Baloncesto
Doncic, el niño que juega con la presión
Con la gorra al revés se subió al podio de los campeones. Sus coloretes habituales en la cara y la visera hacia atrás como lo que es: un chico de 19 años. Un niño prodigio que gestionó los balones más calientes de la final, cuando un transatlántico como el Fenerbahçe se jugaba sus últimas vidas. Doncic la tiene toda por delante, pero su talento hace que sea imposible que continúe en Europa. La NBA es demasiado tentadora y mucho más uno de los primeros puestos del «draft». Éste es el destino del esloveno, que abrazó a Felipe Reyes, el abuelo del vestuario, cuando la fiesta ya estaba desatada en el parqué. «Todo el mundo me habla de la presión de dirigir a este equipo, pero yo lo único que intento hacer cuando entro en la cancha es divertirme», reconocía agarrado al trofeo que le acreditaba como jugador más valioso de la final. Los galardones de MVP de la primera fase y el de jugador revelación ya los tenía en la habitación del hotel. «Doy las gracias a mis compañeros», añadía Luka, que seguramente echará de menos el calor del vestuario blanco.
No quería irse del Madrid sin la corona europea y ya la tiene en la maleta. No pudo acabar el partido por faltas, pero dejó 15 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias ayer después de ser el madridista que más anotaba, el que más jugaba y el más valorado en la competición.
Sus compañeros reconocen que le tratan como si no tuviera 19 años y se sienten cómodos cuando él dirige las operaciones. Ha sido uno de los pocos de la plantilla que no ha tenido lesiones importantes y ha tenido que disputar muchos minutos a pesar de que el verano pasado no tuvo vacaciones para ganar el Eurobasket con su selección. Ahora le queda la Liga y en unos días sabrá si los Suns. En un mes tendrá por fin vacaciones, antes de comenzar su sueño NBA.
Laso suspiraba porque retrasase el momento de cruzar el charco, pero el talento, incluso a los 19 años, es imparable.
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