Real Madrid

El «Zidane Madrid» ilusiona

Portada de "L'Équipe"
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El francés ha cambiado el ánimo del club en menos de una semana y con él ha llegado el optimismo, más posesión de balón y una clara mejoría en el juego. Su camiseta con el dorsal 5 vuelve a ser una de las más vendidas estos días.

Zidane ha acabado en una semana con la nube gris que se había instalado encima del Santiago Bernabéu. Y, aunque él mismo dijo tras ganar al Deportivo que lo único que había cambiado era el entrenador, se notaron muchas cosas distintas en su estreno en el banquillo. Empezando por el principio, los pitos habituales en los últimos tiempos de la «era Benítez» se transformaron en una gran ovación al escucharse el nombre del técnico por megafonía. Con él ha llegado el optimismo a una afición que confía en que su magia como futbolista se extienda también a sus habilidades con la pizarra. Sobre el césped se pudieron ver varios detalles del «método Zizou». Su Madrid fue un equipo con más posesión de balón, especialmente en la primera parte, después de que Rayo y Real Sociedad se cansaran de tocar y tocar la pelota en las dos citas previas en Chamartín. El francés quiere que sus futbolistas tengan la posesión y se notó en su primer día. Los blancos presumieron de un juego de pase fluido, tanto en su campo al sacar el balón, como en terreno contrario, donde el Dépor se defendía con una línea de cuatro y otra de cinco.

Lo mejor, la actitud

El Madrid exhibió más intensidad y por eso «actitud» fue la palabra más utilizada por el nuevo entrenador. Varias veces la pronunció para alabar el trabajo de sus hombres en el mejor estreno de un entrenador blanco desde 1959. «Poco a poco, acabo de llegar, pero vamos a mejorar seguro», insistía Zinedine, que ha cambiado el aire a todo el club en un par de conferencias de prensa y algunos entrenamientos. La atmósfera de presión que rodeaba a los jugadores ante su público se evaporó incluso antes de que la calva más venerada del madridismo apareciera por el túnel de vestuarios. No se pitó su nombre, ni tampoco la primera ocasión clara del Dépor, que hubiera desatado algún murmullo de inquietud en otro momento. Tampoco hubo plebiscito con los cambios. Los de Bale e Isco sirvieron para que el público reconociera su buen trabajo, y, de paso, entraron Jesé y James, que necesitaban minutos y una buena ración de confianza.

El equipo debe mejorar sin balón, Zidane es el primero que lo sabe, y, aunque es pronto para sacar conclusiones, afición y jugadores coinciden en que el cambio sólo puede ser para bien. Después de cuatro partidos, el Madrid volvió a dejar a salvo su portería: primero por una gran parada de Navas y después porque casi todos se implicaron más en mirar hacia atrás.

Vuelve el público

Recuperaron la energía que habían ido perdiendo en la anterior etapa, lo mismo que el público, otra vez ilusionado con ver a su equipo. 71.627 espectadores se acercaron el sábado al Bernabéu, 10.000 más que los últimos encuentros, en lo que fue la mejor entrada desde las visitas del PSG y el Barcelona. El «Zidane Madrid» ilusiona al madridismo como hace mucho tiempo que no sucedía. Su camiseta vuelve a ser una de las más vendidas, como cuando de verdad vestía el número 5 y voleaba para ganar finales de «Champions». La afición está «contenta», como se definió el francés tras su victoria. Los futbolistas creen en él y han recuperado la sonrisa. Acaba de llegar, pero ya se ve que todo es distinto.

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