Fórmula 1
Así se subasta el Gran Premio de España
Montmeló sigue peleando para mantener la prueba. Sus rivales, más fuertes económicamente, son Arabia Saudí y Miami.
Montmeló sigue peleando para mantener la prueba. Sus rivales, más fuertes económicamente, son Arabia Saudí y Miami.
El contrato que el circuito de Cataluña tenía firmado con los promotores de la Fórmula-1 para albergar el Gran Premio de España finalizó el domingo después de la celebración de la carrera y de momento no habrá más. A día de hoy, no existe nuevo contrato ni renovación y las conversaciones continúan, al menos eso aseguran los responsables del circuito, una instalación que está gestionada por una empresa que está participada por la Generalitat al 78 por ciento. Durante el pasado fin de semana se produjeron reuniones entre los negociadores del circuito y Chase Carey, máximo responsable de la promotora americana que explota los derechos de la F-1. Pero no se produjeron avances significativos y por tanto no pudo anunciarse la continuidad de la carrera en Montmeló. El domingo, Quim Torra expresó todo su apoyo a la carrera y aseguró que hará todo lo posible por mantener la prueba en Barcelona y así se lo hizo saber a Carey. Sin embargo, la situación política vivida en Cataluña, la falta de interlocutor, de presupuestos y el artículo 155 retrasaron, desde principios de 2018, cualquier intento de renovación del acuerdo. Ahora, con toda la premura de tiempo, las cosas han cambiado y nuevas ciudades llaman a las puertas de Liberty ofreciendo mejores escenarios, proyectos interesantes y más dinero. Ésta es la cuestión clave.
Según pudo saber LA RAZÓN, Chase Carey fue muy claro a la hora de afrontar el tema en una de las reuniones con los responsables del trazado catalán. Es una mera cuestión económica. Le da igual que la carrera sea en cualquier sitio, la plaza está vacante y desde ese momento comienza una subasta. Los candidatos a entrar en el calendario formado, de momento, por 21 carreras, aumentan cada día y ahora este apartado se ha convertido en una importante fuente de ingresos para la compañía, ya que las televisiones que emiten en cerrado no abonan tanto dinero como antes.
Holanda, Arabia Saudí y varias ciudades americanas quieren una carrera y eso va en contra de los intereses de Barcelona para conservar una prueba que lleva en liza desde 1991. Italia ya ha renovado y Holanda puede anunciar hoy mismo que tiene firmado su Gran Premio. Francia tiene contrato a largo plazo y otras como Mónaco son simplemente intocables. Alemania también está en seria duda y Gran Bretaña, que no atraviesa su mejor momento como Gran Premio, no parece que vaya a caer del calendario, ya que es una de las pruebas más importantes para los equipos, que tienen allí la mayoría de sus sedes, a excepción de Ferrari, Haas y Alfa Romeo.
La alternativa andaluza
La otra opción para España es el circuito de Jerez, que en la actualidad disfruta de todo el apoyo de la Junta de Andalucía, cuyos nuevos gobernantes son muy del agrado de invertir en eventos que generen actividad económica en la zona. El presidente Juan Manuel Moreno Bonilla confirmó con un «estamos en ello» a la pregunta sobre si Jerez negociaba con Liberty. Las pretensiones económicas son muy altas por parte de la compañía americana, sin embargo, el beneficio para la zona es muy superior. Los presupuestos andaluces se encuentran en plena elaboración y existe la voluntad política por parte del PP y de Ciudadanos para destinar una cantidad muy importante para recuperar la Fórmula Uno.
En Barcelona están a la espera de conocer el resultado de las elecciones municipales, ya que en esta compleja operación el canon lo abonan, por un lado, la Generalitat (la mayoría), y por otro, el ayuntamiento, que en caso de repetir Ada Colau, sería cero, algo que confirmó a través de su primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. O al menos eso es lo que mantienen durante la actual campaña electoral. Mientras tanto, la subasta continúa. Se busca propietario.
Cuando Jerez ganó a Barcelona en los ochenta
En 1985, Jerez y Barcelona pugnaban por un Gran Premio de F-1. El promotor del campeonato, Bernie Ecclestone, convocó en sus oficinas de Londres, por un lado, a Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona, y por otro, a Pedro Pacheco, alcalde de Jerez. Cada uno fue recibido en despachos diferentes y Ecclestone comentó que se trataba de una subasta. Después de ir de un lado para otro con las distintas ofertas, la localidad andaluza recuperó la F-1 para España. Años después, Barcelona se la arrebató a Jerez al ofrecer más dinero.
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