Violencia ultra
Frente Atlético vs. Riazor Blues
El grupo ultra Frente Atlético, nacido en el 82, siempre ha tenido poder en el club. La hinchada blanquiazul nació con la ola ultra de los 80 con ideología de ultraizquierda.
Frente Atlético: Mucho Ánimo y mucha violencia
«Durante toda una vida un hombre puede cambiar de mujeres, de ideología política, incluso de sexo; pero lo que no podrá cambiar nunca es su pasión por el Atleti», reza en la página web del Frente Atlético, el grupo radical rojiblanco del fondo sur del Calderón.
El Frente, como tal, nace en 1982. Antes, en el fondo sur se juntan varios grupos de jóvenes que apoyan al equipo con sus banderas y sus bufandas. El primer embrión serio es la peña Rubén Cano, que lleva el nombre del delantero argentino de finales de los setenta y principios de los ochenta. Sin embargo, la peña no llega a cuajar, aunque es la que más anima, y algunos de sus componentes deciden crear el «FA». Estamos en 1982 y desde ese momento el grupo comienza a crecer. Los jóvenes se van apuntando, tienen su propio carné y se convierten, por así decirlo, en un poder fáctico dentro del club. Comienza en España la proliferación de grupos ultras, a imagen y semejanza de países como Inglaterra o Italia y se convierten en los «dueños» de los clubes. Los dirigentes ceden a sus pretensiones: entradas, viajes sufragados, locales en los estadios para que guarden sus pancartas, sus bombos y... otras cosas. Y en el Atlético se lo consienten. Mejor tenerlos contentos a que se pasen el partido insultando a los directivos. En el club los tienen controlados y saben quiénes son. El Frente Atlético, de ideología ultra, rayando con el nazismo, aparece siempre en los medios por sus hechos delictivos. Peleas, altercados, destrozos en sus viajes. En el Calderón se escuchan cánticos ofensivos contra los fallecidos Juanito y Puerta. Lo de Aitor Zabaleta fue el culmen.
Riazor Blues: BLANQUIAZUL OSCURO CASI NEGRO
Abrazados a una bandera blanquiazul, al escudo del Dépor y a su pasión por el fútbol. Así nacieron los Riazor Blues. Animosos e incansables en su apoyo desde la grada, pronto trocaron su afición futbolera por radicalidad y violencia. Nacidos en plena ola ultra a finales de los 80, se desarrollaron junto a grupos radicales de toda España: Tripustelak Taldea, Herri Norte, Bukaneros, Biris, Ultra Sur, Boixos Nois, Frente Atlético, Celtarras... Todos unidos por la pasión de sus colores, pero divergentes en sus ideas políticas de ultraizquierda, ultraderecha o ultranacionalista. En este paisaje se desarrollaron escorados hacia la ultraizquierda galleguista.. Todo había comenzado como casi siempre, con la virginidad inocente del aficionado infantil, que se agrupó en torno a la Peña Sésamo y que acabó derivando en los Riazor Blues. Bajo esta denominación se integran varios grupúsculos con diferentes niveles de radicalidad. La más violenta, sin duda, Los Suaves, sección a la que pertenecía el seguidor fallecido ayer, uno de sus miembros históricos. Testigos de casi tres décadas de deportivismo, de alegrías y sinsabores, de descensos, ascensos, títulos y fracasos, nacieron con el Dépor en Segunda y vivieron la época dorada del club con el inolvidable «Superdépor». Pero durante aquel paraíso deportivo llegó el desastre. Fue en 2003 cuando en un partido contra el Compostela, falleció un hincha coruñés en los aledaños del campo de San Lázaro tras una paliza de varios miembros de los Riazor Blues. El impacto fue tan grande que anunciaron su disolución. Sin embargo, apenas un año después resurgieron con más radicalidad si cabe. Continuaron citándose con aficiones rivales para «combatir» o confraternizar, según su afinidad o divergencia ideológica. Ayer tocó pelea, con un trágico desenlace final.
✕
Accede a tu cuenta para comentar