. "El recorrido no se adapta a mis características. Es mejor que vayan otros corredores que puedan ayudar y sean más de la confianza de Purito o de Valverde", argumenta para echarse a un lado. Tiene razón Alberto, el trazado es más apropiado para Joaquín y para Alejandro, medalla de plata y de bronce el año pasado en Florencia.

La renuncia de Alberto no les preocupa. "Si no va, sus razones tendrá. Las veces que ha ido, su trabajo ha sido fenomenal", reconoce Valverde. Pero el murciano prefiere no hablar del campeonato del mundo. Hasta el año pasado, Purito era su amigo, una relación asentada en los años en que Joaquín trabajaba para él en el Caisse d'Epargne. Pero Valverde no le devolvió los favores en Florencia, se equivocó y permitió que Rui Costa ganara el oro cuando España tenía dos opciones, que además eran las mejores.

La distancia se ha mantenido durante la temporada y se mantiene en carrera. Purito está cansado de que Valverde suba los puertos a su rueda para después atacarle y dejarle plantado. Lo hizo camino de La Farrapona y a Joaquín le molestó. Se lo dijo en carrera, cuando le pidió colaboración, pero Alejandro asegura que no tenía fuerzas. "Siempre estamos con la tontería de 'tira tú, tiro yo' y luego te hace el esprint. No entiendo que si no puede luego haga eso. Lo hablé con él, también en el Tour. No puedes hacer que te lleven siempre y luego dar la estocada", se lamenta Purito, siempre generoso. "Nadie me obliga, pero tengo que decidir si tiro o no tiro y al final tengo que hacer mi carrera", añade. Y su carrera es tirar.

Purito está molesto, pero no quiere hablar del Mundial, de si esos problemas con el que fue su jefe pueden influir en la carrera. "Queda mucho para el Mundial", insiste. Y da alguna explicación más sobre su comportamiento en carrera. "Somos rivales, no enemigos. Y rivalidad tiene que haber porque yo llevo unos colores y ellos otros. Pero una vez que cruzo la línea de meta intento separar", comenta el catalán de Katusha. "Con Alejandro ya lo he hablado. Estábamos los dos desnudos cambiándonos y le dije: 'eres esto y eres lo otro'. Luego en el helicóptero estaba hasta los huevos de arroz y le di la mitad de mi bocadillo", cuenta. "Me llevo mejor con Alejanadro que con Contador, porque es más parecido a mi estilo. Alberto es diferente", añade.

"Es verdad que me lo dijo", reconoce Alejandro, que tampoco quiere dar más explicaciones sobre el Mundial. "Ahora no pienso en ello, pienso en lo que me queda de Vuelta. Después quedan dos semanas y ya tendré tiempo de pensar en el Mundial", comenta. Valverde ha ganado cinco medallas en los Mundiales, pero le falta la de oro. "No quiero pensarlo porque luego te obsesionas, dicen que voy como líder y las hostias son para mí", se lamenta. Después de la Vuelta reconoce que tendrá que hablar con el seleccionador, Javier Mínguez, para que le explique qué es lo que quiere de él. "Pero me lo quiero tomar con tranquilidad. A lo mejor así lo gano".