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Eusebio Cáceres: «Yo voy bastante a mi bola»
No siente presión pese a ser señalado como la opción más seria de medalla
MADRID- España acude a los Mundiales con 40 atletas (30 hombres y 10 mujeres), la cifra más baja en las últimas diez ediciones. Ramón Cid, director técnico de la Federación, habló de 8 ó 9 finalistas y señaló a Eusebio Cáceres (Onil, 10/9/1991) como opción de medalla. El valenciano, que saltó 8,37 en el Europeo Sub'23, lo asume sin presión. Él es así, tranquilo. Estuvo meses sin Whatsapp en el móvil y sigue vivo...
–Para alguno, no tener Whatsapp sería insoportable...
–No pasa nada. Creo que soy de las pocas personas que podría vivir sin teléfono móvil.
–¿Y qué tal de las molestias en el «isquio»?
–Perfecto, todo bien. Las tenía antes del Europeo Sub'23 y decidí no saltar en el Campeonato de España por precaución. Estoy recuperado.
–En ese Europeo saltó 8,37, su mejor marca, el tercer mejor registro del año. ¿Cómo lo hizo?
–Pues me sentía muy bien y las condiciones de climatología y de la pista eran perfectas. Tenía buenas sensaciones y al cuarto intento lo conseguí.
–¿Cómo es esa sensación de casi volar?
–El salto se hace corto, después de impulsarte sales disparado. Yo disfruto más después, cuando he terminado y miro que sacan la bandera blanca y que no es un salto nulo.
–Con esa marca hubiera sido campeón olímpico...
–Pero en eso no se piensa porque cada competición tiene circunstancias diferentes, la pista no es igual...
–Llevaba tiempo buscando un registro así y se le resistía. ¿Se desesperó?
–Para nada. Sabía que si seguía trabajando y me respetaban las lesiones llegaría.
–¿Qué aprendió de los Juegos (se quedó a un centímetro de meterse en la final)?
–Pese a la decepción me dieron más ganas todavía de seguir adelante. A partir de ellos he cambiado muchas cosas en mi preparación. Soy más profesional. Poco a poco, voy entrenando más y con entrenamientos de más calidad. A partir de la pista cubierta veo a un podólogo que me ayuda a evitar lesiones antiguas porque siempre he tenido problemas en los tobillos, que estoy previniendo con unas plantillas. También un nutricionista...
–Néstor Vicente, de la Universidad de Elche, el mismo que el tenista David Ferrer...
–Me ha enseñado a comer bien. Yo era más de comida rápida y él me ha enseñado a alimentarme de forma razonable.
–Incluso tiene una psicóloga...
–Probé y me dijo que no me hacía falta, que tirara para adelante y que si tenía alguna indecisión se lo dijera.
–¿Le mete presión que le hayan señalado como la opción más clara de medalla?
–No tiene por qué. Yo voy bastante a mi bola y, además, creo que no tiene por qué ser malo. Es bueno estar ahí.
–¿En qué piensa antes de saltar?
–En nada. En estar relajado.
–¿Cómo empezó en el atletismo?
–De pequeño jugaba a todo tipo de deportes: baloncesto, fútbol... lo que fuera. Y destaqué en el atletismo y me fui decantando.
–¿Es difícil ser atleta hoy en día?
–Cada vez más. Es un deporte muy sacrificado y las ayudas han sufrido un bajón. Pero si quieres dedicarte a esto y te gusta hay que seguir adelante y poner un poco de tu parte.
–¿Le deja mucho tiempo libre?
–No demasiado, la verdad, y cuando lo tengo soy una persona muy tranquila a la que le gusta estar con la familia o con los amigos en el pueblo (Onil).
–¿Cómo ve al equipo?
–Fuerte, con ganas. Hay mucha gente joven con ganas de salir a competir, de ganar experiencia y que también pueden hacer un buen papel.
–Usted es uno de ellos. Con 23 años, ¿en qué puede mejorar?
–En muchas cosas. Puedo entrenar todavía un poquito más, profesionalizarme más y, claro, mejorar en la técnica.
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