Pinto

El gol de un fenómeno

El gol de un fenómeno
El gol de un fenómenolarazon

Ronaldo patentó primero los «bombazos» desde fuera del área, en los que la pelota, antes de entrar en la portería, tiembla literalmente a una velocidad imposible para el portero. Después fue ampliando su repertorio rematador con las dos piernas y más tarde incluyó los cabezazos, en los que se ha convertido en un especialista. En Riazor el portugués dejó una nueva obra de arte, en la que no sólo presume de plenitud física, sino también de una técnica a la altura de los mejores cabeceadores de la historia. «Tenemos un fenómeno y diez grandes jugadores», dijo Ancelotti tras la mayor goleada del Madrid fuera de casa, en la que, por supuesto, «CR7» participó con un «triplete». Él abrió la cuenta con un salto de 78 centímetros, que le permite elevarse hasta más de los 2,30 metros y llevar el balón a la red desde más allá del punto de penalti.

Las estadísticas van a apuntar la «asistencia» a Arbeloa, pero en el gol, casi todo el mérito es del delantero. El centro no era malo del todo, pero sí algo blando y muy bombeado, uno de esos en los que la potencia tiene que ponerla el rematador. Ronaldo se elevó justo a tiempo ante Sidnei para contactar con el balón, que trazó una parábola hasta la escuadra derecha de Germán Lux.

Marcó, como dice la teoría los tiempos del remate, algo en lo que ha progresado según avanzaba su carrera deportiva. «No es sólo la potencia en el salto, que es muy importante, se trata de su habilidad para intuir el remate y darle la dirección adecuada», decía Carlos Santillana, un jugador que pasó a la historia por sus goles de cabeza. «CR» va camino también de entrar en este grupo, con goles decisivos después de «colgarse» en el aire en busca del balón. El salto de Riazor remite inmediatamente al de la final de la Copa del Rey de 2011 en Mestalla. Tras un pase desde la izquierda de Di María, el portugués se elevó por encima de Adriano y superó a Pinto para decidir el título en el minuto 13 de la prórroga. Casi dos años después dejó otra fotografía digna de hacer un póster en el Santiago Bernabéu, en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. El Manchester United se había adelantado con un gol de Welbeck y a la media hora de juego Ronaldo volvió a «levitar» en un remate ajustado al poste ante el que nada pudo hacer De Gea.

En todas esas acciones hay más potencia para ganar la acción al defensa que técnica, pero también sabe el goleador madridista ser más preciso sin necesidad de gastar tanta energía. Lo hizo, por ejemplo, en la final de Copa de 2013 cuando adelantó al Madrid con un giro de cuello lleno de intención y olfato goleador. Uno más de una lista de goles con la cabeza que le convierten en un arma más letal de lo que siempre ha sido. Las últimas cuatro temporadas ha rondado los 50 con una gran variedad en el remate. Marca más con la derecha –su pierna buena–, pero también tiene un alto porcentaje con la izquierda y con la cabeza. En todas sus versiones, el remate de Cristiano es letal.